En mayo del año pasado dirigentes pidieron al Gobierno agilizar la importación del insumo ante la escasez, para evitar el desabastecimiento y porque Emapa solo cubre el 45% de la demanda. El precio del quintal aumentó de Bs 170 a Bs 280
‘Guerra avisada no mata moros’, dice un viejo refrán que se puede aplicar a la crisis que vive el sector panificador por la escasez y el encarecimiento del precio de la harina en el país. En menos de un mes, el costo del insumo trepó de Bs 170 a Bs 280 el quintal. Sin embargo, desde hace un año atrás este gremio alertó al Gobierno sobre la falta del insumo y pidió facilitar su importación. Hoy la situación es más grave debido el encarecimiento global del trigo a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
EL DEBER accedió a una carta enviada por la Federación de Panificadores Artesanos de La Paz al ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, donde exponen los problemas que tienen para encontrar un suministro seguro.
La misiva fue enviada el 20 de mayo de 2021 y recibida el 25 de ese mes por el despacho de la autoridad. La solicitud de audiencia se hizo para “encarar la subida de precio de la harina de importación en el mercado interno”.
En la carta el sector explica que: “como es de conocimiento público la harina importada es indispensable para mezclar con la harina distribuida por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) que no es buena para la elaboración del pan de batalla”.
En el documento los panificadores denuncian que la empresa estatal “se opone a la importación de harina a sabiendas” que esta operación no afectará económicamente al Estado. Incluso, en la carta se adjunta una nota de Insumos Bolivia, donde esa entidad se compromete a apoyar la compra del insumo, dado que la oferta de harina de Emapa solo cubre entre el 40 y 45% de lo requerido por la demanda interna.
Hace menos de un mes, el precio de este producto se disparó pasando de Bs 170 hasta Bs 280 el quintal. Esta subida se debe al encarecimiento del grano de trigo por la invasión rusa a Ucrania.
“Insumos Bolivia nos dio la razón, pero el ministro Huanca no dio lugar para importar la harina y estaba por debajo de Bs 150”, dijo.
EL DEBER trató de comunicarse con el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, pero su equipo de comunicación no contestó llamadas ni mensajes.
No obstante, en días anteriores, la cabeza de esa cartera de Estado descalificó los reclamos hechos por el sector panificador indicando que el Gobierno había llegado a un acuerdo con dirigentes con más representatividad.
“Nosotros tenemos garantizada esa cantidad de harina, de un millón de quintales, nos va a sobrar alrededor de 600.000 quintales. Ese excedente nos da la posibilidad de reforzar la provisión de harina si es que el sector panificador lo requiere”, apuntó anteriormente Néstor Huanca, responsable de ese ministerio.
Recordó que en enero de este año Emapa firmó un acuerdo con el sector panificador para mantener estable el precio del pan de batalla a Bs 0,50 en Cochabamba, El Alto y La Paz; a Bs 0,40 en Oruro y a Bs 0,33 en Potosí, y precio diferenciado en otras regiones del país.
Temen desabastecimiento
Giovani Zárate, gerente general de la Panadería Victoria, señaló que durante 2021 no hubo ningún tipo de problemas con el suministro de harina y que es la primera vez en años que tienen inconvenientes por el precio del insumo.
“Hemos estado haciendo compras regulares antes de que exista este problema. Pero desde que surgió esta situación ha habido una tendencia al alza y se veía que las molineras no querían hacer cotizaciones”, señaló.
Agregó que tienen un suministro que durará tres semanas.
Según datos de Anapo, la demanda interna de trigo ronda las 700.000 toneladas por año, que son cubiertas por unas 300.000 toneladas producidas dentro del país (73%, en Santa Cruz), mientras que las restantes 400.000 llegan por la vía de la importación legal y por contrabando (principalmente harina de trigo).
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 2006 y 2020 Bolivia pasó de producir 120.000 a 311.000 toneladas de trigo (Santa Cruz subió de 82.000 a 229.000 toneladas).
Fuente: El Deber