La conformación de las ubres y los aplomos inciden directamente en la productividad de la ganadería, según lo planteó el ganadero Carlos Alberto Granada, de Ganadería Gutiérrez en Moniquirá (Boyacá).
Sostuvo que en bovinos la mayoría de las características deseables son hereditarias razón por la que su apuesta es mezclar únicamente lo mejor de las tres razas y por eso son animales que tienen 25 % holstein, 25 % gyr y 50 % rojo sueco.
En cruzamientos previos la ganadería había obtenido la resistencia, adaptabilidad y cantidad de sólidos que tienen las vacas gyr sumado a la abundancia de leche de la genética holstein y el siguiente paso era mejorar la conformación de los animales inicialmente en las ubres y eso lo encontraron con la inserción de la genética rojo sueco.
Con una mejor ubre aguanta mejor la caminata porque no se arrastran ya que son levantadas y eso es lo que buscaban que fuera alta, bien conformada en la parte trasera, con buenos ligamentos.
Con la tercera raza encontraron un ligamento suspensorio medio prominente y fuerte que mantiene la ubre mucho más firme, cercana al cuerpo del animal y siempre por encima del corvejón, es decir, de la articulación ubicada por debajo de la pierna lo que garantiza un mayor flujo de leche, reducir el riesgo de enfermedades como la mastitis y de otras que se pudiesen ocasionar por el roce frecuente de las ubres con el suelo o los forrajes, los cuales las pudiesen también contaminar.
Lo que se busca es mejorar ubres porque la girolanda la tienen más baja, del tercer parto en adelante se van descolgando por falta de ligamentos pero con esta es mucho mejor.
Además de extender la vida productiva de las vacas al lograr que las ubres no se caigan muy rápido la otra ventaja encontrada fue en la conformación de los pezones que se adaptan perfectamente al ordeño mecánico y facilitan el amamantamiento de las crías puesto que son dirigidos perpendicularmente al suelo en forma vertical, se ubican en el centro de cada cuarto, son de mediana longitud, cilíndricos, de diámetro uniforme y con extremos redondeados y bien pigmentados para evitar las quemaduras del sol igual que sucede con la ubre.
Corporalmente las vacas trihibridadas también son diferentes a las demás existentes en la finca. Las orejas son más cortas, mejores aplomos, más resistencia, tienen mejores ubres y en general su conformación.
El mejoramiento de los aplomos hace referencia a que una vaca que camina correctamente, se alimenta bien y rinde en términos de fertilidad y productividad. Vacas con aplomos débiles tienden a lesionarse fácilmente, incluso desde los ligamentos de la ubre puesto que esos aplomos son los encargados de cargar con el peso del animal, el alimento que consume diariamente, le leche que hay en su ubre e incluso el peso de su cría dentro del vientre.
Con tres años de trabajo de mejoramiento genético, la ganadería ha logrado seis vacas trihibridadas en producción y cinco que están por nacer.
Una de las primeras da 35 litros de leche al día, además son 100 % más resistentes a nuches y garrapatas. El cruce ha incrementado hasta en 12 litros la producción de cada vaca. Hasta ahora los cruzamientos se han hecho con inseminación artificial y en pocos meses esa responsabilidad será compartida con un toro rojo sueco que ya pastorea con las vacas en producción.
Fuente: Contexto Ganadero