Territorios indígenas apuestan por la venta de carne de lagarto

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Once TCO pertenecen a Beni, uno a Santa Cruz y otro a La Paz.

En 13 Tierras Comunarias de Origen (TCO), el Gobierno implementó el Programa de Manejo del Lagarto, el cual promueve la explotación de este animal sin poner en riesgo su subsistencia y, a la vez, mejorar la calidad de vida de los pueblos originarios.

“El programa funciona en todo Beni, con 11 regionales; en Santa Cruz, en la regional de San Matías, y una, en La Paz, Abel Iturralde, Tacana I”, informó Omar Sharif Yumma, director de Biodiversidad y Áreas Protegidas, del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

Detrás de la carne y el cuero está el aprovechamiento sostenible y el respeto por el equilibrio de la fauna, aseguró el funcionario.

“El Programa Lagarto viene funcionando desde 2016. De éste se beneficia la gente del lugar. Cuenta con un plan de manejo, esto hace girar una economía diversificada en cuero y la venta de la carne del animal”, explicó.

Éste es el primer programa impulsado por el Gobierno, llegará a su etapa final en el último trimestre de este año. Desde su inicio, en 2016, hasta la fecha se ha invertido más de Bs 3 millones, tanto en la adquisición de maquinarias para el faenado como en las gestiones para la exportación e industrialización de esta materia prima en el mercado interno.

“Los países más interesados en la compra del cuero bruto son los europeos”, informó Sharif.

Los pobladores de las TCO que son parte del proyecto han experimentado que la carne de lagarto puede ser tratada de igual forma que la de res o de pollo.

Entre los productos que se ofrecen de esta singular proteína amazónica está el embutido.

A inicios de 2019, cuando se comenzó con la socialización del programa, la carne de lagarto yacaré llegó a posicionarse como el boom en el menú de restaurantes reconocidos como Gustu y Jardín de Asia, en La Paz; y Chifa Tai, en Sucre. Su comercialización en los supermercados se convirtió en algo habitual para aquellos que gustan de su sabor, según un estudio publicado por la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS).

En las ferias y kermeses los cocineros han llegado a ofrecer platos demandados que tienen la carne de lagarto como aperitivo especial; éste se ha visto servido en el chicharrón o a la parrilla.

En el norte de La Paz, pobladores de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Tacana I, de las comunidades del Carmen del Emero, San Antonio del Tequeje, Villa Fátima, Copacabana y Cachichira, se organizan en grupos para cazar los lagartos que viven en las lagunas y que fueron “silvestrados” por ellos. A esta acción la denominan la “cosecha del lagarto”.

“Siguiendo lo establecido por normativa, se caza únicamente los individuos machos adultos que miden más de un metro con 80 centímetros”, indicó Sharif.

El plan contempla dos maneras de obtener el lagarto: una, a través de criaderos, y la otra “se deriva a los reptiles de los criaderos al hábitat silvestre”, donde ellos adquieren la vida adulta.

Según datos del registro de la última cosecha, en 2019, se llegó a aprovechar el 10% de los ejemplares machos del total de la cuota que existe para la TCO, que es de 146 lagartos por año.

La caza se realiza luego de la época de apareamiento y anidación, esto para que no corra riesgo la cantidad de la especie.

Luego de la selección, se pasa a los ejemplares capturados a los ambientes de la faenadora. En este lugar se los pesa, mide y precinta para el aprovechamiento.

El siguiente paso es lavar a profundidad cada lagarto para que luego se les quite la piel, cuyo cuero también es requerido por el mercado, sobre todo en el exterior.

“Posteriormente, se saca la carne del lomo y de la cola; se quitan los huesos y la grasa antes de filetear el producto”, se detalla en el documento de la WCS.

Antes del envasado, que es la parte final, se espera que la carne pierda el agua excedente para pesarla nuevamente y empaquetarla bajo un control riguroso de higiene y sanidad.

Una vez que está listo el producto se continúa con la cadena de frío, luego se lo transporta a Rurrenabaque, en Beni, y desde ahí a las ciudades de La Paz y Sucre para su comercialización.

VISIÓN
Para la WSC, los objetivos de este emprendimiento se enfocan en la sostenibilidad ambiental, social y económica de los pueblos indígenas involucrados en el aprovechamiento sostenible del lagarto (yacaré).

Entre ellos destacan: el mantenimiento de poblaciones viables de lagarto y la protección de humedales, evitando la cacería ilegal; el desarrollo de acciones enfocadas en mejorar los medios de vida de las comunidades y la venta en mercados diferenciados que valoran las acciones de manejo por comunidades indígenas.

Por su parte el director de Biodiversidad y Áreas Protegidas, Omar Sharif, constató que el Gobierno trabaja en la misma línea.

Resaltó que este programa se relanzará para el año próximo. Después de un análisis, se verá si se expande a otras regiones del país para ampliar las ventas.

El producto despierta el interés del mercado interno.

Fuente: La Razón