La ganadería Boliviana está pasando por una transformación productiva. Los sistemas de producción extractivistas están siendo reemplazados por otros altamente productivos, se han abierto nuevos mercados para productos animales bolivianos y se observa una mejora la economía y el consumo interno. Todos estos factores están incidiendo en el desarrollo de la actividad productiva, generando ganancia y calidad en la producción ganadera.
Cuando comenzamos a trabajar con pasturas, tenemos que considerar que la producción de pasto es una actividad en la que el rumiante bovino es el que se encarga de realizar la cosecha del campo y la convierte en producto animal, como carne, leche, lana, de modo que lo que determina la ganancia de peso diaria es la calidad de la pastura cosechada y presentada para su máximo provecho como Ganancia de Peso Diaria, del mismo modo que la cantidad, que es la producción de Masa seca por área (ex hectárea), que se refleja en carga animal y su ganancia total por hectárea.
Al entender que el manejo, genética y nutrición de los animales son los principales factores que determinan la producción, podemos tomar decisiones en cada uno de estos ámbitos a fin de propiciar una mayor eficiencia en la ganadería y generar mejores resultados económicos para los productores.
El factor primario para la producción de los rumiantes es la fibra de la pastura, en este caso de la planta forrajera. El bovino tiene la capacidad de transformar fibras vegetales en producto animal, a través de la digestión ruminal, realizada por bacterias, protozoarios y hongos. Estas fibras, que para los humanos no tienen valor nutricional alguno, se transforman en productos animales como carne, leche y lana, que son comercializables con uso común en conglomerado de actividades directas e indirectas.
Con la intensificación de la producción, tenemos categorías de animales muy exigentes genéticamente y también más eficientes en producción. La alimentación en base a solo pasturas no logra atender todo el aporte nutricional que los animales requieren para expresar todo su potencial de ganancia y producción. Por eso, es necesario un óptimo manejo de las pasturas; debemos identificar lo que falta en la pastura para hacer una suplementación que atienda todas las exigencias de ganancia de peso y mantenimiento de los animales.
Cuando nos referimos a la pastura, hablamos de un sistema en el que la pastura es un conjunto de plantas forrajeras que captan la energía solar, la absorben en equilibrio junto a los nutrientes del suelo y agua, se sintetizan en masa seca de pasto que es cosechada por los animales.
En el proceso de pastoreo, cada planta es visitada por los animales de tiempo en tiempo, con mayor o menor intervalo, dependiendo de la carga anima en el terreno, es decir, la oferta de masa seca de pasto para cada 100 kg de peso vivo. Cuanto mayor es la oferta de masa seca por animal, más tiempo de intervalo de visitas tendrá el animal en la planta consumida.
En cuanto a la cosecha del pasto, podemos estratificar la planta forrajera en tres componentes básicos, que son: Hoja, tallo y material muerto. La escala del consumo se produce de la manera en que se muestra en la Figura 2:
Figura 2: Estructura básica de una planta forrajera
HOJAS TALLO MATERIAL MUERTO
Al observar a los animales en la pastura, lo primero que vemos es la preferencia que estos tienen por las hojas verdes y nuevas, después las hojas verdes, luego los tallos verdes, tallos secos y al final, el material muerto, en caso extremo. Esta secuencia determina la estructura de la pastura y su relación con la forma en la que podemos darle un uso eficiente a la maleza.
Las forrajeras tropicales como las Brachiarias (Brizantha, Piata, Ruziziensis) y Panicuns (Mombaza, Zuri, Tamani), poseen gran vigor de crecimiento, pero puede haber pérdida de su valor nutricional de inmediato cuando son mal manejadas. Observamos también que el secreto para el éxito de una buena explotación de la pastura es maximizar la cosecha de hojas verdes nuevas y hojas verdes, que en el campo llamamos de la punta de hierba (Figura 2).
En la Figura 3 podemos ver que en una condición de alta carga animal por hectárea, con baja oferta de masa por animal -debajo de 8% de masa por 100 kg de peso vivo-, tenemos baja masa de hierba, con gran valor nutricional de la masa, mayor cantidad de hojas, menor crecimiento de las raíces con gran cantidad de tallos pequeños. En esa condición estamos llevando a una degradación de la pastura, por lo que con el paso del tiempo tenemos que realizar un trabajo de recuperación o de una nueva plantación.
Para hacer un manejo sostenible necesitamos dejar que la planta forrajera acumule masa, con porte más grande, permitiendo una mayor masa por área, con más tallos y hojas, con lo que se potencia la producción de la pastura, con gran capacidad de soporte de la misma.
Figura 3: Presión de pastoreo
Para realizar una suplementación que brinde una buena ganancia promedio diaria, que es nuestra meta, debemos lograr que la pastura nos provisione gran cantidad de masa de hojas verdes en verano y gran cantidad de masa seca –amarilla- en la sequía.
Nuestra meta es siempre lograr una gran ganancia de peso en la época de lluvias y ganancia moderada durante la sequía. Siempre debemos acompañar nuestras metas de ganancia máxima con suplementación específica para cada ciclo de producción, utilizando los suplementos energéticos y ración en la época de lluvias y proteico, energético, y en alguna situación, utilizamos en la sequía para finalización de los animales, es decir, un confinamiento a pasto.
Para ambas estrategias tomamos en cuenta la Figura 4. En la época de lluvia tenemos una altura mínima de manejo de la pastura con el objetivo de mantener masa para crecimiento y producción sostenible de la pastura y mayor ganancia promedio diaria. Para cualquier especie de pastura tenemos de mantener una estructura mínima de masa con el propósito de mejorar la explotación de la ganancia promedio diaria y ganancia de peso por hectárea.
Para el éxito de una explotación ganadera tenemos que estar levantando datos a todo momento. Solamente quien hace seguimiento a sus números, puede saber cuál es la mejor decisión a tomar en cada momento de su producción.
Fuente: Ing. Zootecnista Luiz Hipólito Gomes – Totalpec