Representantes de la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO) denunciaron que el ingreso ilegal de estos rubros alimenticios, los mantiene al borde de la quiebra y producen un fuerte daño a la economía del país.


Camiones cargados con toneladas de productos como maíz, azúcar y sorgo, papa, carne de pollo y de cerdo entran a Bolivia libremente de contrabando desde Argentina y otros países vecinos, según lo denunciaron diferentes voceros de la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO).
Las denuncias fueron presentadas por los afectados en una conferencia de prensa ampliada en la que mostraron la difícil situación que atraviesan producto de la apertura de fronteras que ordenaron en el país, aspecto que los tiene al borde de la quiebra.
Ricardo Alandia, presidente de la Asociación Nacional de Avicultores de Bolivia (ANA), presente en la reunión, señaló en forma tajante que en las fronteras no existe ningún tipo de control por parte de las autoridades y por ello los cargamentos llegan sin problemas a los mercados del país y sin ningún tipo de fiscalización sanitaria.
«Los productores aquí presentes denunciamos públicamente el contrabando de pollos y cerdos, así como de papa, maíz, sorgo, azúcar, productos cárnicos y lácteos, los que ingresan diariamente al país por la localidad de Tupiza en el departamento de Potosí», recalcó.
Informó que la comercialización de esos productos de contrabando «ponen en riesgo la salud de los bolivianos ya que se desconoce la forma de producción de esos alimentos y en el caso de la carne y los lácteos no cumplen con la cadena de frío y los protocolos de salubridad exigidos por las autoridades sanitarias de Bolivia».
Por esta razón, formuló un llamado a todas las autoridades estatales, Aduana Nacional, policías, municipios y al SENASAG a realizar controles rigurosos en las fronteras, así como en los centros de abastecimiento.
Instó a la población a comprar solo productos que posean el registro sanitario del SENASAG por lo que llamó «el bien de sus familias».
Aseguró que el contrabando no solo afecta a los productores agrícolas y pecuarios, sino que genera pérdidas económicas millonarias a todos los bolivianos.
El problema radica en que al devaluarse las monedas entre un 7% al 30% en los países vecinos, que es de donde proviene el contrabando, se multiplicó el contrabando por cuanto Bolivia mantiene su moneda fuerte con respecto al dólar.
«No podemos cuantificar exactamente a cuánto se elevan las pérdidas para el país, porque el contrabando, lamentablemente, no da facturas. Pero si sabemos que las pérdidas son millonarias con el riesgo de afectar al productor boliviano y que éste deje de producir alimentos para el país», recalcó.
«Denunciamos públicamente que el contrabando en Bolivia es masivo y eso es lo que no podemos permitir, porque está perjudicando al sector agropecuario y a la economía del país», afirmó el dirigente.
Por su parte, Iver Miranda Padilla, presidente de ASOHFRUT, afirmó que la situación se torna cada día más difícil para el sector agropecuario boliviano por el masivo contrabando.
Explicó que tienen datos que certifican que a diario entran al país 58 camiones con maíz de contrabando, lo que constituyen unas 1.500 toneladas de este rubro diario.


«Ese volumen significa que es toda la zafra del sur del país, es decir que son unas 130 mil toneladas que llegan en un período de 90 días, lo que constituye un daño de 20 millones de dólares para el sector, solamente del maíz».
De igual forma, señaló que tienen datos centrados en que ingresan de contrabando desde Argentina, granos de soya, productos cárnicos de pollo, bovina, cerdo, azúcar y otros rubros alimenticios.
Implementar tecnología y combatir el contrabando son dos de las medidas inmediatas que deben tomar las autoridades del país, según lo sostiene el declarante, ya que de esa forma podrán aumentar la productividad para competir con los países vecinos.
Los representantes del sector lechero, también presentes en la conferencia de prensa solicitaron a las autoridades del país que se intensifiquen los controles de los productos extranjeros que son de diversa procedencia.
«La mayor afectación a los productores de la leche y sus derivados es que ponen en riesgo la producción nacional y en especial la salud de la población, porque se consumen productos que no garantizan la salubridad de la población».
Alejandro Díaz, presidente de FENSACRUZ, manifestó que en nombre del sector cárnico ya se ha verificado el ingreso de productos de la carne procedentes de Argentina, aspecto que considera preocupante ya que no cuentan con un registro legal.
«Con la carne tiene que respetarse la cadena de frío para que no se ponga en juego la salud pública. Ya conocemos que hay la venta de esta carne en la ciudad de Santa Cruz y por ello solicitamos que las autoridades hagan las verificaciones correspondientes», manifestó.
Por su parte, un representante de la Asociación Porcinocultura manifestó que el contrabando de los productos cárnicos no es algo nuevo para Bolivia, pero ahora se ha multiplicado.
Dijo que de Brasil la marca Copacol enviaba unas 50 toneladas de carnes al mes y ahora pasan de 150 toneladas, lo cual es promovido por la devaluación de las monedas en Argentina, Brasil y de otras naciones.
«Esto trae como consecuencia la pérdida de empleos en Bolivia que aumentaron durante la pandemia, pero no se han podido recuperar»
Subrayó que los porcinocultores han cerrado en un 10% las granjas porcinas y más del 20% disminuyó su producción.
«El contrabando lo que hace es ahondar más la crisis y perjudicar la reactivación económica que estamos promoviendo todos los sectores y todos los bolivianos».
Todos los presentes señalaron que las autoridades sanitarias deben intervenir por cuanto las carnes de pollo y cerdo tienen un origen dudoso y podrían causar problemas gastrointestinales a quienes las compren en los mercados, tanto de Santa Cruz, como de otros departamentos del país.
Fuente: Publiagro

