La producción de maíz en Bolivia se encuentra en una etapa clave, con muchos productores preparándose para ingresar a la fase de cosecha. Sin embargo, las lluvias registradas recientemente han generado ciertas complicaciones en algunas zonas productivas. Si bien las precipitaciones pueden ser beneficiosas para cultivos en crecimiento, en el caso del maíz que ya se encontraba próximo a madurar, han traído consigo una serie de desafíos.

“Las lluvias han afectado un poco las parcelas que estaban listas para cosechar”, señalaron productores consultados en el oriente del país. Esta situación preocupa porque el exceso de humedad en este momento puede provocar problemas como el brotado del grano en la mazorca, el desarrollo de enfermedades fúngicas, o incluso dificultades logísticas para el ingreso de las cosechadoras a los lotes.

“Estamos esperando que el clima nos dé una tregua para poder entrar sin problemas con la maquinaria y no perder calidad”

Pese a ello, hay moderado optimismo en el sector, ya que en muchas zonas el cultivo logró desarrollarse con buena sanidad, gracias a manejos técnicos oportunos y a un clima que, en general, fue favorable durante las etapas críticas de crecimiento.

“Estamos esperando que el clima nos dé una tregua para poder entrar sin problemas con la maquinaria y no perder calidad”, añadieron desde una asociación de productores.

En este contexto, se espera que la cosecha se extienda durante varias semanas, dependiendo del grado de humedad en cada región. Las estimaciones preliminares apuntan a rendimientos que podrían mantenerse dentro del promedio, aunque con algunas variaciones en zonas afectadas por los excesos hídricos.

La planificación y el monitoreo constante serán clave para evitar pérdidas mayores y asegurar el abastecimiento de grano, especialmente en un año donde la demanda interna de maíz continúa siendo fuerte.

Fuente; Mario Moreno
Redacción: Publiagro