El crecimiento del sector agropecuario es una alternativa certera para la economía del país

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El IBCE considera que el campo agropecuario es vital para la economía de Bolivia, luego del positivo crecimiento en el 2020, año en el que se demostró el buen desempeño de la agropecuaria, la agroindustria y la agroexportación.

Pedro Colanzi Serrate, presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), expresó recientemente su preocupación por la economía del país, luego de un año 2020 que paralizó en gran parte al país, aunque sostuvo que el sector agropecuario demostró que es una vía para impulsar el desarrollo de la nación,  pero debe recibir este año el apoyo del Gobierno Nacional.

Para alcanzar esa alternativa lanzó propuestas a fin de volver por la senda del crecimiento en beneficio del país, un tema que debe ser tomado en cuenta por las autoridades, según lo refiere un informe presentado en el portal correodelsur.com.

Creció el sector agropecuario

La buena noticia es que dicho informe reconfirma lo visto con el PIB a junio, y con el IGAE a septiembre: el casi solitario crecimiento del sector agropecuario, superado solo por el de comunicaciones, aunque por encima de Servicios de la Administración Pública.

La lección aprendida en este doloroso 2020 es que el sector agropecuario es vital para la economía de Bolivia: su positivo crecimiento da cuenta del buen desempeño de la agropecuaria, la agroindustria y la agroexportación.

Se destaca que se podrá parar la minería, el transporte, los hidrocarburos, el turismo, la construcción, el comercio, etc., pero nunca la producción de alimentos, pues es vital para el ser humano, de ahí lo estratégico del sector a la hora de hacer políticas públicas por ahí va la salida para una rápida recuperación económica.

De acuerdo al IGAE, a octubre la agropecuaria creció 2,14% pese a la pandemia, la cuarentena y las dificultades que supuso, y con la agroindustria cumplió con Bolivia: no faltó alimento en nuestras mesas, se exportaron los excedentes, se alimentó a millones en el mundo y se logró una balanza comercial agropecuaria positiva a noviembre, por 100 millones de dólares.

El IBCE sostiene que con una política de promoción selectiva de exportaciones para traer dólares a Bolivia (focalizando en sectores de rápida reacción como el agropecuario, agroindustrial y forestal) y una política de sustitución competitiva de importaciones para no gastar divisas (producir biocombustibles, textiles, alimentos, maderas trabajadas y calzados), se puede crecer al 7%, generando empleos dignos, formales y sostenibles; tributos y divisas para el Estado; y superávits para recuperar los más de 10.000 millones de dólares perdidos de las reservas internacionales netas desde el 2014…

“En nuestras manos está sacar a flote al país y dar empleo a los más de 300 mil bolivianos que están cesantes, y para ello precisamos políticas públicas acorde a este desafío; sin embargo, nuevos tributos como el Impuesto a las Grandes Fortunas; las severas condiciones crediticias impuestas a un sector tan delicado, como el bancario; el retornar a las restricciones de exportación, y la posible abrogación de un Decreto para el pleno uso de la agrobiotecnología, no son las mejores señales para invertir, producir, generar más excedentes para exportar y reactivar la economía, sino que causan desasosiego”, indicó el presidente del IBCE.

Economía negra

Precisa el escrito que el 2020 será recordado como uno de los peores años para la economía boliviana, habida cuenta que los indicadores que se venían deteriorando desde el fin del auge en 2014, tuvieron su detonante con la pandemia del covid-19 que sobrevino para empeorar las cosas.

Las cifras son elocuentes: el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 11,11% al primer semestre; el Banco Central de Bolivia y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas pronostican que hasta fin de año caerá 8,4% lo que implicaría perder unos 3.500 millones de dólares comparado al 2019, año en que el país registró su menor tasa (2,2%) en casi 20 años.

Solo en 1953, el PIB registró un bajón superior (-9,5%) luego de la Revolución Nacional de 1952. Ni siquiera durante la debacle de la UDP hubo una caída tan profunda del PIB como hoy, ya que un -4% fue la peor cifra registrada en 1983 por las pésimas políticas implementadas.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de informar que el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) a octubre refleja una baja del 9,56%, producto del impacto económico de la pandemia y la mala combinación de políticas económicas, las tasas de crecimiento negativas afectaron principalmente a los sectores de minería, construcción, industria e hidrocarburos, entre otros”.

El IGAE muestra una tasa de crecimiento acumulada negativa de 9,56% a octubre de 2020, según datos de la Unidad de Difusión y Comunicación, emitida el pasado 23 de diciembre.

Fuente: Publiagro