



El sector maicero atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años debido a una combinación de factores que han golpeado duramente la producción. A la ya conocida falta de diésel, que ha obstaculizado tareas esenciales como el control de plagas y malezas, se suman las intensas lluvias que amenazan con empeorar la situación y afectar seriamente la cosecha.
Mario Moreno, presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), expresó la preocupación del gremio durante una reciente conferencia, señalando que la falta de combustible ha provocado que muchos agricultores no puedan aprovechar las «ventanas» óptimas para cosechar sus cultivos. «Estas son las consecuencias de la escasez de diésel, porque el productor tiene sus momentos justos para alzar la cosecha, y ahora no lo podemos hacer», comentó.
Según Moreno, el problema no es nuevo, ya que desde hace meses el sector maicero ha visto cómo sus hectáreas sembradas disminuyen gradualmente debido a la incertidumbre que genera la falta de insumos básicos como el diésel. En la zona sur del departamento de Santa Cruz, donde tradicionalmente se siembran más de 120.000 hectáreas de maíz, se ha registrado una reducción del 10% en la superficie cultivada.


«»Las lluvias y la escasez de diésel han generado un impacto devastador en los productores de maíz, quienes luchan por mantener sus cultivos en medio de un escenario de incertidumbre»


La escasez de combustible no solo ha afectado la cosecha, sino que también ha impedido un adecuado control de malezas y plagas, lo que ha deteriorado el estado de los cultivos durante su fase de crecimiento. «Hemos estado raspando diésel de todos lados, pero es una situación insostenible», lamentó Moreno, indicando que este panorama es compartido por otros sectores agrícolas, como los productores de soya.
El temor ahora se extiende también a las riadas que han comenzado a afectar otras zonas del departamento cruceño, especialmente los cultivos de soya y sorgo. Los productores temen que las lluvias se intensifiquen y provoquen pérdidas significativas en sus campos, generando una crisis productiva que afectaría gravemente la economía agrícola del país.
La situación del sector maicero es un reflejo de la falta de políticas sostenibles que garanticen el suministro constante de diésel y otras herramientas necesarias para la producción agrícola. Los agricultores hacen un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas inmediatas que permitan mitigar los efectos de esta doble crisis que amenaza con golpear duramente al agro boliviano.
Fuente: Unitel
Redacción: Publiagro

