El trópico de Cochabamba enfrenta una de sus peores crisis climáticas debido a las intensas lluvias y al desborde de ríos que han anegado al menos 5.000 hectáreas de plantaciones de banano. Las lluvias no cesan y los productores temen que la situación empeore si el mal tiempo persiste, poniendo en riesgo una parte fundamental de la economía agrícola de la región.

Los cultivos de banano, una de las principales actividades económicas de la zona, han quedado completamente sumergidos bajo agua y lodo. Los productores reportan que las lluvias no solo han inundado las plantaciones, sino que han arrastrado los cables utilizados para movilizar los racimos de banano desde las plantaciones hasta las zonas de empaquetado, lo que complica aún más el proceso de recolección y distribución. Estas condiciones imposibilitan que el banano sea empaquetado y exportado, afectando el flujo comercial tanto nacional como internacional.

Más de 2.500 familias productoras han sido gravemente afectadas por esta emergencia climática. Para estas familias, la producción de banano no solo es una fuente de ingresos, sino también una parte fundamental de su subsistencia. Además, la situación es crítica para otros cultivos en la región, como el arroz, que también ha quedado bajo el agua, imposibilitando su cosecha.

“Las lluvias y el desborde de ríos en el trópico de Cochabamba han anegado 5.000 hectáreas de banano, afectando a más de 2.500 familias productoras y comprometiendo la producción agrícola de la región”

La comunidad de Chimoré es una de las más afectadas, donde las plantaciones de cítricos también han sido devastadas por el desborde del río. Los productores reportan que muchas de estas plantaciones están prácticamente perdidas, lo que profundiza aún más la crisis agrícola en la zona.

A pesar de los esfuerzos de los comunarios por mitigar los daños, la persistencia de las lluvias mantiene la incertidumbre sobre el futuro de la producción agrícola en el trópico de Cochabamba. La combinación de anegamientos, pérdidas de infraestructura y la amenaza constante de más lluvias genera temor entre los productores, quienes buscan apoyo gubernamental para enfrentar esta emergencia.

Este fenómeno climático no solo representa una crisis para las familias productoras, sino también un golpe para la economía regional y para el abastecimiento de productos agrícolas a nivel nacional. La situación requiere medidas urgentes para mitigar el impacto y garantizar la recuperación de las tierras afectadas.

Fuente: Unitel
Redaccion: Publiagro