



El sector ganadero boliviano atraviesa una situación crítica debido a la imposición del veto a la exportación de carne bovina, que ha generado pérdidas económicas considerables, mientras los precios internos de la carne continúan al alza. Según los datos del mercado Abasto, el precio de la carne de primera ha alcanzado los Bs 60 por kilo, un incremento significativo respecto a semanas anteriores, cuando se comercializaba a Bs 55. La carne de segunda también ha registrado un aumento, pasando de Bs 45 a Bs 55 el kilo, lo que refleja la ineficacia del veto para controlar los precios.
Los ganaderos denuncian que la medida no solo no ha logrado reducir los precios internos, sino que además ha perjudicado a los productores formales, quienes dependen en gran medida de las exportaciones para mantener su rentabilidad. Walter Ruíz, presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), expresó su preocupación por el impacto que el veto está teniendo en el sector. «Esta medida afecta únicamente al productor formal, mientras el contrabando sigue operando sin restricciones», señaló Ruíz, haciendo referencia a las pérdidas económicas derivadas del comercio ilegal que sigue alimentando los mercados vecinos.
El kilo gancho, que es el precio que los intermediarios pagan a los productores por la carne en canal, también ha registrado un aumento, pasando de Bs 33 a Bs 35,5 en las últimas semanas. Este incremento en la cadena de producción ha afectado directamente a los consumidores, quienes han visto cómo los precios al detalle de la carne de res siguen subiendo. En mercados como el Abasto y el Mutualista, los comerciantes reportan una disminución significativa en las ventas, ya que las familias han reducido sus compras diarias, optando por menores cantidades debido a los altos costos. «Antes compraban un kilo o más de carne, ahora se llevan medio kilo de carne molida o carne de segunda», comentó una comerciante.


“El veto a la exportación de carne bovina no ha frenado el aumento de precios, afectando tanto a los ganaderos como al bolsillo de los consumidores, mientras el contrabando sigue sin control”


El Gobierno ha manifestado su expectativa de que los precios se normalicen en abril, argumentando que la baja en el consumo de carne ayudará a estabilizar el mercado. No obstante, los ganaderos advierten que mantener el veto solo agravará la situación, especialmente si el contrabando sigue sin ser controlado. «El contrabando está afectando más que la exportación legal», subrayó Ruíz, refiriéndose al impacto negativo que tiene sobre el sector formal.
Mientras tanto, el precio del pollo ha registrado una ligera disminución, pasando de Bs 22,50 a Bs 20 por kilo, pero esto no ha aliviado la situación para el sector ganadero. A medida que el veto a las exportaciones se prolonga, los ganaderos y comerciantes enfrentan un escenario cada vez más complejo, en el que las pérdidas económicas y la incertidumbre sobre los precios se suman a las dificultades derivadas de la competencia desleal del contrabando.
El Gobierno mantiene su postura de continuar con el control de precios, pero el sector productivo insiste en que levantar el veto es crucial para recuperar la estabilidad económica y competitiva de la ganadería en Bolivia, un sector clave para la economía nacional.
Fuente: El Deber
Redacción: Publiagro

