Pasturas y verdeos: por qué hablamos de fertilización nitrogenada

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Por Ing. Agr. María Florencia Trejo
Cómo encarar la fertilización con manejo agronómico integral y desde un enfoque sistémico de la producción.
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Para que las gramíneas expresen su potencial de producción, una de las claves es la disponibilidad de nitrógeno y fósforo durante el ciclo del cultivo.

La aplicación de fertilizantes nitrogenados tiene un gran impacto, aunque un plan nutricional integral debería considerar además la disponibilidad de P, S y otros nutrientes.
La disponibilidad de nitratos (NO3) durante el invierno es generalmente baja debido a la menor mineralización de N proveniente de la materia orgánica (MO). Por lo tanto el agregado de N a través del fertilizante produce grandes cambios.

La fertilización de pasturas y verdeos es una práctica que puede conducir a un impacto positivo en productividad y rentabilidad del sistema ganadero. Algunos de los beneficios son:
• Aumento en la productividad (kg de materia seca por unidad de superficie y tiempo, por mejoras en la elongación foliar, mejoras en la cantidad de macollos, mejoras en el uso de la radiación)
• Mejoras en la calidad del forraje (digestibilidad, % de proteína, contenido mineral)
• Incremento en la producción animal (carne, leche),
• Adelanto de los aprovechamiento
• Mejoras en estructuras productivas (macollos) con impacto en la producción y persistencia en las estaciones siguientes
Por lo general la repuesta a la aplicación de nitrógeno (Eficiencia en el Uso del Nitrógeno= EUN) se encuentra entre 15 a 25 kg de MS/kg de N aplicado, aunque el rango que se puede hallar es más amplio: de 10 a 50 Kg de materia seca. Las diferencias dependen de:
• Efecto año
• La historia del lote: lotes que vengan de pasturas de alfalfa tienen menos respuestas que aquellos que han tenido cultivos agrícolas o pasturas gramíneas por varios años
• La especie: rye grass es más eficiente que avena en la utilización del nitrógeno ya que produce más Kg de materia seca por Kg de N aplicado. A iguales condiciones, en avena pueden hallarse respuestas de 15 a 20 kg MS/Kg de N, mientras que en rye grass pueden esperarse respuestas de 20 a 30 kg MS/kg de N.
• Nivel inicial de fósforo y la fertilización fosfatada adecuada: la respuesta al nitrógeno es dependiente del nivel inicial de fósforo en el suelo, el mejor momento para corregir fósforo es la siembra.
• Número de plantas: un cultivo con baja densidad de plantas solo puede aumentar la producción de pasto a través del aumento del número de macollos y del tamaño de lámina. Si hay limitación en el stand de plantas logrado, se debe evaluar cuidadosamente si es el recurso al cual fertilizar o si se encontrará mejor impacto en otro lote.
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• Condiciones climáticas previas y posteriores a la aplicación: períodos de seca o limitada humedad producen una mayor mineralización, lo que significa una elevada disponibilidad de nitrógeno en el suelo. En cambio en periodos de exceso de lluvias y días fríos (invierno) la mineralización es menor, acompañado de una mayor perdida por lavado en el perfil del suelo, por lo que las plantas tienen menos nitrógeno disponible para su crecimiento (plantas de color amarillo).
•La época de aplicación: una fertilización de una pastura de avena con 50 kg de N/ha realizada en abril puede alcanzar una respuesta de 25 kg de MS/kg de N, mientras que la misma dosis colocada a mediados de junio solamente llegaría a 15 kg de MS/kg N, en la zona de Rafaela.

A modo de referencia, 1 tonelada de MS de Festuca contiene alrededor de 20 kg/N y 1 ton de MS de rye grass contiene entre 20 y 35 kg/N.

Para que un verdeo de avena o rye grass produzca 8.500 kg de materia seca por hectárea, la planta precisa absorber 160 kg de nitrógeno durante su ciclo. Si el suelo no lo provee debemos agregarlo a través del uso de fertilizante para asegurar el máximo potencial de rendimiento del cultivo.

Se observan mayores EUN cuando la disponibilidad de N a la siembra es menor a 50 kg/ha. Al momento de decidir la cantidad de urea a aplicar, se puede tomar como indicador el siguiente valor: para incrementar 1 ppm de nitrato en el suelo es necesario agregar 5 Kg de nitrógeno como fertilizante.

Las mayores EUN en verdeos invernales se suelen presentar cuando la fertilización se realiza en el invierno, donde la disponibilidad de nitratos alcanza su menor concentración. Esto permite incrementar la producción de materia seca e inclusive adelantar el momento del aprovechamiento del verdeo.

El crecimiento de las plantas se rige por la “ley de mínimo”, esto significa que puede existir un nivel alto de un nutriente, pero insuficiente en otro y/o falta de agua o sol, por lo tanto la planta no responde y en algunos casos puede provocar su intoxicación.

Esta situación es común apreciarla durante inviernos secos donde las avenas y fundamentalmente los cultivos de raigrás no crecen, y muchos productores por la necesidad de más pasto deciden aplicar urea.

En este contexto lo único que se logra que el cultivo quede de un color verde oscuro, pero no hay crecimiento. Esto está explicada por la Ley de mínimo, el cultivo tiene mucho nitrógeno (la urea más el nitrógeno generado por la seca), pero necesita agua para su crecimiento normal.

Esto en muchos casos termina en un problema de intoxicación en plantas o intoxicación por nitritos en animales o contaminar los cursos de agua, además del gasto innecesario de urea.

Recapitulando
Para que se exprese al máximo el agregado de N a las gramíneas, es fundamental que se disponga de buenos niveles de fósforo disponible (PD) en el suelo. Se deberían alcanzar por lo menos 10-15 ppm (0-20 cm) de PD para obtener respuestas interesantes a la fertilización nitrogenada.

La disponibilidad de agua junto con el contenido de NO3 son los dos factores más asociados al rendimiento en materia seca de los verdeos.

La fertilización nitrogenada es especialmente importante en verdeos de invierno y en pasturas plurianuales de gramíneas o donde existe una alta proporción de las mismas en el tapiz vegetal.

Fertilización nitrogenada y calidad forrajera
La fertilización nitrogenada aumenta la cantidad de proteína bruta (PB) del forraje a través del incremento del % de N foliar. Mayores niveles de PB podrían mejorar la productividad animal, en condiciones no limitante de energía.

Consideraciones finales
Si bien la fertilización es una herramienta imprescindible para aprovechar el potencial productivo de los verdeos invernales, no se debe olvidar que el éxito alcanzado en su utilización es consecuencia de un

El abordaje a esta problemática debe hacerse teniendo muy presente que hay una red de múltiples interacciones de todos sus componentes (animales, empresario y su cultura, ambiente, suelo, recursos forrajeros, etc, etc) este artículo intentó proponer consideraciones a la hora de planificar la fertilización de recursos forrajeros que se utilizan en invierno.

Tengamos presente que el contenido total de nutrientes del suelo es la suma de los que se encuentran en solución (agua del suelo), en las arcillas y en la materia orgánica. La fracción disponible (para las plantas) de algún nutriente es aquella que se encuentra en la solución del suelo.

Puede haber un gran contenido total, pero poco de éste estar en forma disponible. Estos valores son muy dinámicos y cambiantes y deben ser abordados en el enfoque de sistema.

Fuente: Agrofy News