José Luis Farah, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), se refirió a la difícil situación que atraviesa actualmente el sector agropecuario, enfatizando la falta de diésel para abastecer a los productores y el impacto que esto tiene en la economía del país.

En vísperas de la cosecha de la campaña más grande del año, el sector productivo requiere más de tres millones de litros de diésel al día para garantizar la recolección de los cultivos. Ante esta realidad, Farah expresó su preocupación por la falta de una solución concreta por parte del Gobierno.

«El Gobierno quiere matar de hambre a los bolivianos, hay que tomar medidas urgentes. Este modelo ha fracasado, debe terminar y dar paso a un cambio. No puede ser que los bolivianos vivan en la zozobra de si llegó o no el diésel. Todos los días sube el precio de los alimentos, lo que ya genera una inflación que alcanza el 21%, mientras que en los insumos agrícolas llega al 50%, y las transferencias bancarias han incrementado en un 90%», denunció Farah.

El Gobierno ha manifestado que existen reservas de diésel equivalentes a 1.600 millones de dólares, lo que permitiría abastecer al país durante tres meses. Sin embargo, Farah cuestionó esta afirmación y puso en duda cómo se garantizará el suministro en los meses siguientes. Además, criticó las declaraciones del Ministro de Economía y de la Ministra de la Presidencia, quienes indicaron que se necesitan 60 millones de dólares semanales para importar carburantes, lo que representa alrededor de 250 millones de dólares al mes.

El presidente de la CAO también cuestionó la gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), señalando que la estatal petrolera constantemente asegura que hay suficiente combustible, pero la realidad es diferente.

«Un día venden el diésel a 6,88 bolivianos, luego a 1,24 dólares por litro, pero al final el carburante no aparece. Esto lo único que genera es un mercado negro. Actualmente, no se encuentra diésel a menos de 12, 14 o incluso 15 bolivianos por litro, y el productor, desesperado, no tiene otra opción que comprarlo a esos precios», advirtió.

«El Gobierno quiere matar de hambre a los bolivianos, hay que tomar medidas urgentes. Este modelo ha fracasado, debe terminar y dar paso a un cambio. No puede ser que los bolivianos vivan en la zozobra de si llegó o no el diésel. Todos los días sube el precio de los alimentos, lo que ya genera una inflación que alcanza el 21%, mientras que en los insumos agrícolas llega al 50%, y las transferencias bancarias han incrementado en un 90%»

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En este sentido, Farah cuestionó por qué el Gobierno no libera la importación de combustibles y elimina los impuestos que encarecen su costo.

«¿Por qué no se libera la importación? ¿Por qué no se quitan los impuestos? ¿Por qué no se permite que cualquier empresa pueda importar carburante sin pagar tributos?», reclamó.

El dirigente agropecuario también alertó que el aumento en los costos de producción, tanto en el sector pecuario como agrícola, inevitablemente provocará una subida en el precio de la canasta familiar, algo que ya se evidencia en los mercados y centros de abastecimiento.

Exportación y generación de divisas

En relación con la exportación de productos agropecuarios, Farah reiteró su importancia para la generación de dólares y el fortalecimiento de la economía boliviana. Destacó que actualmente existen excedentes de soya y carne que podrían ser comercializados en el mercado internacional sin afectar el abastecimiento interno.

«Hemos tenido años en los que generamos 2.200 millones de dólares por la exportación de soya, y eso se traduce en un ingreso de dólares para la economía boliviana. En el caso de la carne, contamos con alrededor de 50.000 toneladas adicionales a lo que normalmente exportamos», explicó.

Finalmente, se refirió a las acusaciones de que parte de la producción de carne y granos sale del país a través del contrabando, aclarando que el control de fronteras es una responsabilidad del Estado y no de los productores.

«Dicen que hay productos que salen por contrabando, pero nosotros les respondemos que es deber del Estado controlar las fronteras, no es nuestra responsabilidad», concluyó Farah.

Fuente: Jose Luis Farah
Redacción: Publiagro