Sectores productivos trabajan para que las heladas y la sequía no los vuelvan a sorprender

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Foto: El Deber

El problema del agua, principalmente en las zonas afectadas por los incendios, se agravará en los próximos años si las autoridades no trabajan en contra de la deforestación y los incendios.

De acuerdo a los registros de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), las heladas seguidas de la sequía sorprendieron a los productores agropecuarios de Santa Cruz, porque estadísticamente llegaron más temprano que otros años, aunque felizmente no afectaron la provisión de alimentos en los mercados.

El gerente General de la CAO, Edilberto Osinaga, señaló que se produjeron heladas en regiones donde no se tenían registros, como la Chiquitania, y la escasez de lluvias se adelantó. “Hasta el momento y, por las previsiones que hay, no hay riesgo de desabastecimiento. Puede ser que hubo relativa disminución de productos, pero no una escasez; en ningún momento”, dijo el ejecutivo al admitir que esta situación afectó para el incremento de los precios de algunos productos, principalmente hortalizas.

En tal sentido, adelantó que en estos días la CAO trabaja en proyectos para hacer frente a las adversidades del clima y se plantea a las autoridades aunar esfuerzos para los escenarios que se prevén a futuro. “No podemos seguir todos los años en lo mismo, tenemos que, progresivamente ir disminuyendo los efectos, preferentemente en la falta de forraje y la escasez de agua que se registra en algunas zonas como el sur y el este, que son las más sensibles a esta situación”, remarcó.

Sin hacer referencia directa al Gobierno central, Osinaga expresó que una de las exigencias de los sectores productivos son normas claras y condiciones para adquirir tecnología; por ejemplo, con miras a exportar. “Hay que hacer los ajustes, porque si yo incremento la producción y no tengo dónde vender, va a ser esfuerzo en vano, pérdida de recursos, como ha pasado muchas veces”, añadió.

Por su parte, el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz, Alejandro Díaz, manifestó que su sector tiene casi listo un proyecto de banco de forrajes para el ganado de forma asociativa entre productores de una zona o región. “Es un medio cooperativo, para que no sea el “tole tole” de todos los años, porque quejarse de la misma historia de sequía, no condice con nuestra condición de productores”, aseveró.

Menos agua

Un reportaje publicado este lunes por EL DEBER, demostró que el problema del agua, principalmente en las zonas afectadas por los incendios, se agravará en los próximos años si las autoridades no trabajan en contra de la deforestación y quema del bosque.

En Roboré, una región eminentemente ganadera, un estudio financiado por la Cooperación Belga, arrojó que desde 2015, las recargas de agua y los ríos han mermado en un 40% su caudal. El presidente de la cooperativa de agua local, Moisés Blanco, indicó que, desde los incendios de 2019, la disponibilidad del líquido elemento mermó en 25%.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) tiene estudios preliminares aún no publicados, que dan a entender que el municipio de Roboré estaría en los próximos 25 o 30 años con un déficit hídrico importante en la zona urbana.

En San Ignacio –otra región ganadera por excelencia- el ex presidente de la Cooperativa de Servicios (Coosiv), Luis Bauer, dijo que según sus registros, las precipitaciones han disminuido y que eso se ha traducido en menos agua en la represa Guapomó, que abastece a la población. Según él, a pesar de que se hicieron obras, si no hay lluvias en la siguiente temporada, San Ignacio estará en problemas.

Fuente: El Deber