Avicultores piden a las empresas aceiteras no poner más trabas para la venta del insumo. Ricardo Alandia, presidente de ANA, aclaró que los ministerios fallaron al hacer los cálculos ya que requieren 40 mil toneladas, no las 30 mil que aprobaron en el convenio. Están dispuestos al diálogo para la buscar soluciones.


El problema del abastecimiento de los derivados de soya para alimentar a los animales se mantiene latente a pesar de que hace más de un mes el gobierno emitió la normativa que obliga a las empresas aceiteras a venderles este insumo a un precio justo y atendiendo a cupos establecidos, pero hasta el momento nada de eso les han cumplido a los productores.
Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores (ANA) en una entrevista con Publi Agro Noticias, presentó la realidad de un problema que afecta a todo el sector pecuario del país.
Aclara que, lamentablemente, parte del problema se origina por el hecho de que las aceiteras consideran que con 30 mil toneladas se cubre el mercado interno, pero «no es así, los productores bolivianos requieren de 40 mil toneladas», asegura.
El convenio que firmó el Gobierno Nacional y las empresas aceiteras, explica el entrevistado, se hizo pensando en preservar la seguridad alimentaria y por ello hay una normativa que las obliga a proveer un insumo importante, que además no tiene sustituto como fuente de proteína que es la harina de soya.
Sostuvo que la normativa se estableció el pasado mes de diciembre y a partir del 1 de enero de este año ya deberían estar abastecidos, pero ya está finalizando el mes y la situación sigue sin resolverse.
«Al parecer la industria aceitera no está de acuerdo con el precio que le fijó el Gobierno, además hay descontento en el sector pecuario, porque no estamos recibiendo el insumo como se acordó y también hay descontento en el sector primario», sostiene el dirigente.
La situación se complica por cuanto, de acuerdo a la explicación de Alandia, los aceiteros utilizan cualquier excusa para no cumplir con el convenio.
Entre esos argumentos que presentan están los referidos a que «las maquinas están en mantenimiento, o que como las listas de cupos llegaron el 12 de enero, solo van a abastecer el 50%».
Calificó como un hecho más grave el que hicieron recortes hasta de un 70% especialmente en el sector de incubación por lo que considera que el personal del ministerio no entiende el proceso o la cadena para la provisión de alimentos.
Estima que debe quedar muy claro que “si no hay semillas no habrá pollos, así de simple”.
De igual forma, están afectados los criadores de gallinas ponedoras, así como los vendedores de huevos y obviamente los que crían los nuevos pollos. Por todo ello, asegura que hay un desconocimiento total de las autoridades sobre este tema.
«Todas estas situaciones se las hemos explicado a los técnicos de los dos ministerios, en especial al de Desarrollo Productivo, que me pidieron combinar e inicialmente lo hicimos, pero ya no contestan ni las llamadas y el resultado es que la industria no nos está abasteciendo», agrega.
Como presidente de ANA denunció que hay Asociaciones de criadores de pollos, como la de Chuquisaca a los que no les están entregando ni un solo grano de soya.
“Existe una normativa, que es el Decreto Supremo y hay una Resolución Bi Ministerial, pero quien tiene que definir lo que se llama la torta del consumo interno es el Gobierno Nacional”, recalcó.






Sistema de cupos
Alandia señaló que está en contra del sistema de cupos por considerar que esta medida coarta cualquier crecimiento, porque si al productor le asignan una cantidad que tiene que comprar, no tiene que pensar en agregar un ave más, porque no tiene el insumo.
«Los cupos para acceder a la soya frenan el normal desarrollo del sector agrícola y además va en contra del modelo productivo cruceño».
Sostuvo que los productores solo han recibido un 30% de lo acordado, lo que significa un recorte del 70% y según entiende eso ocurre porque las aceiteras dicen que con 30 mil toneladas cubren todo el mercado interno, pero la autoridad afirma que son 40 mil toneladas las que necesitan.
Señala que fue allí donde los técnicos de los ministerios no encontraban qué hacer, por cuanto la cantidad acordada no alcanza para todos los productores.
Prioridad al consumo interno
Ricardo Alandia aclaró que el Decreto dice que debe haber prioridad al consumo interno y después la exportación, cosa que debe tener claro el Gobierno.
Fue claro en afirmar que el ministerio es el que hace los recortes y eso se debe a que no le alcanza lo que las industrias han firmado o acordado; lamentablemente, han estimado por debajo de lo que se requiere en el mercado interno.
«El ministerio por el apuro de firmar los convenios posiblemente les ha aceptado esa cantidad que no es la correcta. No debería faltar la soya a los productores», dijo.
En forma contundente aseguró que debido a este problema se pone en riesgo la seguridad alimentaria del país por lo que considera necesario sentarse a negociar.
Se está creando un mercado paralelo de venta de la harina de soya, que no es importada, sino que sale de las mismas industrias aceiteras del país que la cobran cien dólares más por tonelada.
Al respecto considera que se debe encontrar una fórmula en la que la industria no sea mezquina con el mercado interno, pues han tenido que hasta prepagar por la harina.
Están conscientes en que el grano de soya y la harina son homónimos, «pero resulta que cuando baja el precio internacional, entonces no dicen nada, en cambio cuando sube, como ahora, llegan los problemas».
Sector agrícola no crece
En los últimos diez años el sector agrícola boliviano se ha estancado. Se mantienen los mismas tres millones de hectáreas sembradas y en Santa Cruz se siembra un millón, pero el entrevistado afirma que la industria ha subido cuatro veces en los últimos tiempos.
«Por ello no alcanzará el grano de soya internamente. Se lo manifestamos a las autoridades al señalarles que para que crezca el sector agrícola y los productores sean más competitivos que requerimos más incentivos».
Considera que en este sector están cifradas todas las esperanzas para la reactivación económica del país, pero sostiene que no les dan las condiciones, solo les otorgan trabas como puede ser la biotecnología, la no exportación, etc.
Al respecto señala que cuando aparezca el mercado libre debe ser para todos, no solo para exportar, porque podrían traer harina de soya de Brasil o Argentina países en los que vale la mitad, pero no lo harán porque es una materia prima que exporta Bolivia.
Reitera que ciertamente hace falta granos de soya porque las industrias han crecido, pero no lo ha hecho el sector agrícola al mismo ritmo y esos son los factores que frenan el desarrollo agrícola.
Para culminar afirmó que en este tema el sector agrícola está totalmente cohesionado, porque es una situación que les afecta a todos y esperan que de ahora en adelante se puedan resolver los problemas en forma conjunta.
Fuente: Publiagro

