La situación en los valles cruceños se ha vuelto crítica para miles de pequeños y medianos productores agrícolas, quienes enfrentan una tormenta perfecta de problemas estructurales y económicos. La falta de mantenimiento en la red vial, el desabastecimiento de diésel y el incremento sostenido de los precios de los insumos agrícolas —agravado por la escasez de dólares— ha empujado a más de 3.000 productores a abandonar sus tierras y migrar a países vecinos, especialmente a Chile, en busca de alternativas laborales que les permitan saldar sus deudas y mantener a sus familias.

Nué Morón, presidente de la Asociación de Fruticultores de Santa Cruz (ASOFRUT), advirtió sobre la gravedad de la crisis que atraviesa el sector.
“Es insostenible. Muchos productores están dejando de sembrar porque no pueden ni sacar lo poco que cosechan. Sin caminos, sin diésel y con insumos que suben cada semana, se ven obligados a migrar para poder pagar sus deudas”, expresó con preocupación.

La situación es particularmente crítica durante la actual temporada de cosecha. A pesar de que los precios en los mercados se han mantenido relativamente accesibles, gracias a la oferta de productos como mandarina, naranja, limón y otros frutos de temporada, la continuidad productiva está en riesgo.

“Nosotros necesitamos diésel todos los días, porque cosechamos y también preparamos suelo. No se olviden que mantenemos la canasta familiar los 12 meses del año, y el día que no preparamos, es un día de retraso para cultivar. Estamos muy preocupados”, enfatizó Morón.

«Pese a que estamos entrando al invierno, con las cosechas anteriores pudo montar una carpa que protege a las frutillas del frío y podrá cosechar sin ningún problema por los siguientes meses”

 

La crisis también ha tenido un impacto directo en la producción de verduras y hortalizas, uno de los pilares de la alimentación local. Según datos proporcionados por ASOFRUT, la reducción en la producción ronda el 30%, debido a que muchos agricultores ya no pueden costear los altos precios de fertilizantes, agroquímicos y repuestos.

“Estamos hablando de 3.000 familias que han dejado de producir. Se han ido a Chile para poder reactivar su economía”, informó el dirigente, destacando el carácter forzado de esta migración rural.

La situación se agrava por el contexto económico nacional, marcado por la escasez de divisas. El acceso limitado a dólares encarece aún más los insumos importados, lo que, sumado a las condiciones logísticas precarias, pone en jaque la sostenibilidad del trabajo agrícola en los valles cruceños.

Fuente: Nue Moron
Redacción: Publiagro