Foto: Publiagro
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La alimentación, la nutrición y el manejo de los pollos parrilleros son aspectos fundamentales en la producción avícola moderna. A esto se suman los diferentes eslabones que conforman el sistema productivo, como la genética, el manejo sanitario y la infraestructura. Cada uno de estos factores tiene una influencia directa en el resultado final, y su correcta integración es esencial para alcanzar altos estándares de productividad. Tal como lo afirma el doctor Roger Limón, “son tan importantes cada uno de estos, que uno de ellos que falle, la producción se cae”.

Sin embargo, dentro de todos estos elementos, el punto de la nutrición es donde se debe hacer mayor énfasis, ya que representa entre el 60% y el 70% del costo total de producción. Por esta razón —y aprovechando los avances tecnológicos y científicos— hoy se busca implementar un enfoque de nutrición de precisión que sea más rentable, de menor costo y que, al mismo tiempo, contribuya a mantener la sanidad del lote.

Nutrición de precisión

La nutrición de precisión abarca cada detalle del proceso productivo. Incluye factores como la genética del ave, la calidad de la infraestructura, el manejo, los requerimientos nutricionales según la época del año y el sexo del animal, la calidad de los ingredientes, el procesamiento de los alimentos, el tiempo de mezcla, la granulometría del alimento, entre otros.

“Son factores que hacen que el resultado sea un éxito o un fracaso”, advierte Limón.

Genética

En cuanto a la genética, el doctor Limón explica que esta ya viene con sus requerimientos específicos según la línea utilizada. En este sentido, existen dos puntos clave que deben considerarse: “el requerimiento de la línea y, dos, la experiencia del nutricionista en el área, en la época y en el tipo de infraestructura que se va a aplicar”.

Alimentación diferenciada: hembras y machos

Limón destaca también que la alimentación de hembras y machos debe diferenciarse, debido a sus diferencias fisiológicas y comportamentales.

“El macho es más agresivo en cuanto a consumo, a crecimiento y se desenvuelve más rápido, en cambio la hembra es más lenta y por lo tanto su eficiencia también es menor”, explica. Por este motivo, recomienda que la cría se realice de forma separada para lograr una mejor eficiencia alimentaria y mayor rentabilidad.

«Los buenos resultados son muy multifactoriales. Recuerden siempre los pilares de producción: genética, manejo, sanidad, infraestructura y nutrición. En cada una de ellas hay detalles que, por muy pequeños que sean, le pueden dar el éxito o el fracaso. Por eso, hoy en día hablamos de la producción de precisión”
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De la fórmula al comedero: los desafíos reales

Aunque una fórmula de alimentación pueda parecer perfecta en el papel, existen múltiples factores que pueden hacer que el alimento que llega al comedero no tenga la misma calidad. Entre estos se encuentran la calidad del maíz o del sorgo adquirido, el porcentaje de impurezas, la humedad de los ingredientes, y el estado de la soya utilizada. En este último caso, Limón remarca que si se trata de soya integral —que conserva su grasa—, “el almacenamiento tiene que ser especial, evitando que se caliente, se queme, y eso significa una desnaturalización de la proteína”.

Otros elementos relevantes son el tiempo de mezcla, que debe estar en un punto óptimo, y la granulometría del alimento, la cual debe adaptarse a la edad del ave.

“Así podríamos nombrar bastantes factores que hacen que la fórmula del papel sea distinta a la del comedero”, enfatiza Limón.

Tamaño del grano y estimulación del consumo

Para alcanzar una buena eficiencia alimentaria, es importante entender cómo las aves perciben el alimento. “Las aves tienen pocas papilas gustativas, entre 23 a 25 aproximadamente, entonces de sabor no saben mucho”, explica el doctor Limón. La estimulación para el consumo, por tanto, se da principalmente a través de la forma y el tamaño del grano.

En el caso de los pollitos recién nacidos, que poseen un esófago muy pequeño, el alimento debe presentarse en partículas pequeñas, de aproximadamente un milímetro. A medida que el ave crece, el tamaño de la granulometría debe aumentarse para fomentar un mayor consumo. En este sentido, el alimento peletizado cumple un rol ideal, ya que su tamaño es adecuado, evita la selección del alimento, favorece un consumo uniforme y, al estar precocido, ofrece excelentes resultados.

Recomendación final

Como mensaje de cierre, el doctor Roger Limón resume lo esencial del proceso productivo avícola moderno.

“Los buenos resultados son muy multifactoriales. Recuerden siempre los pilares de producción: genética, manejo, sanidad, infraestructura y nutrición. En cada una de ellas hay detalles que, por muy pequeños que sean, le pueden dar el éxito o el fracaso. Por eso, hoy en día hablamos de la producción de precisión”.

 Fuente: Publiagro