La desecación se ha consolidado como una práctica agrícola fundamental dentro del sistema de siembra directa, debido a su capacidad para preparar el terreno sin alterar la estructura del suelo. Consiste en la eliminación de la cobertura vegetal existente —ya sea maleza o residuos de cultivos anteriores— mediante la aplicación de herbicidas específicos, con el objetivo de facilitar una cama de siembra limpia y uniforme, libre de competencia por recursos esenciales como agua, luz y nutrientes.
Esta técnica presenta múltiples beneficios agronómicos y medioambientales. Entre los más destacados se encuentran la reducción de la erosión, la conservación de la humedad del suelo, el menor uso de maquinaria pesada, y por ende, menor compactación del terreno. Además, al dejar los residuos vegetales en la superficie, se promueve una mayor actividad biológica en el suelo y se mejora su fertilidad a largo plazo.
Ronald Díaz, asesor de negocios en la zona norte, destaca la importancia de una ejecución técnica adecuada. Según explica, “para un manejo exitoso, es fundamental elegir el momento adecuado para la aplicación de herbicidas —generalmente entre 10 a 20 días antes de la siembra—, seleccionar los productos en función del tipo de maleza predominante y realizar las aplicaciones bajo condiciones climáticas favorables”. Díaz recalca que el monitoreo constante y una buena planificación son claves para garantizar la eficacia del tratamiento y evitar el desarrollo de resistencias en las malezas.


“Si faltan unos 40 a 50 días para sembrar soya, ya se debe hacer la planificación e ir haciendo las desecaciones muy temprano para no llegar con problemas de malezas a la hora de hacer la siembra. Tenemos que tener en cuenta eso: hacer una buena desecación de barbecho largo”


En cuanto a productos, Díaz asegura que existen alternativas muy buenas en productos como el glifosato mezclado con el flumesazin, seguido de una combinación de flufosinato de amonio más flumesazin también, lo que genera un buen control de malezas difíciles que se tiene en la zona norte. Asimismo, explica que también se puede hacer aplicación de flufosinato de amonio como es el Burne, y se lo acompaña con el Herbamex y un tercero que sería el glifosato Terranomax.
Siete días después se puede realizar una secuencial conocida que es desfolar, y se le agrega un Devan que se utiliza en caña pero que se puede usar para una desecación en barbecho.
Sobre el manejo específico, Díaz enfatiza que este tipo de aplicaciones se deben planificar con antelación, especialmente si se busca un barbecho largo químico que permita establecer un cultivo de soya exitoso.
“Si faltan unos 40 a 50 días para sembrar soya, ya se debe hacer la planificación e ir haciendo las desecaciones muy temprano para no llegar con problemas de malezas a la hora de hacer la siembra. Tenemos que tener en cuenta eso: hacer una buena desecación de barbecho largo”, concluyó.
Esta planificación anticipada no solo mejora el rendimiento del cultivo, sino que también optimiza el uso de insumos, reduce costos y favorece la sostenibilidad del sistema productivo en el tiempo.
Fuente: CAO