Fertilizar esta especie de cultivo al 125 % solventaría la alimentación de bovinos, cerdos y aves en épocas de sequía o fuertes lluvias
A la hora de cosechar, los investigadores descubrieron que las 42,95 toneladas obtenidas con 125 % de fertilización cuentan con concentraciones químico-naturales de 4,41 % de nitrógeno, 0,327 % de fósforo y 1,19 % de potasio, lo que representa una buena cantidad de nutrientes aptos para consumo tanto en bovinos, cerdos y aves como de seres humanos.
Con las raíces y el forraje del cultivo de yuca se produce heno o ensilados, considerados productos económicos dado su alto aporte proteínico alimentario, especialmente en ganado productor de leche, en épocas de difícil supervivencia animal.
Como la planta tiene un alto nivel de extracción de nutrientes del suelo, este se desgasta por su cosecha repetitiva, por lo que al plantar yuca se recomienda aplicar planes de fertilización para recobrar, mantener y sostener la fertilidad del suelo al tiempo que se mejora el rendimiento y la productividad del cultivo.
Es por eso que Jessica Gil Montoya, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia, estudió cómo la fertilización química influye sobre la calidad del cultivo de yuca forrajera en el municipio de Cartagena del Chairá, en el departamento del Caquetá.
Adicionalmente la investigadora y el Comité Departamental de Ganaderos de Caquetá (CDG) crearon un emprendimiento de bloques nutricionales del forraje de yuca para animales, que contiene un 25 % de proteína y un 51 % de fibra.
Antes de comenzar el estudio, los investigadores capacitaron a los ganaderos y campesinos para saber cómo utilizar la yuca en forraje y sus desarrollos. “Aquí en el municipio, los campesinos saben utilizan forrajes diferentes como el de maíz, botón de oro o pasto de corte, pero no conocían sobre el forraje de yuca, que es una alternativa muy buena”, explica la magíster.
Después practicaron sus conocimientos al plantar 7.800 plantas en una parcela experimental de 36 m de largo y 33,2 m de ancho. En este terreno aplicaron cuatro tratamientos diferentes de fertilización química, cada uno con tres repeticiones: uno testigo (sin fertilización), otro con 75 % de fertilizantes, otro con 100 % y un cuarto con 125 % de fertilización.
Durante nueve meses, y a medida que el cultivo crecía, la magíster evaluó en tres periodos (3 – 6 – 9 meses) las características foliares, la eficiencia química de las plantas –contienen nitrógeno, fósforo y potasio–, la bromatología (proteína y fibra), el rendimiento (materia) y la evolución química del suelo. En cada corte utilizaron suplementos químicos diferentes que fueron urea granulada, cloruro de potasio, óxido de magnesio y fosfato de amnio (DAP).
“Podemos comenzar a cambiar el chip de las personas, aquí los ganaderos nos acostumbramos a no fertilizar sino a deforestar el campo; las primeras cosechas de los potreros recién tumbados suelen ser excelentes porque tienen todos los nutrientes, pero las personas dicen ¿yo para qué voy a fertilizar si puedo tumbar y siembro?”, afirma la investigadora.
Sin embargo, cuando los investigadores les hablaron a los productores sobres estos hallazgos, ellos comenzaron a creer en la fertilización, lo que abre una puerta a la recursividad ambiental y productiva de los campesinos, tanto para alimentar a loss animales como para cuidar sus suelos.
El forraje de yuca es una alternativa cuando la falta de alimentos se presenta en épocas de sequías y extremas lluvias. Por ello, el equipo creó bloques de alimento comprimido compuestos de urea, maleza, minerales, sal, harina, agente solidificante y forraje de yuca.
Desde principios de 2020 este emprendimiento en Caquetá surgió con el nombre Nutridec, para eso, cultivan de forma artesanal el forraje de yuca, lo convierte en materia prima seca y realizan a mano cada bloque. Con estos, el animal presenta menor digestibilidad, aumenta la producción láctea en las hembras productoras de leche y entrega ganancia de peso en vivo del bovino en unos 420 gramos al día.
Para el futuro, la investigadora Gil y el Comité de Ganaderos buscan industrializar la producción de bloques nutricionales para ofrecer de manera continua este suplemento, mayor cantidad y menor precio.
Fuente: Agronegocios