



Bolivia atraviesa una situación dramática, con momentos especialmente complicados para los involucrados en la agricultura y la agroindustria. Actualmente, el sector enfrenta una profunda incertidumbre, ya que la cosecha está lista para ser levantada y la siembra de invierno requiere ser implementada de inmediato. En este contexto, los meses de marzo y abril representan el período de mayor consumo de diésel en el país, lo que agrava aún más la crisis energética.
Para William de las Muñecas, presidente ejecutivo de la Sociedad Granelera Granosol S.A. Bolivia debe empezar a trabajar desde ahora en la producción de biocombustibles, para evitar que esta problemática se repita en el futuro.
“Se debe hacer la línea de los bicombustibles, trabajando con biodiésel en las propiedades, con bioetanol para movilizar los motores y todo lo que hoy en día depende de la gasolina”.
El experto advierte que la situación actual es parte de un problema estructural. “La crisis de combustible ha llegado a Bolivia y no es que mañana se solucione; es una crisis que va a quedar, porque Bolivia ya no es productora de combustible. Seremos un país importador de energía y no solo enfrentaremos escasez de gasolina y diésel, sino también de gas y electricidad. Es una crisis energética”.
En este contexto, y ante el anuncio del Gobierno sobre la importación de combustible para aviación, el grupo DLM Bioenergy Group lleva casi un año preparándose para la producción en Bolivia de combustible de aviación sostenible (cuyas siglas en inglés son SAF). Según los estudios realizados, Bolivia tiene el potencial de producir un biocombustible destinado exclusivamente para aviones, elaborado a partir de grano de sorgo y maíz. El etanol que se producirá bajo esta línea será de “alta calidad, alta concentración y alta pureza”, lo que permitirá sustituir el combustible de aviación fósil, en sintonía con las tendencias globales.
«Nosotros hemos visto que, si en Bolivia está faltando la producción de diésel y de gasolina, naturalmente iba a llegar el momento en que faltaría el Jet Fuel. Al no tenerlo, estamos obligados a importarlo. Pero en lugar de dar ese paso de importación, la propuesta que tenemos las industrias productoras de etanol de Bolivia es que podamos dar ese paso para producir el combustible de aviación», explicó de las Muñecas.


“Se debe hacer la línea de los bicombustibles, trabajando con biodiésel en las propiedades, con bioetanol para movilizar los motores y todo lo que hoy en día depende de la gasolina”




Diferencia entre etanol y combustible de aviación
La principal diferencia entre el etanol convencional y el combustible de aviación sostenible radica en el proceso de obtención. Se requiere asegurar “una pureza del etanol tan alta que no contenga ninguna molécula de agua”, logrando así un etanol 100% puro, capaz de garantizar la calidad del biocombustible utilizado en la aviación.
Para Williams de las Muñecas, el bicombustible es el camino a seguir y debe desarrollarse en paralelo con la producción de granos y energías renovables.
De las Muñecas señala que el mundo ha girado hacia una nueva politica del uso de combustible de aviación y Bolivia ha firmado un acuerdo en el cual se hace una importante reduccion del uso de combustible fósiles al año 2030 y año 20250 todas las aerolineas que vuelan desde EEUU y Europa ya solamente deben usar biocombustible y es una gran meta que un mercado como el boliviano tiene que aprovechar para poder producir su propio combustible de aviación.
El especialista asegura que la producción de biocombustibles en Bolivia “ya es una realidad”. Aunque el proceso puede tardar entre dos y cinco años, está convencido de que Bolivia seguirá este camino.
«Producir biocombustible para sustituir todo tipo de combustible fósil», concluyó.
Fuente: William de las Muñecas
Redacción: Publiagro

