



Los vitivinicultores de Tarija, una de las regiones más importantes en la producción de uva de Bolivia, han informado de un leve incremento en el precio de la caja de uva este año, a pesar de los esfuerzos por mantener la estabilidad en el mercado. Josué Cuellar, uno de los productores más reconocidos de la zona, detalló que el precio de la caja de uva, especialmente de variedades populares como Moscatel y Red Globe, oscila entre los 120 y 140 bolivianos.
Cuellar explicó que este ajuste en los precios se debe principalmente a dos factores clave: el aumento sostenido de la demanda y la escasez en la oferta disponible en el mercado. «La demanda de uva de calidad ha crecido notablemente en los últimos años, lo que ha ejercido una presión considerable sobre los precios», indicó el productor.
El sector vitivinícola en Tarija ha experimentado un cambio importante en los últimos tiempos, impulsado por el creciente interés tanto del mercado interno como externo por las uvas de calidad que se producen en la región. Este interés ha generado una mayor competitividad, lo que, combinado con una menor oferta debido a factores climáticos y productivos, ha contribuido al aumento del precio.
Cuellar señaló que, a pesar de este incremento, los viticultores de Tarija se encuentran comprometidos en seguir ofreciendo un producto de alta calidad. «Estamos dedicados a la producción de uva de primer nivel, trabajando continuamente en mejorar nuestros procesos y técnicas de cultivo para satisfacer la demanda del mercado», afirmó Cuellar.


«El aumento de la demanda y la baja oferta impulsan el alza del precio de la uva en Tarija, mientras los productores se comprometen a mantener la calidad en un mercado competitivo.»


El productor también destacó la importancia de adaptarse a los cambios en el mercado, especialmente en lo que respecta a la mejora de la eficiencia en la producción. «Nuestros esfuerzos no solo se enfocan en mantener la calidad de la uva, sino también en implementar prácticas más sostenibles y tecnológicas que nos permitan ser más competitivos, sin dejar de lado la responsabilidad con el entorno», agregó.
En la región de Tarija, la viticultura no solo tiene un peso económico importante, sino también un valor cultural, ya que muchas familias dependen de la producción de uvas y sus derivados. A pesar de los desafíos que enfrenta el sector, como las variaciones climáticas que afectan el rendimiento de las cosechas, los productores se mantienen optimistas. «Sabemos que el camino no es fácil, pero tenemos un producto que es muy apreciado en el mercado, y eso nos motiva a seguir mejorando cada día», concluyó Cuellar.
Este aumento en el precio de la uva también podría repercutir en otros productos derivados, como el vino y las pasas, aunque los productores aseguran que se mantendrán los estándares de calidad que han caracterizado a la región.
Con la mirada puesta en la próxima cosecha, los vitivinicultores de Tarija continúan trabajando en mejorar sus técnicas de producción y explorar nuevas oportunidades de mercado para fortalecer aún más su presencia tanto a nivel nacional como internacional.
Fuente: La Voz
Redacción: Publiagro

