Lo que se busca de estos animales es tener un complemento entre rusticidad y productividad
Fernando Reis, zootecnista de Embrapa Brasil, nos habla sobre las razas especializadas y las razas adaptadas, señalando que ciertas razas realizan una contribución significativa al mercado. Es importante considerar si estos animales serán capaces de adaptarse a las zonas donde se desarrollarán.
El experto explicó que si los animales no se adaptan al ambiente, el productor puede tener problemas, pues las razas especializadas promueven un fortalecimiento del sistema productivo, tienen buena ganancia de peso, pero Reis insiste en que tienen que estar adaptadas al ambiente donde son criados.
Las razas adaptadas son aquellas que favorecen un mejor rendimiento en los sistemas de producción. Para diferenciar las razas ovinas, es importante observar: el color de la cara, la presencia de la papada, el color de las pezuñas, el límite de cobertura de la lana en las extremidades, la apreciación visual de la lana, la presencia de cuernos y el color de la mucosa.
“Lo que buscamos básicamente de las razas especializadas y adaptadas es una asociación entre rusticidad y productividad”, subrayó.
A nivel mundial existen 450 razas de ovinos, pero no todas están especializadas en la producción de carne, lana o leche, siendo más bien usadas para doble propósito.
El especialista indicó que en Bolivia, aproximadamente el 80% de los productores cuenta con razas criollas, ya que son adecuadas para establecer un linaje materno en la producción de razas especializadas, como es el caso de la raza Dorper, que es apta para cruzamientos.
También se refirió a las razas comerciales indicando que son direccionadas para la comercialización de carne y reproductores.
«Lo que buscamos básicamente de las razas especializadas y adaptadas es una asociación entre rusticidad y productividad»
Las razas nativas se adaptan a diversos entornos y poseen la capacidad de supervivencia. De acuerdo con el destino productivo asignado a los ovinos, se clasifican en «biotipos productivos». Así, existen diferentes biotipos destinados a la producción de carne, leche, lana y cuero, exhibiendo formas y características particulares que se ajustan a su función específica.
Destacó que la ganancia de desempeño en estos animales y rentabilidad es perceptible y en este sentido el mejoramiento genético es una herramienta fundamental para el crecimiento de las razas y del productor.
La raza Santa Inés tiene una condición materna interesante y adaptada con determinada rusticidad, fertilidad, productividad y habilidad materna, pues junto a la raza Dorper hacen un complemento perfecto por sus características particulares.
Por su parte, la raza Dorper tiene aptitud en producción de carne, los machos adultos llegan a pesar de 110 a 140 kilos. Son carneros grandes, carneros pesados y las hembras también son ovejas grandes de 90 a 100 kilos.
Fuente: Publiagro