

Por tercera ocasión, la Hacienda Santa Rita ha sido avasallada por un grupo de aproximadamente 80 personas encapuchadas que ingresaron al predio a bordo de 15 motocicletas. Según testigos, los invasores estaban armados con escopetas y machetes, y tomaron como rehenes a al menos 25 trabajadores desde las 11:00 de la mañana del lunes.
Aunque hasta el momento no se han reportado daños materiales ni incursiones al campamento principal, los ocupantes ilegales se encuentran dentro del perímetro de la propiedad. La situación ha generado temor entre los trabajadores y ha paralizado las labores agrícolas, dejando inconclusa la cosecha final de soya y la siembra de maíz.
Melisa Barba, esposa del propietario de la hacienda, relató a Publiagro la desesperación de las familias que viven y trabajan en el lugar.


“Lamentablemente, esto ya se ha vuelto algo normal. Van, vienen, la policía llega, los saca, detienen a algunos, pero luego vuelven. No hay seguridad jurídica. Las familias que dependen de este trabajo viven con miedo constante»


«Lamentablemente, esto ya se ha vuelto algo normal. Van, vienen, la policía llega, los saca, detienen a algunos, pero luego vuelven. No hay seguridad jurídica. Las familias que dependen de este trabajo viven con miedo constante», expresó.
Según Barba, la Policía ya se habría hecho presente en la zona y se preparaba para ingresar al predio y retirar nuevamente a los avasalladores. Sin embargo, denunció que parte de la población local apoya a los invasores.
«En el primer avasallamiento, la policía detuvo a varios de ellos, pero al salir del predio, al llegar al pueblo de San Pedro, la gente los esperaba y no permitió que se los lleven», contó.
La situación se ha agravado con cada nueva incursión.
«En el segundo avasallamiento balearon la camioneta donde iba mi esposo, machetearon a los policías, amarraron a los trabajadores… Son personas peligrosas, armadas, verdaderos mercenarios», denunció Barba.
Lamentó, además, la falta de unidad en el pueblo y el temor que sienten los agricultores y trabajadores rurales frente a estos grupos. «Ya nadie se atreve a enfrentarlos», concluyó.


Fuente: Melissa Barba
Redacción: Publiagro