Los efectos de la pandemia y las medidas asumidas para contener su propagación en el país representaron un duro golpe a la industria de producción de carne, principalmente por una contracción de la demanda, sector que ahora busca superar la crisis con el restablecimiento total del consumo.
De los alimentos con más demanda en la población, la industria cárnica fue la más afectada, teniendo en cuenta que la comercialización del producto bajó en 50% y hasta 70% durante la etapa de la cuarentena, en el sector bovino, avícola y porcino, según mencionaron al periódico Bolivia los representantes de cada actividad.
Bolivia registró el primer caso de contagio de coronavirus el 10 de marzo y, ante esa situación, el Gobierno determinó asumir una serie de medidas, como la cuarentena rígida, para contener la expansión del virus en la población.
Medidas mal llevadas
Para el presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), Ricardo Alandia, los productores ya venían atravesando dificultades mucho antes, lo cual empeoró con los conflictos político-sociales de octubre y noviembre de 2019 y posteriormente con la llegada de la pandemia y el bloqueo de caminos registrado en agosto por grupos sociales en demanda de elecciones nacionales.
El dirigente señaló que si bien hubieron algunos resultados de las medidas para combatir la pandemia, estos fueron “mal llevados” por los tres niveles de Gobierno: el central, el departamental y, mucho más, el municipal.
Agregó que el principal problema que tenían los productores era el transporte, “porque si bien estaban claras las reglas”, muchos de los encargados de vigilar la circulación no lo entendían e intentaban incurrir en la extorsión.
“En el caso de Santa Cruz, la peor medida que tomó el municipio fue cerrar 73 de 81 mercados; la idea era desconcentrar a la gente, pero la concentraron en pocos mercados, eso fue fatal”, aseveró Alandia.
Como efecto de las medidas de confinamiento, el avicultor mencionó que las ventas al público bajaron en su peor momento un 70%, hecho que generó fuertes pérdidas y que podría tomar unos dos años en recuperarse.
De acuerdo con ADA, la venta de pollo en situaciones normales alcanzaba a unos 18 millones de unidades de al mes. Al ingresar a la etapa del posconfinamiento, dichas ventas pasaron de 12 millones a 16 millones.
Por su parte, el presidente de la Asociación Departamental de Porcicultores de Santa Cruz (Adepor), Javier Urenda, coincidió con ADA en que los problemas para el sector agropecuario ya venían desde octubre y noviembre de 2019 y que se agravó con la pandemia, generando un desbalance económico en el sector por una sobreoferta y contracción en la demanda.
“Muchas granjas están sufriendo aún, están en terapia intensiva, (…) hay granjas que están trabajando a pérdida desde hace mucho tiempo”, apuntó.
Agregó que el sector generaba grandes ingresos por acontecimientos sociales, fiestas de fin de año, entre otros eventos que no habrán este año, lo que dificultará la recuperación de las granjas, que en algunos casos cerraron o tuvieron que vender sus vehículos y otras propiedades para compensar los costos de producción.
Urenda dijo que muchas granjas porcinas en este momento renegocian con la banca sus créditos, otros bajaron su hato ganadero y producción para poder subsistir.
Solo en Santa Cruz, explicó el productor, en el momento más crítico las ventas cayeron a 5.000 cerdos por semana, tomando en cuenta que en una situación normal se comercializaban 20 mil animales, es decir que hubo una caída de cerca al 70%.
VENTA INTERNA DE CARNE BOVINA BAJÓ A LA MITAD
El sector ganadero también registró una caída en las ventas durante el período de la cu rentena rígida, el cual se redujo hasta un 50%, informó al periódico Bolivia el presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Alejandro Díaz Salek.
De acuerdo con el productor, la reducción de los volúmenes comercializados de carne de res se vio compensada con el incremento de las reservas o excedentes de producción, es decir que el producto que no se vendió fue a incrementar la disponibilidad para las exportaciones a los diferentes mercados que tiene Bolivia.
“Este año hemos tenido cierta contracción en la demanda interna por razones obvias de la crisis del COVID-19. Hubo meses que hemos estado hasta la mitad de lo que generalmente se comercializaba, y eso ya no se recupera. Por todo ello es que con mucha más razón existe excedente exportable”, señaló.
Añadió que el excedente de producción alcanza a 20 mil toneladas (t) y este año se prevé exportar al menos 12 mil t.
Fuente: BOLIVIA