Los avasallamientos tienen en jaque a los productores de Cochabamba. La Hacienda Angostura en la zona de Arbieto sufre por la toma de predios. Mortandad de animales, pérdidas productivas, freno de inversiones, cambios en el ecosistema, y trabajadores y funcionarios golpeados y heridos, es lo que se observa por esta ilegalidad. Ante tal situación, la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ), expresó su solidaridad con los lecheros de esa región y solicita a las autoridades poner freno a la situación.
Es que el tema preocupa de sobremanera, pues es el mismo modus operandi que se dio en el predio Las Londras (Santa Cruz). Los avasalladores llegaron ‘como Pedro por su casa’, levantaron campamentos, empezaron a construir y trazar parcelas y caminos, alegando que habían comprado los terrenos, que son tierras de ocupación agraria, conocidas por ser una granja lechera de propiedad de la familia Canelas.
Lo que preocupa es que los avasalladores, que se han identificado con grupos interculturales que levantan la bandera del masismo, empezaron a instalarse tapando las acequias, zanjas que conducen el agua para el riego y el crecimiento de pastizales, por lo que la escasez de alimento fue uno de los varios problemas que se tuvo que enfrentar, según el relato de la propietaria, Luz Marina Canelas.
La granja producía un promedio de 1.000 litros diarios de leche, pero la falta de alimento, la mala calidad del alimento (se tuvo que comprar alimento seco y confinar al ganado en corrales) obligó a ralentizar la ordeña, lo que redujo la producción en un 80%, asunto que además de generar una pérdida productiva conlleva a que las vacas padezcan de mastitis, una afección que provoca inflamaciones en el tejido mamario que a veces implica una infección.
En los últimos días se reportó la muerte de 25 animales de la granja (todos de raza), por la falta de agua y forraje fresco, pese a que la región no adolece de esto por las buenas condiciones climáticas que son aptas para la actividades productiva y al desfogue -legítimo- de agua de la represa de La Angostura no fue suficiente.
En 2019, el municipio de Arbieto recibió un reconocimiento de parte de la Cámara de Senadores, en mérito a su contribución al desarrollo local y nacional. El movimiento económico de la región es impulsado por los cultivos agrícolas principalmente de trigo, maíz, cebada y durazno, los cuales se adaptaron adecuadamente a las condiciones del clima semiárido predominante en la zona.
Pero los productores ya no quieren saber de continuar impulsando la economía sectorial, puesto que la llegada de los avasalladores es sinónimo de pérdidas, ya no se puede sembrar debido a la erosión de la tierra.
En semanas pasadas un grupo de trabajadores del predio que se alistaban para sembrar forrajes para el ganado fueron sacados a golpes del lugar por los avasalladores, lo que llevó a que estos tengan que ser atendidos en centros de salud.
En sus declaraciones a las fuerzas del orden, los trabajadores señalaron que no solo fueron golpeados, sino que les quitaron sus pertenencias y los amenazaron de muerte si retornaban a realizar trabajados al lugar.
Y, pese a que se sentaron las denuncias, la Policía no logra dar con los responsables del ataque. Una comisión del INRA y la Policía visitó la zona e intentó colocar letreros oficiales con el anuncio de medidas precautorias para el lugar, pero fueron desalojados con amenazas.
El INRA indica que no busca favorecer a la familia Canelas. El predio está en proceso de saneamiento, pero se halla paralizado.
En ese sentido, el presidente de FEGASACRUZ, Adrián Castedo Valdés expresó su plena solidaridad con los afectados y pidió el apoyo de las autoridades para frenar todo tipo de avasallamientos en esa región al igual que en Santa Cruz.
OTROS AVASALLAMIENTOS
La granja lechera de la familia de Mario Mercado en Villa Asunción de Cota, al sur de Quillacollo, desde hace ocho años está avasallada sin ninguna contemplación. La situación ahora es insostenible, por lo que debe vender su ganado lechero.
La granja tenía una extensión de 30 hectáreas, pero cientos de personas se asentaron en sus tierras y comenzaron a construir. Mario Mercado denunció la invasión de su propiedad privada e inició 25 procesos y mientras duraba el proceso judicial todo el sector se convirtió en una zona urbanizada con casas de hasta dos pisos. Hoy solo tiene un corral y los otros tuvo que alquilar para pagar la comida del ganado que aún le queda.
“El sector lechero está en crisis muy aguda y los avasallamientos nos están poniendo en una situación muy conflictiva. No hay protección del Estado de derecho. Tenemos los saneamientos del INRA, pero sigue este mal. Pedimos a las autoridades que tomen cartas” en el asunto, dijo.
Los avasallamientos no solo se dieron en esta zona, sino también en otras. Mercado, quien también es presidente de la Asociación de Criadores de Ganado de Bolivia (Acrobol), explicó que la misma situación se vive en la Hacienda Pairumani, donde los mineros se apoderaron de sus tierras y luego a través de un convenio le obligaron a venderlas a un precio irrisorio.
Otros lugares con estos problemas son Colcapirhua, en la propiedad lechera de la familia Calatayud, el playón de Marquina, la Ciudad del Niño y la Hacienda Angostura en valle Alto. “Puedo citar muchas más propiedades que fueron víctimas, pero las autoridades no hacen nada”, remarcó.
Fuente: Fegasacruz