Foto: Publiagro
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El desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a la protección vegetal ha transformado el enfoque tradicional del manejo de malezas, particularmente aquellas de difícil control en cultivos extensivos como la soya, el maíz o el trigo. En este contexto, el S-Metolaclor encapsulado representa un avance significativo. Esta formulación innovadora permite una liberación controlada del ingrediente activo, lo que prolonga su persistencia en el suelo y reduce el riesgo de fitotoxicidad, volatilización o lixiviación.

Alejo Alonso, gerente de desarrollo y marketing, destaca que “el uso de S-Metolaclor como preemergente ofrece mayor selectividad y eficacia, especialmente en condiciones donde las lluvias activan su incorporación sin generar efectos secundarios”. Esta tecnología responde a una necesidad crítica del productor: mantener limpio el cultivo en sus primeras etapas, evitando así una dependencia exclusiva de las aplicaciones postemergentes, que suelen ser menos efectivas cuando las malezas ya han alcanzado cierto desarrollo.

En este sentido, Alonso subraya la importancia de un enfoque más integral.

“Recomiendo trabajar en un manejo integrado teniendo en cuenta el ambiente, el cultivo, reconocer las malezas que se tienen en el lote, trabajar con el banco de semillas, trabajar con residuales… no siempre ir como primera herramienta a los postemergentes sino, fundamentalmente, conociendo la dinámica de emergencia de las malezas y trabajar en ese caso con residuales”.

 

El experto también recomienda priorizar la mezcla de modos de acción más que de principios activos, además de rotar los ingredientes activos para evitar resistencias. Sin embargo, aclara que el uso de tecnologías químicas debe ir acompañado de estrategias agronómicas más amplias:

“Lo más importante es no quedarse solamente con esta tecnología de insumos, sino trabajar en tecnología de procesos”.

«Recomiendo trabajar en un manejo integrado teniendo en cuenta el ambiente, el cultivo, reconocer las malezas que se tienen en el lote, trabajar con el banco de semillas, trabajar con residuales… no siempre ir como primera herramienta a los postemergentes sino, fundamentalmente, conociendo la dinámica de emergencia de las malezas y trabajar en ese caso con residuales”
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Características del S-Metolaclor encapsulado

El producto, formulado con una concentración del 48%, está orientado específicamente al control de gramíneas. Sin embargo, también tiene efectos de supresión sobre malezas de hoja ancha, por lo cual se recomienda su uso en mezclas con otros modos de acción que apunten directamente a estas últimas. Esta complementariedad mejora el espectro de control y retrasa la aparición de resistencias en malezas residuales presentes en el suelo.

Esta herramienta ha demostrado buenos resultados en cultivos de trigo, soya y maíz. Respecto a la aplicación, Alonso explica que:

  • En trigo, debe realizarse aproximadamente 15 días antes de la siembra.
  • En maíz y soya, la aplicación puede ajustarse según el acompañante químico, aunque si se aplica solo, debe hacerse en preemergencia, para proteger el cultivo en las etapas más críticas de competencia con malezas.

¿Qué es el microencapsulado?

La formulación del S-Metolaclor encapsulado consiste en una suspensión acuosa de microcápsulas, protegidas por un polímero que resguarda el principio activo de la acción de la luz y los microorganismos del suelo. Esta protección es crucial, ya que el S-Metolaclor se degrada fácilmente por fotólisis y actividad microbiana.

El funcionamiento de la microencapsulación se basa en un proceso gradual.

“Cuando llueve, a los 12 días de aplicado, se empieza a liberar el principio activo porque en la microcápsula se empiezan a generar perforaciones. Se empieza a liberar y se da una liberación controlada, y en las próximas lluvias cada vez se van a dar más perforaciones y se va a tener nuevamente principio activo controlando las malezas”.

Esta liberación sincrónica con los eventos de lluvia es clave para el éxito del control.

“La importancia de esto es que ponemos el principio activo en el momento que llueve, que es cuando se dan los nacimientos de malezas. Por lo tanto, llueve, se libera el principio activo, nacen las malezas y mueren; llueve nuevamente, se libera más principio activo, nacen las malezas y mueren. Entonces, estamos usando la dosis de producto en el momento cuando nacen las malezas”.

Fuente: Alejo Alonso
Redacción: Publiagro