Bolivia tendrá que recurrir a la importación de trigo porque la producción nacional de invierno apenas llegará a 165 mil toneladas de las 700 mil que requiere el mercado nacional.

La producción de trigo en la campaña de invierno 2023 alcanzará las 165 mil toneladas gracias a los buenos rendimientos obtenidos por la suficiente humedad generada por las lluvias de la primera quincena de junio. El exsecretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Santa Cruz, Luis Alberto Alpire, ha señalado que finalmente se lograron sembrar 94,600 hectáreas de las 115,000 inicialmente previstas.

De este total, 2,900 hectáreas se han perdido debido a las últimas lluvias de junio, quedando 91,730 hectáreas para cosechar, las cuales se espera que produzcan 165 mil toneladas gracias a los buenos rendimientos que permitirán obtener 1.8 toneladas por hectárea. Bolivia requiere más de 700 mil toneladas para cubrir su demanda interna

IMPORTACIÓN DE TRIGO

En las dos últimas gestiones, Bolivia importó trigo y harina por un valor de 71 millones de dólares, y se estima que este año se repetirá esta situación, ya que hasta mayo de este año ya se han comprado 28 millones de dólares. Sin embargo, se aclara que, tras investigaciones, al menos 54 millones de dólares ingresan al país de manera ilegal por contrabando.

El pasado año se importó 145.000 TN de harina de trigo y 12.000 TN trigo en grano. En dólares prácticamente se va a importar aproximadamente más de 70 millones de dólares en esta gestión, similar al año pasado.

Alpire, ha alertado sobre la preocupante insuficiencia en la producción de trigo en Bolivia durante el año 2022. Según sus declaraciones, la producción nacional de 310,000 toneladas no fue suficiente para cubrir la demanda estimada de 750,000 toneladas, lo que ha llevado al país a recurrir a importaciones de trigo en grano y harina, principalmente provenientes de Argentina. Esto ha generado dificultades para proporcionar el alimento esencial en la mesa diaria de los bolivianos: el pan.

“La Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) presentó al Gobierno Nacional la tecnología del evento transgénico en trigo HB4, que se caracteriza por su tolerancia al estrés hídrico”

En comparación con el quinquenio 2017-2021, donde tanto el trigo en grano como la harina representaron un valor total de $us 629 millones, con un promedio anual de $us 125.8 millones, las cifras del año 2022 resultan preocupantes, ya que solo se registraron $us 71 millones en importaciones de ambos conceptos. Esto ha llevado a especulaciones sobre la posibilidad de que se esté recurriendo al contrabando, lo que implica graves perjuicios para la economía nacional, la dudosa calidad del producto y un impacto negativo en el mercado interno.

LOS PROBLEMAS QUE GENERAN DÉFICIT

Además, el cultivo de trigo en Bolivia se enfrenta a desafíos recurrentes debido a las condiciones climáticas, especialmente la sequía. La campaña del 2022 sufrió los efectos de este fenómeno, con un rendimiento que apenas alcanzó 0.87 kg por hectárea. Para abordar este problema, en septiembre del año pasado, la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) presentó al Gobierno Nacional la tecnología del evento transgénico en trigo HB4, que se caracteriza por su tolerancia al estrés hídrico. Sin embargo, hasta la fecha, no ha habido una respuesta oficial al respecto.

TECNOLOGÍA EN TRIGO

En contraste, países como Argentina, Brasil y Paraguay ya han adoptado la tecnología del evento HB4 en el cultivo de trigo, lo que ha llevado a un aumento significativo en los rendimientos, alcanzando entre 2.5 y 3 toneladas por hectárea. La implementación de esta tecnología en Bolivia se perfila como una oportunidad para aumentar la producción nacional y reducir la dependencia de las importaciones.

Alpire cree que en vista de estos desafíos, es fundamental que las autoridades tomen medidas concretas para apoyar e incentivar la adopción de tecnologías como el evento HB4 en el cultivo de trigo, lo que sin duda fortalecerá la economía boliviana y mejorará la seguridad alimentaria de la población. Asimismo, es necesario implementar estrategias que aborden los problemas recurrentes relacionados con el clima y el rendimiento del trigo, garantizando así un futuro más próspero para el sector agrícola del país.

 

Fuente: El Mundo