La factoría de fertilizantes dejó de funcionar hace casi dos meses y se desconoce si entró en mora por el préstamo de 864 millones de dólares que recibió del ente emisor.
La Planta de Amoniaco y Úrea de Bulo Bulo está paralizada desde hace casi dos meses y no tiene fecha de reanudación de actividades. Ante este panorama, el Banco Central de Bolivia (BCB) no aclara cuál es la situación del crédito que desembolsó para la construcción de la factoría y expertos exigen una investigación.
De acuerdo con fuentes allegadas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), se decidió que la planta que produce fertilizante deje de operar mientras un grupo de técnicos evalúa qué se puede hacer, es decir, si se vuelve a producir a pérdida o por periodos para atender requerimientos, entre otros.
En 2012, la Gerencia Nacional de Planificación, Inversiones y Estudios de la petrolera estatal informó que mediante la Ley 211 del Presupuesto General del Estado, el BCB, YPFB y el Ministerio de Hidrocarburos suscribieron el contrato de crédito en condiciones concesionales por 6.012,8 millones de bolivianos ($us 864 millones) para el financiamiento del proyecto Planta de Amoniaco y Úrea, en Bulo Bulo.
El préstamo fue otorgado a 20 años plazo, con cinco de gracia a partir del primer desembolso, que data de octubre de 2012, a una tasa de interés anual de 0,96%, con pagos semestrales.
En la memoria 2018 del ente emisor se informa que al 31 de diciembre de ese año el capital amortizado acumulado fue de 395,6 millones de bolivianos, por lo que se debe 5.539,5 millones de bolivianos ($us 795,9 millones).
La semana pasada, Página Siete envió preguntas del tema a YPFB y BCB, pero hasta el cierre de esta edición no recibió respuesta, aunque el ministro Víctor Zamora confirmó la paralización.
El exministro de Hidrocarburos Carlos Miranda consideró que el problema de la Planta de Úrea es una de las “catástrofes más grandes” que sufrió la industria de los hidrocarburos durante el gobierno del MAS.
En su criterio, la fabricación de fertilizantes nitrogenados (úrea y amoniaco) es un excelente negocio si se tienen las reservas de materia prima y facilidades de acceso al mercado consumidor.
“En nuestro caso, la situación era perfecta. Se tiene el gas, un gasoducto para el consumidor y las facilidades para la distribución, que están en Puerto Suárez, frontera con Brasil, pero ignorando esas condiciones se instaló en Cochabamba”, rememoró.
Agregó que todos los males que ahora atraviesa la planta son resultado de la peor ubicación que se escogió, por lo tanto, la úrea se torna higroscópica, debido a la humedad del ambiente que hay en Bulo Bulo.
Asimismo, observó que hasta ahora no esté lista la construcción del ferrocarril Montero-Bulo Bulo, para el que se calculan 200 millones de dólares adicionales provenientes del BCB.
“No se conocen los términos del crédito, excepto que es una transacción concesional por 20 años. La planta no puede cubrir ni sus gastos operativos y debería estar pagando el préstamo, unos 60 millones de dólares por año. Se debe identificar a los responsables de este desastre”.
Acotó que, dada la situación, se debería analizar con cuidado la posibilidad de trasladar la fábrica hasta Puerto Suárez, porque donde ahora está nunca será una planta comercial.
Para el experto Francesco Zaratti, la Planta de Úrea no es el único caso de inversiones mal pensadas, peor diseñadas y “pésimamente” ejecutadas que dejó la administración del MAS.
“No aconsejaría al actual Gobierno transitorio tomar decisiones definitivas en torno a qué hacer con esos elefantes blancos, pero hay algo que sí puede y debe hacer: licitar un estudio de las diferentes opciones, como son reingeniería de la empresa estatal, volverla empresa mixta, privatizarla o cerrarla, con el fin que el gobierno electo tome la decisión más conveniente”, indicó.
Añadió que cada opción tiene pros y contras que deben ser evaluados y cuantificados para reducir el daño ya causado al país.
Además, sugirió investigar las responsabilidades de quienes diseñaron y aprobaron el emplazamiento de la factoría.
Punto de vista – Hugo del GranadoExperto en hidrocarburos
La paralizacióndará mala señal
Con relación a las pérdidas de la planta, ya en las notas de los estados financieros de YPFB , a diciembre de 2018, se informa que la Planta de Úrea en esa gestión, en la comercialización de exportación, arrojó una pérdida de 51,28 millones de dólares, y en el mercado interno de 4,74 millones de dólares, haciendo un total de 56 millones de dólares.
Lo primero que debe hacer el Gobierno es informarse del estado de pérdidas y ganancias de la planta, ingresos y costos, de las razones y causas de sus frecuentes paralizaciones; del estado de los contratos de comercialización y transporte firmados por el anterior gobierno. Una vez que tenga todos esos elementos podrá tomar las mejores decisiones al respecto.
Lo mismo con relación a la construcción del ferrocarril Bulo Bulo-Montero, que ya debería entrar en operaciones y solucionaría el problema del transporte por camiones.
No es conveniente paralizar la planta porque será una pésima señal para los mercados, en especial en Brasil, con el que hay que cumplir contratos firmados y hay que eliminar los cuellos de botella que impiden su operación normal y elevan sus costos operativos.
El Gobierno tiene que adentrarse en la problemática con los clientes y plantear soluciones equilibradas. Una vez establecido un diagnóstico de la planta, se podrá renegociar la deuda con el BCB, en el caso de que no se pueda honrar la deuda y plantear soluciones de largo plazo.
El proyecto de la úrea siempre fue bueno, lamentablemente fue pésimamente gestionado por el anterior gobierno, empezando por su mala localización, precios y deplorable gestión de marketing. La solución pasa por la incorporación de socios privados para una mejor administración, conseguir nuevos clientes y bajar los costos.
Fuente: Periódico Página Siete