Los propietarios de la hacienda El Porvenir denuncian que desde hace más de tres años sufren la destrucción de la estancia por parte de avasalladores que se instalan en lugares donde están las plantaciones agrícolas. Denunciaron que han perdido 900 hectáreas de sorgo y otras 450 de chía, por no poder realizar las labores agrícolas. Hacen un llamado a las autoridades para que los ayuden a evitar este atropello.
Una familia que se dedica a la producción de semillas y cosechas de sorgo y chía en la propiedad El Porvenir del municipio cruceño de Pailón denunciaron que están sometidos a amedrentamientos por parte de personas traídas del interior del país, las cuales avasallaron esas tierras con el presunto aval, según la denuncia, del INRA, ABT, Policias y autoridades municipales.
Refieren que desde que llegaron a asentarse en esa propiedad solo han traído destrucción y amenazas, de acuerdo a la denuncia presentada en un video que circula en las redes sociales, en el cual se aprecian los ataques que sufren a diario.
Denunciaron que los invasores tumbaron el portón de la entrada principal a la propiedad para instalarse en los terrenos avasallados.
Repudio ante los atropellos
Ricardo Justiniano, trabajador e hijo del propietario, manifestó su repudio ante la acción que están ejerciendo los avasalladores, quienes no respetan nada e ingresan a la propiedad para desmantelar y robarse todo lo que encuentran.
«Se instalaron en medio de los sembradíos de chía por lo que no hemos podido fumigar las plantaciones y menos podemos levantar la cosecha, la cual ya está casi perdida».
Destacó que tienen unas 900 hectáreas sembradas con sorgo, pero en esos terrenos ya se instalaron las personas que fueron traídas supuestamente del interior del país e impiden realizar los trabajos.
El denunciante manifestó que otras 460 hectáreas también están a punto de perderse por estos avasallamientos ya que «los invasores se ubican en las zonas donde se encuentran los chacos».
Hasta el momento son 12 comunidades las que se han asentado en esos terrenos, pero ingresan se instalan y luego se van a otros sitios, por lo que el denunciante señala que lo hacen para perjudicar el trabajo.
Se presentan en los sitios cuando se van a realizar las siembras y lo hacen con el respaldo de alguna autoridad lo cual consideran es un total atropello.
«En el momento en que necesitamos encender la maquinaria, lanzas sus pausas, llaman a la gente y vienen todos a amenazar con quemarnos las máquinas y todo lo que tenemos en la estancia», subrayó el denunciante.
Recalca que desde hace tres años vienen sufriendo este tipo de acciones que lesionan el trabajo agrícola que realizan con mucha pasión para producir los alimentos que comen los bolivianos.
Pero no muestra su desconsuelo al mostrar su pesar por cuanto han denunciado la situación ante el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) y esa dependencia oficial nunca les responde los reclamos que presentan por lo que consideran estar solos ante esta situación que les toca enfrentar.
Para colmo de males denunció que desde que llegaron los avasalladores practican una caza indiscriminada de animales, al punto de que comen hasta gatos montés, el felino salvaje más común de América del Sur.
Los dirigentes que realizan los avasallamientos, de acuerdo a la denuncia presentada, utilizan a niños en los asentamientos, los cuales son usados como excusa para justificar la invasión de las zonas.
En otro asentamiento las personas bloquearon los caminos para impedir el paso de los trabajadores del predio, quienes se ven impedidos de utilizar los tanques de agua que tienen instalados en la propiedad y de realizar las labores agrícolas correspondientes.
Dichos tanques aéreos ahora son utilizados por las referidas personas para cocinar y realizar sus labores diarias.
«Es lamentable que utilicen a estas personas pobres que ni siquiera tienen qué comer para realizar los avasallamientos», se conduele el propietario.
En el trabajo de acabar con lo que consiguen los avasalladores se encargan de talar los árboles para sacar madera y llevan adelante desmontes de tierra, lo que perjudica las labores agrícolas que allí se realizan.
En el video se establece que cerca de un chaco ya están realizando excavaciones de tierra para montar otro asentamiento impidiendo de nuevo el trabajo.
En la zona tenían los propietarios un corral de madera el cual fue destartalado por completo y se robaron todo el material que se encontraba en el sitio, entre ellos un generador de corriente y una bomba de agua que se utilizaba para el ganado que pastaba en ese sitio.
El denunciante señala que un amplio terreno se está desmontando a pesar de que en ese lugar no hay agua, pero utilizan camiones cisternas de la alcaldía de Pailón para lograr sus objetivos.
Piden acción a las autoridades
Marlene Justiniano, una de las propietarias de la hacienda El Porvenir, solicitó a las autoridades que hagan algo, que los ayuden a solventar este grave problema que mantiene casi paralizada la producción agropecuaria de esa estancia.
«Nos encontramos en total estado de indefensión sin saber qué hacer por cuanto hemos acudido a todas las instancias, entre ellos la fiscalía, el INRA, la justicia y en total hemos abierto once procesos penales contra estos avasalladores, pero no hemos logrado nada».
Al respecto manifiesta que estas personas cuando tienen algún problema llaman al INRA y de inmediato reciben el apoyo que necesitan con el resguardo de la policía, mientras los productores no tienen ningún tipo de ayuda.
Aprovecha para denunciar que a la casa principal de la propiedad El Porvenir han llegado decenas de policías a practicar controles y revisiones sin ningún tipo de orden judicial y los propietarios no pueden hacer nada.
«Estuve presente en el Congreso de la Tierra realizado en San Miguel y le entregue personalmente al gobernador de Santa Cruz un escrito donde específico las calamidades que estamos sufriendo y vuelvo a pedir a las autoridades que hagan algo como instituciones para evitar este atropello», afirmó para culminar en medio de un profundo dolor al ver su propiedad totalmente mancillada.
Fuente: Publiagro
