



Con la llegada del otoño y el avance hacia el invierno, las miradas del sector agropecuario boliviano se concentran en las perspectivas climáticas para el periodo 2025. La transición estacional viene acompañada de un contexto incierto, con señales de variabilidad atmosférica que podrían traducirse en precipitaciones irregulares y un descenso moderado de temperaturas en varias regiones del país. Este panorama exige que los productores estén preparados para enfrentar una distribución desigual de lluvias y eventuales fenómenos extremos, tanto de sequía como de frío, especialmente en zonas vulnerables del altiplano, los valles y los llanos orientales.
En este sentido, el agrometeorólogo y climatólogo Juan Minetti advierte que los próximos meses serán determinantes para comprender el comportamiento de los grandes fenómenos climáticos globales como El Niño y La Niña.
“Si los meses de abril y mayo se ponen cálidos, se estaría confirmando la presencia del fenómeno de El Niño; y si fuera al revés, serían condiciones de La Niña, pero esto no quiere decir necesariamente que va a haber lluvias o condiciones de sequía por la aparición del Niño o la Niña”, explicó Minetti.
El experto recuerda que los últimos años han demostrado que la predicción del clima es más compleja de lo que se creía.
“Por ejemplo, en los dos años anteriores la temperatura normal llegó a tener 5 ºC arriba de lo normal y esperábamos al Niño más potente de la historia. Esto nos advierte que el problema de la predicción es mucho más complejo de lo que nosotros esperábamos”, remarcó.
Este 2025 ya se observan contrastes significativos entre las regiones. Mientras en el Altiplano se han registrado lluvias por encima del promedio, los Llanos enfrentan condiciones de sequía.
“Ya hay una diferencia importante de lluvia caída en el Altiplano bajo condiciones de sequía en los Llanos, esta situación de más lluvias y menos lluvias”, comentó Minetti.
Según sus estudios, los meses de febrero y septiembre son clave para identificar los momentos de mayor impacto en cuanto a intensidad de lluvias tanto en el Llano como en el Alto boliviano.
“Nosotros hemos llegado a detectar que los meses de febrero y septiembre son los de mayor impacto en cuanto a la intensidad de los fenómenos de lluvias en el Llano o el Alto boliviano. Esto se muestra también en la ciudad de Santa Cruz. Si diferenciamos los efectos terrestres en aspectos temporales, veremos que en esos meses aparecen los primeros impactos de las lluvias en los Llanos y el Alto boliviano”, explicó.


“Cuando se toma al semestre completo, vemos claramente los niveles de sequía sobre el departamento de Santa Cruz. Los pronósticos no dicen que no vaya a llover, sino que lo que se va apuntando es que, en vez de tener 1500 mm, se tendrá 1200 mm, es decir, 300 mm menos”








Un otoño seco y un invierno con amenazas de sequía
Para el trimestre abril-mayo-junio, las proyecciones apuntan a condiciones secas en casi toda Bolivia, especialmente en gran parte del departamento de Santa Cruz. Sin embargo, en zonas del norte del país y áreas cercanas a Yacuiba, se prevé mayor humedad relativa.
Durante el trimestre más invernal y al inicio de la primavera, se espera que la sequía se radicalice en el sur del país, afectando especialmente a Santa Cruz, Tarija y las zonas serranas del Altiplano. En contraste, se proyecta una mejora en los niveles de precipitación en los departamentos del norte y en el extremo norte cruceño, aunque se mantendrían dos a tres meses secos en el sur.
Al analizar el semestre completo, Minetti advierte un comportamiento preocupante.
“Cuando se toma al semestre completo, vemos claramente los niveles de sequía sobre el departamento de Santa Cruz. Los pronósticos no dicen que no vaya a llover, sino que lo que se va apuntando es que, en vez de tener 1500 mm, se tendrá 1200 mm, es decir, 300 mm menos”.
Impacto en la campaña de invierno
La escasez de lluvias y las temperaturas inusuales podrían complicar la campaña triguera, especialmente en junio, mes en el que se espera una sequía notable. Aunque se anticipan episodios de frío, estos no serían intensos ni generalizados.
“Van a aparecer situaciones de frío pero no serán lo suficientemente importantes. Los pronósticos hablan de golpes de calor que en el caso del sur de Bolivia y el Altiplano pueden ser importantes. En el caso de otras zonas como Santa Cruz, no estamos esperando heladas importantes con golpes de calor”, afirmó el climatólogo.
Los modelos actuales señalan además que a finales de abril y comienzos de mayo se presentará un periodo frío prolongado en zonas tropicales, y que a fines de mayo podría haber una caída importante de temperatura, aunque sin pronósticos de heladas generalizadas, salvo en el Altiplano.
En cuanto a las lluvias, se esperan dos eventos en abril y dos en mayo, tanto al inicio como al final de cada mes. Estos serán especialmente importantes para el desarrollo inicial de los cultivos de invierno, aunque no serán suficientes para garantizar condiciones ideales durante toda la campaña.
Fuente: Juan Minetti
Redacción: Publiagro

