Industria oleaginosa pide al Gobierno eliminar las trabas que frenan su producción

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CANIOB Y CADEX en un comunicado vuelven a reiterar que un sector privado no puede subvencionar a otro privado. Afirman que la banda de precios les afecta y por ende piden a las autoridades que determinen medidas para restituir el equilibrio en la cadena productiva oleaginosa y que permitan a las industrias seguir contribuyendo al país con empleos y divisas.

La reactivación económica que necesita el país ante la difícil coyuntura que atraviesa que ha generado desempleo y negativas consecuencias no será posible «si se siguen definiendo medidas que afectan a las industrias oleaginosas y distorsionen el mercado de la vital cadena productiva».

Así lo sostiene a través de un comunicado la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (CANIOB) y la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (CADEX) organizaciones que muestran sus preocupaciones ante las dificultades que han atravesado motivado a la banda de precios y los cupos para la venta de la harina solvente de soya establecidos por el Gobierno Nacional.

Por considerar de suma importancia los puntos mencionados en el comunicado transcribimos fiel y exactamente los mismos, los cuales están dirigidos a las autoridades competentes para que tomen las medidas pertinentes:

1.- Las industrias oleaginosas subvencionan el precio de la harina solvente de soya para los sectores avícola, porcicultor y lechero. No corresponde que un sector privado subvencione a otros sectores privados, porque se distorsiona toda la cadena productiva oleaginosa. Además, el precio fijado para la venta está muy por debajo del de exportación, lo cual perjudica económicamente a las industrias y crea un mercado negro de reventa y contrabando de este producto.
2).- La subvención de precios a que está obligada la industria no llega al consumidor final. El precio de la harina de soya bajó en el mercado interno y las carnes de pollo y cerdo no han reflejado ninguna baja en los precios en favor de la población.
3).- Mientras la industria oleaginosa esté obligada a subvencionar la harina solvente, la entrega debe continuar regida bajo el sistema de cupos obligatorios impuestos por la Resolución Bi Ministerial Nro. 010/2020. Caso contrario, la industria quedaría sin la opcion de exportar, cortando las divisas para el país.

4).- No es correcto que un sector privado subvencione a otro sector privado.
Cupos de exportación

En cuanto a los cupos de exportación CANIOB y CADEX sostienen otros dos aspectos que consideran fundamentales, a saber:
1) Para obtener el permiso que le permita exportar los excedentes de harina de soya y aceite, la industria oleaginosa, está obligada a cumplir con los cupos y precios establecidos por la normativa vigente para abastecer el mercado interno, el cual representa el 20 % de la producción.
2) La industria oleaginosa que tiene vocación exportadora, siempre abasteció el mercado nacional y lo seguirá haciendo, pero necesita tener igualdad de condiciones para negociar precios y así mantener el equilibrio necesario en toda la cadena productiva.

Riesgos para la economía:
En otro de los aspectos interesantes del análisis que presenta CANIOB y CADEX está el referido a los riesgos para la economía nacional al mantenerse los precios subsidiados para los productores privados. Los términos de estos riesgos son los siguientes:

1) Si no se corrigen las desigualdades y distorsiones producidas por el sistema regulatorio vigente, alertamos que a corto plazo las industrias no podrán aguantar financieramente esta situación. Esto afectará al sector agrícola en la compra – venta de granos, a los comercializadores de insumos para la provisión de productos en la siembra y cosecha, a los transportistas por la reducción de sus cargas, al Estado Nacional por la pérdida de divisas por exportaciones y al sistema financiero que deberá soportar el endeudamiento de todos los sectores de la cadena productiva oleaginosa.
Por eso entendemos las movilizaciones que algunos sectores de la cadena están protagonizando, solicitando la libertad de mercado y libre de cupos y bandas de precios.
2) Si por estas distorsiones se rompe el eslabón de la industria, se rompe toda la cadena productiva de la soya y se pone en riesgo la estabilidad del complejo oleaginoso que ha protagonizado el crecimiento de Santa Cruz y Bolivia, y que ahora es clave para la reactivación de la economía.

Finalmente formulan un llamado a los ministerios de Desarrollo Productivo y Economía Plural y el ministerio de Desarrollo Rural y Tierras a que tomen en cuenta los argumentos técnicos que presentaron y en base a ellos «determinen medidas que restituyan el equilibrio en la cadena productiva oleaginosa y permitan a las industrias seguir contribuyendo al país con empleos y divisas».

Fuente: Publiagro