Autoridades del Reino Unido aprobaron un permiso para ensayos de campo con trigo editado genéticamente que produce menos acrilamida cuando se hornea. La acrilamida surge cuando las patatas, los churros, el pan y el grano de café se tuestan, cocinan o fríen a temperaturas superiores a los 120 grados.
Fue aprobado en el Reino Unido el permiso para ensayos de campo con trigo editado genéticamente que produce menos acrilamida cuando se hornea. La acrilamida es un potencial cancerígeno que se forma al hornear, freír o calentar trigo, papa, café y otros alimentos.
La importante información fue publicada en el portal web de Mundo Agropecuario en el que se explica que los experimentos serán los primeros ensayos de campo de trigo en cualquier lugar del Reino Unido o Europa.
«El trigo se ha editado para reducir los niveles del aminoácido asparagina, que se convierte en un compuesto cancerígeno tras el procesamiento, la acrilamida, cuando se hornea o tuesta el pan o masas de harina de trigo».
Los científicos tienen como objetivo final del proyecto producir trigo no-transgénico ultra bajo en asparagina, dice el líder del proyecto, el profesor Nigel Halford.
“La acrilamida ha sido un problema muy grave para los fabricantes de alimentos desde que se descubrió en los alimentos en 2002″.
Las puntas crocantes de las patatas fritas, las tostadas que crujen cuando se las mastican, pueden ser un bumerán para la salud.
Desde el 2002, cuando la agencia de salud sueca puso el grito en el cielo, diversos organismos públicos y organizaciones médicas alertan que la cocción excesiva de los alimentos ricos en almidón o los derivados de cereales generan la mortal acrilamida.
Un peligro latente
Un estudio escrito del especialista Juan Pedro Chuet-Missé y publicado en el portal La Vanguardia explica que la acrilamida surge cuando las patatas, los churros, el pan y el grano de café se tuestan, cocinan o fríen a temperaturas superiores a los 120 grados. En ese momento se genera la reacción de un aminoácido llamado asparagina con azúcares reductores como la glucosa y la fructosa.
El analista explica que mientras se produce la cocción se produce la denominada ‘reacción de Maillard’, que presenta el color tostado y el sabor crujiente que es tan magnético para el paladar.
Esta sustancia causa cáncer en roedores y se considera probablemente cancerígeno para los seres humanos. Se forma en el pan y aumenta sustancialmente cuando el pan se tuesta, pero también está presente en otros productos de trigo y muchos alimentos derivados de cultivos que se fríe, hornea, asan o tuestan, incluidas las papas fritas y otros bocadillos, papas fritas en bolsa, papas asadas y en el café.
“Creemos que los niveles de asparagina se pueden reducir sustancialmente en el trigo sin comprometer la calidad del grano. Esto beneficiaría a los consumidores al reducir su exposición a la acrilamida de su dieta, y a las empresas alimentarias al permitirles cumplir con las regulaciones sobre la presencia de acrilamida en sus productos».
Surge una posible solución
El plan es para un proyecto de hasta cinco años, que terminará en 2026, con plantas que se siembran en septiembre a octubre de cada año y se cosechan en septiembre siguiente.
Las plantas editadas se cultivarán junto con el trigo en el que la síntesis de asparagina se ha visto afectada utilizando el método anticuado de mutación inducida químicamente.
El proceso implica inicialmente una modificación genética (GM) para introducir genes necesarios en la planta.
Una vez que se ha realizado la edición, la parte transgénica o GM se puede eliminar de las plantas mediante métodos convencionales de mejoramiento vegetal durante unas pocas generaciones. La mayor cantidad de plantas que se pueden cultivar en el campo acelerará ese proceso, dice el profesor Halford.
“La mayor cantidad de plantas que podemos tener en la prueba de campo en comparación con un invernadero facilitará la identificación de las plantas que ya no son transgénicas».
Sostiene para finalizar que esto significa que el primer año de la prueba tendrá plantas que son transgénicas, pero para el tercer año de la prueba esperan que sean solo editadas genéticamente.
Fuente: Mundo Agropecuario / La Vanguardia
Redacción: Publiagro