A más de dos meses de la suspensión de las exportaciones de carne, el Gobierno aún no da señales claras de levantar la medida, lo que ha generado un creciente malestar en el sector ganadero. Los productores, a través de sus principales representantes, expresan que el cierre de mercados externos no ha cumplido con su objetivo de bajar los precios en el mercado interno y, por el contrario, está generando serias pérdidas económicas y desmotivación en el sector.

Klaus Frerking, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), lamentó la falta de resultados concretos por parte del Gobierno, señalando que “cortando las exportaciones iba a bajar el precio de la carne y hasta ahora no han demostrado ante los dirigentes ganaderos, tanto a la Federación de Ganaderos de Santa Cruz como a la Federación de Ganaderos del Beni, que la carne bajó de precio”.

El dirigente cuestionó además los canales de comercialización y el contrabando, que a su criterio son factores que influyen directamente en el precio de la carne, más allá de las exportaciones.

“Bolivia deja de percibir 600 mil dólares por día, solo en exportación de carne. Hasta los municipios quieren ya comenzar a poner franjas de precios, y así no va a llegar a ningún lado la soberanía alimentaria del país”, expresó Frerking con preocupación.

“Bolivia deja de percibir 600 mil dólares por día, solo en exportación de carne. Hasta los municipios quieren ya comenzar a poner franjas de precios, y así no va a llegar a ningún lado la soberanía alimentaria del país”

Para el titular de la CAO, la única salida sostenible para dinamizar la economía es a través del comercio exterior.

“La única forma de sacar adelante la economía del país es con las exportaciones, que brindan empleos, generan impuestos y traen dólares al país”, afirmó.

Falta de diésel y preocupación en el campo
Otro tema que preocupa seriamente al sector productivo es la escasez de diésel. Frerking advirtió que en muchas provincias y localidades alejadas del país continúan las largas filas en los surtidores, lo que complica la planificación y el desarrollo de las campañas agrícolas.

“El productor ahora está más preocupado en saber en qué surtidor se va a hacer fila, en vez de preocuparse en cómo va a ser más eficiente, qué sembrar, qué trabajo vamos a desarrollar para la campaña de invierno”, remarcó.

En ese sentido, los productores agropecuarios exigen soluciones estructurales y de fondo. “Las soluciones parches en estos momentos no sirven”, advirtió Frerking, señalando que el campo necesita previsibilidad y condiciones mínimas para operar.

“Nosotros como productores agropecuarios hacemos una planificación anual, bianual, donde un bovino necesita por lo menos 24 meses para llevarlo a la faena, y si nos cortan mercados, si no tenemos diésel, si no tenemos comida, realmente es muy preocupante lo que vive el sector”, concluyó.

Fuente: Klaus Frerking
Redacción: Publiagro