La agricultura regenerativa y la aplicación de nuevas tecnologías son esenciales para garantizar la productividad de los suelos
La sequía es uno de los problemas más comunes por los que atraviesan los productores. En la chiquitania, el TecnoChar, es uno de los productos que está siendo utilizado para mejorar la retención de humedad y la optimización de la nutrición del suelo.
En un contexto de desafíos climáticos, la adecuada preparación del suelo agrícola antes del invierno se ha convertido en un factor crucial para garantizar el éxito de la producción. Una de las técnicas más adecuadas son las practicas regenerativas, como la siembra de directa, la rotación de cultivos, implementación de coberturas y la aplicación de nuevas tecnologías, que son fundamentales para mejorar la salud y la fertilidad del suelo.
«El TecnoChar es una tecnología innovadora que debido a su alta porosidad permite retener hasta cinco veces su peso en agua, lo que es especialmente beneficioso en épocas de sequía. Además, contribuye a una mejor estructura del suelo y a una mayor disponibilidad de nutrientes para los cultivos»
Fernando Grajeda, jefe de Desarrollo e Investigación de Exomad, subrayó que estas acciones no solo mejoran la salud y fertilidad del suelo, sino que también aumentan su capacidad para retener humedad y nutrientes, cruciales en condiciones de sequía. Entre las tecnologías emergentes, se destaca el uso de TecnoChar, una enmienda orgánica que ha mostrado ser efectiva en mejorar las características físicas y químicas del suelo.
«El TecnoChar es una tecnología innovadora que debido a su alta porosidad permite retener hasta cinco veces su peso en agua, lo que es especialmente beneficioso en épocas de sequía. Además, contribuye a una mejor estructura del suelo y a una mayor disponibilidad de nutrientes para los cultivos», explicó Grajeda, al indicar que, en algunas zonas de la chiquitania, donde se ha utilizado este producto, la producción de soya por hectárea se ha duplicad, pasando de 800kg a 1.900kg.
«TecnoChar es una tecnología innovadora destacada por su alta porosidad, capaz de retener hasta cinco veces su peso en agua, lo cual es especialmente beneficioso durante las épocas de sequía. Además, contribuye a mejorar la estructura del suelo y aumenta la disponibilidad de nutrientes para los cultivos», explicó Grajeda, al indicar que, en la propiedad La Rivera, la aplicación de TecnoChar ha contribuido a la recuperación de los suelos degradados, integrándose como una práctica de agricultura regenerativa, reflejando un incremento significativo en la producción de soya, pasando de 800 a 1.900 kg por hectárea, esto en una campaña atípica por las bajas precipitaciones.
Cabe resaltar que la implementación de estas prácticas regenerativas y tecnológicas no solo preparan mejor los suelos para resistir las durezas del invierno, sino que también promueve una agricultura más sostenible y productiva a largo plazo.
En la actual campaña de invierno, los agricultores se enfrentan a la falta de humedad en los suelos debido a un déficit de lluvias, lo que ha complicado la siembra en regiones como San Julián.
«El ingreso del sur seco y la escasez de precipitaciones han generado grandes dificultades. La innovación en tecnologías y prácticas agrícolas son esenciales para superar estos desafíos», expresó Grajeda.
Fuente: Cámara Forestal de Bolivia