Marcos Cayotopa, ingeniero agrónomo y gerente de HLAC, aborda cómo las curvas de disipación no solo deben corregir desviaciones, sino también asegurar la mejor incertidumbre posible. Este enfoque se centra especialmente en el riesgo que se enfrenta regularmente en el campo, y en cómo las tomas de muestras y estudios de las curvas de disipación, junto con la interpretación de los informes, pueden ayudar a reducir esa incertidumbre.

Análisis de riesgo en el campo

Cayotopa subraya que, en ocasiones, la gestión de riesgos se mecaniza, pero no se monitoriza de manera efectiva, lo que puede ser perjudicial. 

«Todo lo que compete a un riesgo absoluto, muchas veces asumimos que la gestión directa que se hace basta con eso», menciona Cayotopa, añadiendo que existen situaciones que podrían escapar al control, como la aparición de pesticidas fuera del plan de aplicación. Este tipo de casos ocurren con frecuencia en los campos.

Entre los ejemplos más comunes, Cayotopa menciona la importancia del seguimiento al suelo, especialmente en lo que respecta a la acumulación de residuos durante las campañas. Asimismo, destaca como áreas críticas la mezcla de pesticidas relacionados o incluidos en el plan de aplicación, así como la mala praxis en la aplicación de estos productos. La deriva de pesticidas por viento, agua o el uso de insumos agrícolas contaminados también son factores que incrementan los riesgos.

La correcta gestión de estos riesgos es fundamental para garantizar la calidad y seguridad en los cultivos, por lo que un análisis exhaustivo de las curvas de disipación de los agroquímicos es esencial para evaluar la persistencia y el comportamiento de estos compuestos en el ambiente agrícola. Sin embargo, durante la toma de muestras, pueden surgir incertidumbres y desviaciones que afectan la confiabilidad de los resultados.

«Si hacemos una correcta toma de muestra, vamos a tener una incertidumbre global de 30 a 35 % de los resultados, lo cual es una buena incertidumbre»

Circuito de la muestra

Cayotopa explica que la obtención de una buena muestra es clave para reducir la incertidumbre global en los resultados.

«Si hacemos una correcta toma de muestra, vamos a tener una incertidumbre global de 30 a 35 % de los resultados, lo cual es una buena incertidumbre», menciona. A esto agrega que, sin contar el análisis de laboratorio, esta incertidumbre se incrementaría a un 50%, lo cual se considera un buen rango de precisión para este tipo de estudios.

Muestreo en frutas: criterios y recomendaciones

El muestreo en frutas es un aspecto clave en el análisis, y Cayotopa resalta la importancia de obtener muestras representativas. «La muestra debe ser siempre representativa. Idealmente, siempre hay que hacer que el campo se dibuje de forma adecuada, con un número adecuado de puntos, entre 10 a 15 puntos dentro del lote, que de alguna manera representen a la muestra», recomienda.

Entre las recomendaciones de muestreo, Cayotopa señala que en función de la toma de muestra, se debe considerar no solo el tamaño de los frutos, sino también el número de unidades, en lugar del peso, especialmente cuando se trata de frutos de tamaño regular. 

Además, sugiere tener en cuenta varios elementos importantes al momento de tomar la muestra, como el uso de guantes de látex (un par por muestra), herramientas de corte para la fruta que deben limpiarse con solvente, bolsas de polipropileno de primer uso y resistentes, y una caja de tecnopor o cooler para mantener la cadena de frío. «Siempre es importante evitar luz y calor en la muestra», subraya.

Con estas recomendaciones, Cayotopa busca asegurar que el proceso de muestreo sea lo más preciso posible, minimizando las fuentes de error y mejorando la calidad de los resultados en los análisis de los agroquímicos y su impacto en los cultivos.

Fuente: Marcos Cayotopa
Redacción: Publiagro