



La composición química del suelo es un factor determinante en la nutrición de las plantas. Para que los cultivos alcancen su máximo potencial de producción, es esencial comprender los principales nutrientes que necesitan, su origen y la forma en que son asimilados por las plantas. Este conocimiento permite establecer un manejo adecuado de la fertilización y optimizar el rendimiento de los cultivos.
Jorge Bismark, asesor agrícola, señala que una de las variables más importantes dentro de la nutrición vegetal es la disponibilidad de nutrientes en el suelo, la cual está estrechamente relacionada con el pH.
El pH del suelo y su impacto en la solubilidad de los nutrientes
El pH del suelo actúa como un regulador de la solubilidad de los nutrientes. Según Bismark, “el pH da una referencia importante de la solubilidad de los nutrientes en el suelo, es decir, si se tiene un pH ácido, hay algunos nutrientes que se vuelven más disponibles y otros menos disponibles debido a reacciones químicas dentro del suelo”.
En suelos con pH alcalino (superior a 7), ciertos nutrientes tienden a volverse insolubles, mientras que otros aumentan su solubilidad. Por ello, mantener un equilibrio en el pH es clave para que la planta pueda absorber eficientemente los nutrientes esenciales. Como destaca el especialista, “nosotros tenemos que tomar en cuenta que el suelo necesita tener un pH neutro para que la mayoría de los nutrientes sean disponibles para la planta”.
La Ley del Mínimo en la Nutrición Vegetal
Otro principio fundamental en la nutrición de cultivos es la Ley del Mínimo, desarrollada por el científico alemán Justus von Liebig. Esta ley establece que el rendimiento de una planta está determinado por el nutriente que se encuentra en menor cantidad, sin importar cuán abundantes sean los demás nutrientes.
Bismark lo explica de la siguiente manera: “El elemento en deficiencia es el que limita el rendimiento, es decir, si se tiene un nutriente en deficiencia y no se lo incorpora al suelo, será la principal limitación para el rendimiento de la planta”. En otras palabras, el crecimiento de los cultivos dependerá de la disponibilidad del nutriente más escaso.
“El rendimiento está sujeto de acuerdo a la deficiencia de un nutriente”, enfatiza el especialista.
Absorción y extracción de nutrientes por las plantas
La absorción de nutrientes por las plantas se lleva a cabo a través de la raíz, que actúa como la “boca” del sistema vegetal. Existen tres mecanismos principales de absorción:
Flujo de masas: los nutrientes se disuelven en el agua del suelo y se mueven hacia la raíz junto con el agua absorbida.
Intersección radicular: las raíces crecen en contacto con los nutrientes presentes en el suelo.
Difusión: los nutrientes se desplazan desde zonas de mayor concentración a zonas de menor concentración en el suelo, facilitando su absorción por la planta.
Cada nutriente tiene un mecanismo predominante de absorción. Por ello, es importante conocer estas diferencias al momento de planificar la fertilización de los cultivos, ya que un manejo adecuado evitará pérdidas de nutrientes y mejorará la eficiencia del fertilizante aplicado.
Además, cada especie vegetal tiene necesidades nutricionales distintas. Por ejemplo, el maíz requiere mayores cantidades de nitrógeno y potasio, mientras que el tomate necesita una mayor proporción de calcio. Esto implica que el plan de fertilización debe ser específico para cada cultivo y considerar la disponibilidad de los nutrientes en el suelo.


«El elemento en deficiencia es el que limita el rendimiento, es decir, si se tiene un nutriente en deficiencia y no se lo incorpora al suelo, será la principal limitación para el rendimiento de la planta”


Nutrientes esenciales y su comportamiento en el suelo
Nitrógeno (N)
El nitrógeno es un macronutriente fundamental para el crecimiento de las plantas, pero también es altamente móvil y susceptible a pérdidas en el suelo. Su retención depende de la presencia de materia orgánica y arcilla, que actúan como reservorios. Sin embargo, el nitrógeno también puede perderse por evaporación, escorrentía o infiltración.
Asimismo, los microorganismos del suelo absorben parte del nitrógeno disponible, generando un ciclo dinámico de competencia con las plantas. En suelos con pH alcalino, el nitrógeno en forma amídica puede volatilizarse y convertirse en gas, disminuyendo su disponibilidad para la planta.
Fósforo (P)
El fósforo es otro de los tres macronutrientes esenciales en el suelo. Su principal función es aportar energía a la planta, ya que forma parte del adenosín trifosfato (ATP), compuesto responsable del almacenamiento y transferencia de energía en los procesos metabólicos.
Dado que el fósforo tiene una baja movilidad en el suelo, es importante aplicar estrategias de fertilización que maximicen su disponibilidad para las plantas y eviten su fijación en formas no asimilables.
Recomendación
La química del suelo juega un papel clave en la nutrición de las plantas, determinando la disponibilidad y absorción de los nutrientes esenciales para el crecimiento de los cultivos. Un manejo adecuado del pH, la aplicación de la Ley del Mínimo y el conocimiento de los mecanismos de absorción de los nutrientes permiten diseñar planes de fertilización más eficientes y sostenibles.
Cada planta tiene requerimientos específicos, por lo que la fertilización debe ajustarse a las necesidades de cada cultivo, asegurando un equilibrio adecuado de nutrientes en el suelo y optimizando la producción agrícola.
Fuente: Jorge Bismark
Redacción: Publiagro

