La variación de cultivos puede aumentar las ganancias de los agricultores

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Foto: Infoagro

Un estudio realizado en Brasil estableció que plantar el mismo cultivo una y otra vez, año tras año, puede agotar rápidamente los valiosos nutrientes del suelo. Los cultivos eventualmente no producirán tanto y el agricultor perderá ganancias.

Cambiar los cultivos sembrados es una práctica agrícola que se usa en diversas partes del mundo. Se trata de prácticas de diversificación de cultivos para ayudar a los agricultores a producir más y aumentar sus ganancias.

Una investigación dirigida a este tema la realizó un equipo de investigadores brasileros comandados por Tiago Santos Telles, científico del Instituto Agronômico do Paraná en Brasil.  

En ese país, el clima más cálido permite más de una cosecha durante el año. Hay un cultivo de verano, que suele ser soya. Luego hay otro cultivo que se produce en otoño – invierno, comúnmente maíz o trigo.

De esta forma, probaron diferentes cultivos de otoño – invierno durante un período de seis años. Tomaron numerosas medidas, como el rendimiento de los cultivos, los costos operativos y las ganancias para cada modelo de producción que probaron.

«La soya se ha cultivado en sistemas de cultivo con baja diversidad de cultivos en Brasil», dice Telles. «Sin embargo, estos modelos se están volviendo menos eficientes y sostenibles».

Recalcó que el estudio realizado ayudó a identificar que los sistemas de cultivos más diversos pueden tener mejores resultados económicos que aquellos con menos diversidad.

Para este especialista el trabajo que realizó encontró dos opciones que podrían mejorar las ganancias para los agricultores y también no requerir cambios en la maquinaria o mano de obra por parte de los agricultores. 

Las opciones claves 

Una opción es reemplazar la segunda cosecha de maíz con una hierba llamada brachiaria ruziziensis cada tres años. Otro es el cultivo intercalado de maíz de segunda cosecha con el pasto. 

El cultivo intercalado es una práctica de cultivar dos cultivos en un campo al mismo tiempo, generalmente alternando las hileras.

Sostiene que la adición de este pasto es esencial para ayudar a la salud del suelo por muchas razones. No compite con otros cultivos. Al cubrir el suelo, la hierba puede reducir el crecimiento de malas hierbas, muchas de las cuales son resistentes a los herbicidas. 

También evita que el agua se evapore demasiado rápido y que la tierra y los nutrientes se escurran fuera del campo.

Más humedad y mejores temperaturas también hacen que el suelo sea un lugar más amigable para que vivan los microorganismos benéficos. 

Los grandes sistemas de raíces de la hierba ayudan a absorber los nutrientes en el campo y mejoran la estructura del suelo.

Desde África, el pasto fue introducido en Brasil para uso en la alimentación del ganado, explicó Santos Telles. “Tiene alta palatabilidad y se recomienda en las fases de cría y engorde del ganado. Esta gramínea es una de las especies más utilizadas en sistemas de siembra directa y se intercala con otros cultivos”.

Este tipo de resultados son los que permiten a los agricultores comparar las posibles ganancias de los sistemas de cultivo. Esto les ayuda a tomar la decisión de diversificar lo mejor para ellos.

El propósito es continuar este trabajo para estudiar el rendimiento y la rentabilidad en diferentes sistemas de producción. Además, quieren evaluar el uso del nitrógeno, un nutriente esencial para los cultivos, en estos sistemas.

Telles considera que es factible que los beneficios de la diversidad de cultivos en los sistemas de producción de cultivos aumentan aún más con el tiempo,

«Esto es especialmente cierto debido a la mejora de la calidad del suelo que pueden proporcionar los sistemas agrícolas con este pasto»,  dice el investigador.

Gracias a la investigación pueden recomendar formalmente a los agricultores brasileños que deben plantar soja en el verano y cultivar especies más diversas en el otoño-invierno.

Fuente: Mundo Agropecuario

Redacción: Publiagro