Ganaderos temen brote de un virus bovino por falta de vacuna en Venezuela

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«Estamos a las puertas de una emergencia sanitaria tan grande como la del coronavirus pero en el ganado bovino, porque no se consiguen las vacunas necesarias para el cuidado mínimo de los animales». La alerta fue hecha por Fernando Deibis, secretario ejecutivo del Consejo de Coordinación Agropecuario de Lara (Ccael), al resaltar que en zonas como Tumeremo, en el estado Bolívar, productores ya han denunciado la aparición de enfermedades raras en sus rebaños, que podrían ser altamente contagiosas para los humanos, pero están atados de brazos para determinar un diagnóstico certero por la escasez de reactivos que hay en laboratorios.


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Los bovinos deben estar sometidos a un plan sanitario para prevenir enfermedades con alta carga viral, algunas deben ser aplicadas dos veces al año como la fiebre aftosa, que de no controlarse a tiempo puede ocasionar malformaciones en las pezuñas, ubres, cavidad bucal, hocico y genitales del animal.

La brucelosis, infección bacteriana que se puede propagar en el aire o por contacto directo con animales infectados, la rabia o estomatitis Vesicular, que también genera malformaciones en el ganado y fiebre. Este control es indispensable para que el animal pueda ser enviado a matadero para su comercialización. A cada bovino le deben aplicar entre ocho y nueve tipos de vacunas anualmente.

«En Bolívar se está presentando un brote de enfermedades vesiculares, porque Venezuela es el único país de Latinoamérica que no ha controlado esa enfermedad. Faltan insumos biológicos, la situación de la escasez empeoró con la pandemia, cuando se cerraron las fronteras para traer esas vacunas desde Colombia y Brasil que era de donde nos estábamos abasteciendo», indicó Armando Chacín, presidente Fedenaga.

Hasta ahora el gobierno no ha informado si existen personas enfermas por el consumo de esta carne, sólo se autorizó establecer alcabalas sanitarias para prevenir la propagación en esta zona del país.

Chacín acotó que los productores deben costear los gastos de las vacunas y conseguirlas porque el gobierno dejó de desarrollar esos planes que antes realizaba el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI).

«No se sabe la calidad de la carne que se está comercializando, se ha disparado la venta de carne clandestina», expresó Fernando Deibis. Sostiene que la dificultad de conseguir vacunas afecta por igual a grandes y pequeños productores.

«No están llegando las vacunas importadas ni las están produciendo laboratorios nacionales», advirtió. Los ganaderos también tienen dificultad para mantener un control de parásitos.

A riesgo
Armando Chacín, presidente de Fedenaga, indicó que en las fincas productoras del país están haciendo «malabares» para mantener el rebaño sano aun pagando las vacunas que se consiguen a precio de dólar paralelo. «En los municipios donde se han extremado las medidas para la movilidad por el incremento de contagios por el COVID-19 también se reporta dificultad para que ganaderos puedan trasladarse a conseguir los insumos médicos y alimenticios necesarios. Incluso muchos han tenido que ir a las sedes de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI), de cada entidad a protestar para que faciliten los salvoconductos que permitan el transporte de alimentos», confesó.

Daniel Mendoza, productor agropecuario de Duaca en el municipio Crespo, indicó que muchos productores están laborando a riesgo, haciendo de tripas corazón para lograr conseguir las vacunas. «Hay quienes sacrifican el ganado antes de que tengan el peso y la edad necesaria para que la carne sea de primera, pero están trabajando a pérdida. Lo hacen por desespero ante el temor de que los animales se les puedan enfermar», dijo.

Detalló que para que un novillo pueda ir a matadero, debe tener un peso que varíe entre los 450 y 500 kilogramos, y esto se logra luego de tres años de crianza.

«Los productores vivimos una tragedia que se ha empeorado con la paralización económica por la pandemia. No solo faltan vacunas o desparasitantes, es que también es cuesta arriba conseguir alimentos balanceados para su engorde, vitaminas y los insumos que se requieren para mantener una finca 100% operativa», informó Luis Gerardo Oropeza, productor el El Tocuyo en el municipio Morán.

Van en picada
El presidente de Fedenaga, Armando Chacín comunicó que la producción de carne sólo abastece el 40 por ciento de la demanda nacional, por la escasez de insumos pero también por la caída del consumo.

«El poder adquisitivo del venezolano es cada vez más bajo para comprar proteína animal», expresó. En Lara un kilo de carne de res equivale a un sueldo mínimo integral, porque ronda los 800 mil bolívares.

Fuente: La Prensa Lara