El presidente del sector avícola analiza el impacto que tendrán los errores del gobierno y el mal manejo de Emapa en la canasta familiar y en el sector productivo
Emapa entrega maíz a 1000 avicultores de los 3.000 que se registran en todo el país. Si un productor tiene dos o más granjas recibe sólo para una unidad productiva, aunque esté clasificado por Emapa como pequeño o mediano. La entrega del cupo de 58 toneladas no es suficiente según Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA). Eso abastece solamente para la mitad de su producción. Para alimentar al resto de sus aves, un avicultor mediano tiene que comprar maíz en el mercado a 100 y hasta 120 bolivianos, es decir, más caro que el precio que subvenciona Emapa a 65 bolivianos.
Según la empresa estatal de alimentos los avicultores, porcinocultores y lecheros de Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca tienen suficiente con lo que se les entrega y esto garantiza la seguridad alimentaria para el país. De acuerdo con declaraciones públicas del ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, Emapa tiene proyectado acopiar 100.000 proyectadas de maíz para este año que serán repartidas a un precio subvencionado de 65 bolivianos el quintal.
Sin embargo, desde febrero, los tres sectores productivos se declararon en emergencia y denunciaron que la venta de maíz de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) se veía recortada y que muchos avicultores estaban siendo “discriminados” pues no podían acceder a los cupos dotados del gobierno.
El sector avicultor boliviano exige que el gobierno libere la compra de maíz amarillo a países vecinos, sobre todo a Argentina, donde los precios son más convenientes. Para ellos, esta es la única forma de garantizar la seguridad alimentaria nacional y evitar que los precios sigan subiendo puesto que los cupos del gobierno se prestan para negociados y ponen en desventaja a algunos productores.
A inicios de año el kilo de pollo cotizaba entre 10 y 12 el kilo, mientras que para julio registra un costo entre 14 y 15 bolivianos por kilo. En cuanto a la producción de huevo se teme la escasez de este producto elemental de la canasta básica. Los principales departamentos productores de huevo son Santa Cruz con el 49% y Cochabamba con el 42%. Los bolivianos tienen un consumo per cápita de 195 huevos al año. Y para garantizar esa producción se requieren al menos de 30 mil toneladas mensuales de maíz.
“Para entenderlo fácil: para mantener 10 mil gallinas ponedoras se necesitan al menos 65 toneladas de maíz al mes. El Estado, a través de Emapa, entrega 58 toneladas a cada productor. Estos cupos generan que los productores tengan un tope y tengan que malvender sus gallinas ponedoras al no poder alimentarlas. En vez de que sean incentivados a mejorar su producción”, explica Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA).
Cabe resaltar que el sector avícola es muy importante en términos alimenticios y en cifras. Representa un 3% del PIB nacional y un 20% del PIB agropecuario. También genera un gran aporte en empleos con alrededor de 60.000 directos y 180.000 empleos indirectos. Otro dato importante es su valor bruto anual, que está arriba de 1300 millones de dólares.
Alandia revela que su sector ha perdido más de seis millones de dólares en el primer semestre del año y que los productores están sufriendo de falta de capital. Si bien el gobierno se comprometió a dar créditos productivos, según los líderes del sector esto se quedó en promesas.
Otro dato para destacar es que el 61% de la producción de pollos de engorde, el 58% de la producción de huevo y el 90% de la producción de pollito bebé de Bolivia se genera Santa Cruz. Este departamento provee de carne de pollo a los nueve departamentos.
Bloomberg Línea intentó hablar con el gerente de Emapa durante varios días, pero no hubo respuesta. Entrevistamos en exclusiva a Ricardo Alandia, presidente del sector avicultor boliviano, para entender la problemática que preocupa a los bolivianos por la subida en la canasta familiar.
¿Qué repercusión tendrá el problema de la escasez de maíz en la canasta familiar?
Hemos llegado a un 30% de aumento del precio del principal insumo para el alimento balanceado: el maíz. Esto afecta al producto final, sea pollo o huevo, aunque no podemos hacer aumentos directos y por eso los agricultores se ven descapitalizados, hemos sufrido pérdidas muy grandes. El sector avícola es uno de los más afectados, la situación es dramática y somos de los productos más importante dentro de la canasta familiar. Nos preocupa no solamente un alza de precios, sino un desabastecimiento. No hay cosa más cara que la que no hay.
Nosotros desde el inicio objetamos esas declaraciones de personas que no entienden el tema de la producción. El gerente de EMAPA, Franklin Flores, tengo entendido que es un abogado que poco entiende del tema productivo.
Solo el sector avícola, consume 900.000 toneladas al año de maíz. EMAPA, si llegara a almacenar todo lo que tiene de capacidad estática en sus silos, apenas puede llegar a acopiar 200.000 toneladas. Es decir, un poco más 20% de la necesidad del sector avícola.
Aparte están el sector porcino, lechero, ganadero. Con eso ya pasamos el millón de toneladas que necesitamos en Bolivia para producir alimentos. Entonces Emapa también tiene que almacenar trigo, porque apenas producimos el 30% de nuestra necesidad. Ellos difícilmente pueden garantizar una seguridad alimentaria o un abastecimiento. Lo único que hacen es distorsionar el mercado, porque con la billetera gorda del gobierno salen a comprar. Compran con plata del TGN, compiten con nosotros y ofrecen ese precio actual del maíz elevado.
El sector productivo es quien garantiza realmente la seguridad alimentaria de los bolivianos y Emapa no se sienta a escucharnos y poner reglas claras.
Han dicho que la prohibición de comprar y producir maíz transgénico es una medida que les perjudica, pero hemos visto que se encontró transgénicos en silos de Emapa, ¿Cuál es su postura al respecto?
Hay que entender al sector agropecuario como un todo. La cadena agroalimentaria parte desde la siembra de los granos que precisamos para producir pollo, huevo, leche, carne. Nosotros somos uno de los cuatro países de Latinoamérica que nos autoabastecemos de granos, es decir, en el futuro vamos a ser responsables de alimentar no solo a los bolivianos, sino a Latinoamérica, porque tenemos ese potencial. Solamente Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia lo tienen. Y podríamos estar exportando granos, hoy podríamos estar exportando maíz. Si tuviéramos el apoyo de las autoridades, las reglas claras y seguridad jurídica y finalmente, si nos dejarán usar la tecnología para competir en igualdad con los países vecinos.
¿Se espera mayor subida de precio del pollo, huevo y otros productos derivados?
El mercado es el que regula el precio. Jamás hemos puesto nosotros el precio de nuestros productos. Pero acordemos que no se ve la reactivación económica en el país y esa es otra falsedad de la que hablan las autoridades. Estamos todavía muy lejos de alcanzar una reactivación económica.
Entonces va a subir hasta un tope porque va a llegar un momento en que la gente no va poder comprar más los productos. Nosotros no podemos pasar ese límite. Obviamente esto hará que la producción se caiga porque el productor no puede perder plata todo el tiempo. Lo que hacen los pequeños productores es deshacerse de algunos animales o finalmente, como ha pasado con varios productores, cerrar la granja.
¿Considera acertadas las medidas del gobierno al respecto de esta problemática?
De ninguna manera. Las autoridades parecen que vive en otro país o no entienden, como el modelo productivo agropecuario ni siquiera voy a decir el de Santa Cruz, sino el modelo productivo agropecuario del país, porque lo mismo les pasa a los productores de quinua, de camélidos y en los valles a los agricultores de hortalizas, frutas.
Yo entiendo que los ministros sean nombrados dentro de la línea política, pero hay viceministros e instituciones que dependen como el SENASAG y EMAPA y otras que deberían tener profesionales de primera línea y ponernos a producir a capacidad máxima.
Como ejemplo, vean el respeto que le tienen al SAG de Chile, que es un servicio agrícola, ganadero reconocido en el mundo entero porque el personal que trabaja es absolutamente técnico, no político. Lo mismo pasa en la Argentina o en Paraguay. Tienen servicios sanitarios reconocidos internacionalmente. A eso deberíamos aspirar. Necesitamos institucionalidad en esas oficinas, que se ocupen los cargos por mérito.
Fuente :BLOOMBERG