Los agricultores deben conocer estos datos para la aplicación eficiente bajo condiciones ideales de clima y temperatura
Manejo y degradación de productos químicos: Curvas de disipación y restricciones de los límites máximos de residuos (LMR)» fue el tema explicado por Carlos Cayotopa Núñez, gerente comercial regional en Ceimic Laboratorios para Hispanoamérica y el Caribe.
Basándose en la dinámica de los pesticidas, mencionó que es crucial comprender las variables que se disipan y degradan en el medio ambiente, las cuales son principalmente cuatro.
“La más importante y donde se enumera más del 50% de las materias activas que están relacionadas es el tema de la temperatura, por ello podemos decir que es la principal variable frente al resto”, dijo Cayotopa.
Después, está la reacción fotolítica e hidrolítica, así como la influencia del pH, ya sea alcalino o ácido, que también interactúa con el comportamiento específico de cada compuesto. Cada pesticida presenta una reacción distinta: algunos son sensibles al calor, otros son sensibles tanto al calor como a la luz, mientras que algunos solo se ven afectados por la hidrólisis, que puede ser ácida o alcalina. Además, existe un grupo que puede interactuar en todos los casos.
“La más importante y donde se enumera más del 50% de las materias activas que están relacionadas es el tema de la temperatura, por ello podemos decir que es la principal variable frente al resto”
Golpes de degradación
Es importante tener en cuenta que los pesticidas experimentan dos etapas de degradación o disipación, siendo más pronunciado el impacto inicial durante las primeras horas, días o semanas.
“Hasta el punto de la carencia siempre hay una reacción muy dinámica del compuesto y luego cuando se lo tiene en su más mínima expresión a nivel de la traza que es la degradación técnica de más del 90% del compuesto cambia la velocidad a una etapa más lenta y es donde se hacen las curvas de disipación”, agregó.
No es igual la disipación de un pesticida en el aire, en el agua o en la planta, ya que en el suelo el compuesto tiende a estabilizarse. Esto podría ocasionar problemas, ya que generalmente no se suele monitorear esta zona para un análisis de riesgo.
Un ejemplo de un elemento que suele permanecer en el suelo durante muchos años es el ácido fosfónico. También existen compuestos organoclorados y fosforados, de los cuales se puede hablar incluso en términos de décadas de persistencia en el suelo.
Isómeros y metabolitos
Cuando se menciona la isomería, se hace referencia a compuestos que tienen la misma estructura química pero una disposición diferente de sus enlaces. Esto es evidente en el caso de las cipermetrinas, que son isómeros entre sí. Cada uno de ellos tiene su propio pico de acción y puede generar confusión durante la evaluación debido a sus propiedades individuales.
“En la Unión Europea se suma a todos los isómeros y se le da un LMR (Límite Máximo de Residuo) porque se parecen y se puede confundir a un compuesto por otro”, agregó el especialista.
Cuando se hace referencia a metabolitos, se está hablando de la transformación o descomposición de un compuesto químico a través de procesos biológicos, lo que resulta en la generación de nuevos materiales.
En este contexto, se pueden mencionar los neonicotinoides como el tiametoxam, que tiene una ruta metabólica bien conocida, así como el carbendazim, el glifosato, el fosetil de aluminio, entre otros compuestos, que también experimentan procesos metabólicos en organismos vivos.
Mala práctica por aplicaciones
Siempre se debe considerar el momento adecuado para la aplicación de pesticidas, lo que implica evitar condiciones de lluvia, luz solar intensa, altas temperaturas y vientos fuertes.
Es crucial que el equipo y la maquinaria estén debidamente calibrados, y que las boquillas se encuentren en buen estado. Además, el tipo de gota debe ser el adecuado según las características de la materia activa que se está utilizando.
Elaboración de curvas de disipación
La curva de disipación se refiere a la degradación y la persistencia de un residuo de plaguicida desde su aplicación hasta la cosecha, teniendo en cuenta factores específicos de disipación.
Estos ensayos se realizan bajo condiciones controladas que siguen las buenas prácticas agrícolas en el agrosistema local. Se adhieren a una serie de directrices para reducir la variabilidad en la distribución de residuos. La curva de disipación se expresa a través de una gráfica exponencial negativa, que muestra la relación entre la concentración del residuo y el tiempo.
“En una curva de disipación es importante tener un punto previo de aplicación para evaluar la dosis, porque si hay un residuo de la misma molécula hay que hacer un nuevo cálculo y un análisis de la eficiencia una hora después de la aplicación”, refirió.
Se continua con el intervalo de puntos para la fumigación luego de un depósito inicial correcto para que el resto del trabajo sea óptimo y no se convierta en un gasto sin buenos resultados.
Beneficios del desarrollo de una curva de degradación de plaguicidas
El agricultor estará al tanto del plazo de seguridad para la aplicación de fitosanitarios en el contexto específico de su cultivo y las formas particulares de aplicación. Esto le permitirá planificar con mayor certeza los momentos de aplicación de las moléculas dentro del programa de manejo integrado de plagas y malezas.
Además, representa un respaldo para demostrar a las certificadoras de buenas prácticas agrícolas y ambientales una gestión sólida en el manejo de las aplicaciones fitosanitarias. El agricultor tendrá la certeza de exportar o comercializar sus productos respetando el marco regulatorio en cuanto al Límite Máximo de Residuos hacia destinos específicos.
Fuente: Rainbow Bolivia
Redacción: Publiagro