La nutrición durante la primera semana de vida del pollito es un punto crítico en su desarrollo, ya que al nacer experimenta un cambio significativo en su fuente de nutrientes y energía. Durante la incubación, el embrión obtiene sus nutrientes del saco vitelino, pero tras la eclosión debe adaptarse rápidamente a un nuevo ambiente, a una alimentación diferente y a nuevos desafíos sanitarios.

En este período de transición, el aparato digestivo del pollito aún no está completamente desarrollado, lo que dificulta la asimilación de nutrientes esenciales. Según Adriana Berti Toscan, gerente técnica de ADISSEO, uno de los principales retos en esta etapa es la digestión de proteínas. La especialista señala que, en los primeros días de vida, el pollito no produce suficientes enzimas endógenas para digerir y aprovechar correctamente los nutrientes, lo que puede afectar su crecimiento y salud.

Factores que influyen en la variación del peso
El peso del pollito puede verse afectado por múltiples factores, comenzando con la nutrición de la madre durante la etapa de producción del huevo. Un huevo bien nutrido influye en el desarrollo embrionario y en la vitalidad del pollito al momento de la eclosión. Otros factores determinantes incluyen:

Peso y composición nutricional del huevo: Un huevo más grande y con un adecuado balance de nutrientes favorece un mejor desarrollo del embrión.

Genética del ave: La línea genética impacta el crecimiento y eficiencia alimentaria del pollito.
Condiciones sanitarias y ambientales: Un entorno saludable, con temperaturas adecuadas y acceso a agua limpia, es fundamental para evitar estrés y problemas digestivos.

Calidad del agua: Es un factor clave, ya que el agua influye directamente en la digestión, la hidratación y el equilibrio de la microbiota intestinal.

Ventana de nacimiento y su impacto en el desarrollo
Se denomina “ventana de nacimiento” al período que transcurre desde que el primer pollito eclosiona hasta que todos los demás han salido del cascarón y han sido procesados (vacunación, espera y transporte). Este período puede extenderse hasta 40 horas, lo que puede comprometer la calidad del pollito debido a la falta de acceso inmediato al agua y al alimento.

Durante este tiempo, si el pollito no recibe una adecuada hidratación y nutrición, su microbiota intestinal se ve afectada, impactando la integridad de la mucosa intestinal y, en consecuencia, su capacidad de absorción de nutrientes. Además, un ayuno prolongado por más de 24 horas puede provocar la obstrucción de los enterocitos, que son células clave en la absorción de nutrientes.

Cabe destacar que la mucosa intestinal de las aves se renueva aproximadamente cada 96 horas.

Si su integridad se ve comprometida debido a la falta de agua o alimento, se produce una extrusión celular, lo que disminuye su capacidad de absorción y afecta el desarrollo del pollito.

«La nutrición es muy dependiente de estos factores y no hay una fórmula única. Por eso, se debe realizar un análisis de costo-beneficio que permita determinar la mejor estrategia nutricional para cada situación”

Factores clave en la formulación del alimento inicial
El diseño de la dieta inicial para los pollitos es altamente específico y depende de diversos factores, como la genética del animal, el peso final que se busca alcanzar, los objetivos productivos del negocio, los costos de los ingredientes y las condiciones ambientales.

“La nutrición es muy dependiente de estos factores y no hay una fórmula única. Por eso, se debe realizar un análisis de costo-beneficio que permita determinar la mejor estrategia nutricional para cada situación”, explica Adriana Berti Toscan.

Uno de los aspectos más importantes es la calidad física del alimento. Se ha demostrado que el alimento peletizado es superior al alimento en harina, ya que su presentación influye en el desarrollo de órganos internos como la molleja. Además, varios estudios han confirmado que una mejor estructura del alimento impacta de manera indirecta en la producción de secreciones pancreáticas y en la digestibilidad enzimática.

El alimento iniciador debe ser de alta digestibilidad, ya que algunos ingredientes contienen factores antinutricionales que pueden afectar la absorción de nutrientes. Por ejemplo, la harina de soya contiene compuestos que pueden reducir la digestión de proteínas, por lo que es necesario el uso de enzimas exógenas que mejoren la biodisponibilidad de los nutrientes.

Otro aspecto a considerar es el tamaño de las partículas. Se ha observado que el alimento con partículas más gruesas favorece una mejor ganancia de peso en comparación con el alimento demasiado fino.

El balance energético en la dieta del pollito
Uno de los mayores desafíos en la formulación de dietas para pollitos es el correcto balance de la energía. La energía en los alimentos proviene de diferentes nutrientes, y su aprovechamiento depende de la capacidad metabólica del animal.

El valor nutricional de los ingredientes es fundamental, pero también lo es el aspecto físico del alimento, ya que de acuerdo con la forma en que el pollito lo consuma, este se convertirá en carne con mayor o menor eficiencia.

Por ello, es imprescindible que cada alimento suministrado a las aves sea controlado y medido adecuadamente, garantizando así un crecimiento óptimo y un buen desempeño productivo.

Fuente: Adriana Berti Toscan
Redacción: Publiagro