



La producción agropecuaria de Cochabamba enfrenta una grave crisis que ha reducido su capacidad en un 30%, según informó Rolando Morales, presidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC). Esta situación es resultado de una combinación de factores que afectan tanto a los grandes como a los pequeños productores, comprometiendo la seguridad alimentaria y generando un efecto en cadena que podría encarecer productos básicos para la población.
Uno de los factores más alarmantes es el desabastecimiento de combustible, especialmente de diésel, que ha forzado a los productores a depender del mercado negro para obtener gasolina y diésel a precios exorbitantes. Mientras las estaciones de servicio oficiales no cuentan con el suministro necesario, los revendedores ofrecen el litro de gasolina a Bs 13, lo que ha llevado a los pequeños agricultores a enfrentar dificultades económicas insostenibles. “No podemos costear filas de más de 24 horas para obtener combustibles en bidones. Es un golpe duro para la producción y la logística,” expresó Morales.
Impacto de las lluvias en la producción
A la crisis del combustible se suma el efecto devastador de las lluvias intensas que han inundado más de 5.000 hectáreas en Puerto Villarroel, uno de los principales centros de producción agrícola del departamento. El desborde del río Sacta ha anegado cultivos de maíz, arroz y hortalizas, lo que profundiza las pérdidas en una región vital para la canasta alimentaria de Bolivia.
Morales explicó que estos cultivos representan un porcentaje importante de la producción nacional, y su afectación repercutirá en el abastecimiento y en los precios de los alimentos. Las lluvias también han complicado las condiciones de transporte, aumentando los costos logísticos debido a la necesidad de recurrir a fletes más caros y al impacto en las rutas de acceso a los centros de abasto.


“La producción agropecuaria de Cochabamba se reduce en un 30% debido a la falta de combustible y las lluvias, lo que genera pérdidas millonarias y un incremento en los precios de los alimentos esenciales”


El costo de la logística y el aumento de precios
Otro factor que agrava la crisis es el incremento en los precios de los fletes para transportar los productos agropecuarios a los mercados. “Los costos logísticos se disparan cuando los transportistas dependen del mercado negro para abastecerse de combustible, afectando toda la cadena de producción y distribución,” explicó Morales. Esta situación ha provocado que los precios de productos como el maíz, el arroz y las hortalizas aumenten en los mercados locales, afectando directamente a los consumidores y poniendo en riesgo la estabilidad económica de la región.
Desde octubre de 2023, la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro) ha advertido al Gobierno sobre los riesgos económicos y de abastecimiento que enfrenta el sector agropecuario, sin obtener soluciones concretas. Las autoridades gubernamentales, por su parte, han declarado emergencia nacional debido a los daños ocasionados por la temporada de lluvias, pero los productores exigen acciones inmediatas para mitigar la crisis.
Exigencias del sector agropecuario
El sector agropecuario ha solicitado que el Gobierno agilice la importación directa de combustibles y apruebe un decreto propuesto por el sector privado para flexibilizar el acceso a diésel y gasolina. Además, los productores reclaman por la falta de seguridad jurídica y la escasez de dólares para la compra de insumos esenciales, factores que, según Morales, “ahogan al campo” y comprometen la continuidad de la producción.
Cochabamba, siendo uno de los principales productores agropecuarios del país, se encuentra en una encrucijada que podría tener repercusiones en toda Bolivia. La combinación de factores climáticos, la crisis del combustible y los precios especulativos del mercado informal amenaza con encarecer aún más los productos básicos y reducir las exportaciones, poniendo en riesgo tanto el consumo interno como los ingresos del sector agropecuario.
Fuente: La Razón
Redaccion: Publiagro

