Diversos estudios recomiendan no ampliar mucho más las tierras dedicadas a la agricultura y menos aún si se trata de procesos de deforestación
El reciente reporte del IPCC titulado “El Cambio Climático y la Tierra” destaca la necesidad de reforzar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios para mitigar su impacto sobre el cambio climático.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es el órgano internacional encargado de evaluar el estado de los conocimientos científicos relativos al cambio climático, sus impactos y sus futuros riesgos potenciales, así como las posibles opciones de respuesta.
Las cadenas de valor en ese sector han usado los factores tierra y agua para sostener cultivos y ganadería bajo una gran diversidad de sistemas de producción, desde cacao en agroforestería de comunidades amazónicas, hasta grandes extensiones de granos transgénicos para la exportación.
Pero en los últimos años se ha producido una importante tecnificación de procesos, y algunos países han incorporado la robótica, apps y blockchain, entre otras tecnologías.
Esa tecnificación está llamada a responder al crecimiento previsto de la población hacia el 2050. Diversos estudios recomiendan no ampliar mucho más las tierras dedicadas a la agricultura “salvo aquellas ganadas a zonas eriazas”, y menos aún si se trata de procesos de deforestación. Esto significa que se deberá mejorar sustancialmente la productividad sin crecer en extensión ni en una dependencia de mayores volúmenes hídricos, sostiene Nelson Larrea, ejecutivo principal, Dirección de Desarrollo Productivo y Financiero de CAF.
En su artículo de opinión “Hacia un sector agroalimentario más sostenible”, Larrea señala que las tecnologías aplicadas a la ganadería y agricultura tradicionales han llevado a que el uso de la tierra para estas actividades genere el 23% de las emisiones antrópicas de gases efecto invernadero (GEI).
“Si la demanda de los patrones de consumo se mantiene con una alta presión sobre la producción de carne u otros exigentes en agua y tierra, bajo métodos no sostenibles, las cadenas irán dejando un balance poco alentador en cuanto a emisiones de GEI, deforestación y desertificación. Y las regiones más perjudicadas serán África, Asia y América Latina y el Caribe”, apunta.
Observaciones
Desde 1961 hemos duplicado nuestro consumo per cápita de aceites vegetales y carnes, y las calorías totales se han incrementado en aproximadamente dos tercios, sostiene Larrea a tiempo de indicar que la pérdida de alimentos por ineficiencia en las cadenas de suministro hasta el consumidor, y lo que este luego desecha por no aprovecharlo adecuadamente, bordea el 30 % de todo lo producido.
La agricultura bajo riego es el mayor consumidor de agua en el mundo y en América Latina no es la excepción, ya que representa casi el 75 % del consumo total. A medida que el uso del agua aumenta y son evidentes los efectos del cambio climático, las zonas con escasez de agua se expanden, sostiene.
Fuente: Periódico El Diario