Siete municipios del Beni se han declarado en desastre debido a las persistentes lluvias, que han anegado cultivos y pasturas, dejando a los ganaderos sin alimento para su ganado y enfrentando serias dificultades para el transporte de animales y suministros.

Las intensas lluvias y desbordes de ríos continúan castigando al Beni, una de las regiones más afectadas por estos fenómenos climáticos. Siete municipios—San Borja, Rurrenabaque, Reyes, Baures, San Javier, Santa Rosa del Yacuma y San Ignacio de Moxos—ya se han declarado en desastre, reportando severas pérdidas en el sector ganadero y agrícola. Los ganaderos, que dependen en gran medida de las pasturas para alimentar a su ganado, enfrentan una situación crítica con campos anegados, carreteras en mal estado e infraestructuras colapsadas.

Wilson Ávila Taborga, director del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Beni, confirmó que los siete municipios afectados han hecho su declaratoria de desastre, aunque varios aún no han completado la documentación técnica requerida. “Hoy San Ignacio de Moxos se ha sumado a la lista, aunque aún esperamos los informes técnicos y la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN)”, explicó Ávila.

Ganadería en peligro
Uno de los sectores más gravemente afectados es la ganadería. Las constantes lluvias no solo han inundado los pastizales, que son la principal fuente de alimentación para el ganado, sino que también han dejado en condiciones deplorables las rutas que conectan a las comunidades rurales con los centros de abastecimiento. Esta combinación ha generado un verdadero colapso en la logística ganadera. Los ganaderos enfrentan enormes dificultades para mover sus animales a terrenos más elevados, lo que provoca estrés en las reses, pérdida de peso y un mayor riesgo de enfermedades.

Además, los caminos intransitables impiden el acceso a insumos como alimento suplementario y medicinas para el ganado, incrementando aún más las pérdidas. «Estamos atrapados. No podemos mover los animales fácilmente debido al mal estado de las rutas, y el agua ha arrasado con las pasturas. Muchos animales están muriendo de hambre o enfermándose», señaló un ganadero de Santa Rosa del Yacuma, uno de los municipios más afectados.

«Las lluvias continuas y el mal estado de las rutas ponen en jaque a los ganaderos del Beni, aumentando las pérdidas económicas y dificultando el rescate del ganado afectado”

Cultivos bajo agua y pérdidas económicas
Aparte de la ganadería, el sector agrícola tampoco escapa de la devastación. En Baures y San Javier, los productores han visto sus cultivos de arroz, maíz y otros productos básicos quedar completamente bajo el agua. El desbordamiento de ríos ha anegado sembradíos, y los caminos bloqueados hacen imposible que los productores lleven sus cosechas a los mercados.

La intransitabilidad de las rutas, agravada por la continua caída de lluvias, ha generado una crisis económica en la región. Los agricultores no solo han perdido gran parte de sus cosechas, sino que los pocos productos que logran salvar se enfrentan a un mercado inaccesible, sin rutas adecuadas para su comercialización. Esta situación también afecta a los proveedores de insumos y a los consumidores, ya que los precios de los productos tienden a aumentar debido a la escasez.

Retrasos en la respuesta y documentación incompleta
Aunque los municipios han emitido sus declaratorias de desastre, muchos aún no han completado los informes necesarios para recibir ayuda estatal y externa. Según Ávila, solo tres municipios—Reyes, San Borja y Rurrenabaque—han presentado toda la documentación requerida por la Ley de Gestión de Riesgos. Esta burocracia ha retrasado la asistencia en algunas áreas, complicando aún más la situación.

El director del COED agregó que Baures y San Javier, dos de los municipios declarados en desastre, no solo enfrentan las inundaciones, sino también las constantes lluvias que han empeorado la ya precaria condición de las rutas. Estas condiciones han dejado aisladas a varias comunidades, impidiendo no solo el transporte de bienes y servicios, sino también las evaluaciones técnicas necesarias para cuantificar los daños.

La urgencia de una respuesta rápida
La situación en Beni es crítica, y los ganaderos y agricultores exigen una respuesta rápida y efectiva que incluya el arreglo de las rutas y el suministro de insumos de emergencia para alimentar al ganado. Mientras tanto, la falta de pastura y el agua que sigue estancada en los terrenos agrícolas agravan día a día el escenario para los productores locales.

Las autoridades locales y los sectores productivos hacen un llamado a la comunidad nacional e internacional para que se tomen medidas inmediatas que ayuden a mitigar los impactos del cambio climático y protejan a uno de los sectores más importantes de la economía beniana.

Fuente: El Deber y productores
Redaccion: Publiagro