A pesar de EMAPA, cae la producción de alimentos

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Ante la baja producción de alimentos, el gobierno optó por desembolsar 4,7 millones de dólares de dinero público para contratar los servicios de dos empresas privadas, para la siembra y cosecha de maíz de invierno.

Los directivos y trabajadores de EMAPA (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos) han estado bastante ajetreados en los últimos cuatro meses cumpliendo las órdenes superiores de evitar el desabastecimiento de alimentos y el alza de precios. Inspeccionaron granjas avícolas y silos buscando maíz, calmaron con promesas a los panificadores, elevaron los precios de compra estatal para los productores de granos, amenazaron a los analistas por divulgar supuestas falsas alarmas. Ganaron tiempo, pero la crisis alimentaria se aleja por ahora debido a factores externos. Los precios mundiales de maíz, trigo y otros cultivos están retornando a los niveles previos a la invasión rusa a Ucrania.

     

La desesperación de EMAPA quedó plasmada en la improvisación de dos medidas. Por un lado, según denuncias públicas no desmentidas por las autoridades, la empresa estatal compró e introdujo ilegalmente al país maíz transgénico desde Argentina para llenar los silos desabastecidos y luego distribuir a precios subvencionados entre los productores avícolas, porcicultores y lecheros. Estamos hablando de un delito penado por ley. Por otro lado, contrató dos empresas privadas para la siembra de 5.700 hectáreas de maíz por un monto total de 4,7 millones de dólares. El problema por demás obvio es la irracionalidad económica de estas dos contrataciones. La inversión pública alcanza a 837 dólares por hectárea, donde la cosecha no superará las dos toneladas de maíz. El monto de 418,50 dólares por tonelada está por encima del precio máximo de 320 dólares en mayo de este año, y por muy encima del precio actual de 240 dólares por tonelada en el mercado internacional.

Estas medidas desesperadas reflejan un problema mayor: la caída de la producción de alimentos. Los productores cruceños anunciaron que este invierno sembrarán menos maíz, menos trigo y menos arroz que el año anterior. No solo eso, sino que las cosechas serán menores a las esperadas debido a las sequías prolongadas. Es decir, estamos transitando del estancamiento de los últimos años, al declive en producción de alimentos.

 

Los portavoces del gremio agropecuario cruceño distorsionan intencionalmente las razones de la caída. Por ejemplo, repiten hasta el cansancio, que las sequías afectan a los cultivos de invierno, es decir maíz y trigo, cuando la realidad es distinta. La producción de invierno baja debido a que el sorgo llegó a monopolizar las tierras cultivables, el Estado compra etanol de sorgo y, en definitiva, es más rentable que maíz y trigo. También se siembra más soya de invierno, lo que despierta sospechas razonables sobre el probable uso ilegal de semilla transgénica HB4 tolerante a la sequía. Los portavoces también arguyen que necesitan con urgencia biotecnología, es decir maíz transgénico, para aumentar las cosechas y revertir la producción deficitaria. Pero lo cierto es que, tanto los grandes, como los pequeños productores ya siembran, cosechan y comercializan maíz transgénico. Conservadoramente y apoyado en varias voces autorizadas, se puede afirmar que al día de hoy más del 70% del maíz cruceño se produce con semilla transgénica.

Probablemente, EMAPA no concibe del todo que los problemas que le abruman y los delitos en los que incurre, están provocados por las autoridades superiores que ordenan abastecimiento y precios estables. Es más, el Gobierno Nacional, en sí, puede que no llegue a visualizar que el problema agroalimentario es consecuencia de sus propias acciones. Al final de cuentas, las tierras agrícolas se destinan a la soya porque existen incentivos concretos y subvenciones para la exportación y producción de biodiesel y, en estas circunstancias, el sorgo sustituye al maíz y al trigo como el cultivo estrella de rotación. La política de exportar carne a China presiona para el aumento de la demanda de alimentos balanceados. La producción de girasol renace debido a la mayor demanda de aceites vegetales que provoca el negocio de biocombustibles.

 

Cuando uno no está preocupado por distorsionar la realidad al igual que los portavoces y grupos de poder que defienden sus intereses económicos, la verdad se impone. Este es el caso de Isidoro Barrientos, presidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (CAPPO), quien afirmó en un contacto reciente con los medios que “los arroceros, no todos, en vez de sembrar arroz, sembraron soya y otros que iban a sembrar maíz prefirieron sembrar soya y, en algunas partes de la ganadería, prefirieron vender ganado y s

Fuente : FUNDACION TIERRA