La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (CANIOB) y la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (CADEX) han exigido al Gobierno la inmediata liberación de las exportaciones de productos agrícolas e industriales.

Los representantes del sector advirtieron que la actual restricción impuesta por el Estado está afectando gravemente a toda la cadena productiva, poniendo en riesgo empleos, inversiones y el cumplimiento de compromisos con mercados internacionales.

El presidente de la CAO, José Luis Farah, ratificó la necesidad de liberar la exportación de soya y denunció que el sector aún espera la certificación correspondiente por parte del Gobierno, sin obtener una respuesta concreta.

«El país no puede seguir estancado, tiene que reactivarse. Es lo que hemos planteado siempre: menos reuniones y más soluciones. Necesitamos políticas claras para que cada uno de los sectores de la cadena de abastecimiento pueda fluir en su negocio y así seguir reactivando al país», enfatizó Farah.

El sector agroindustrial es una de las principales fuentes de empleo en Bolivia, generando más de 1,6 millones de puestos de trabajo directos e indirectos. Sin embargo, las restricciones a la exportación han provocado incertidumbre entre los productores y empresarios.

Jorge Amantegui, presidente de la Cámara de Industrias Oleaginosas de Bolivia (CANIOB), explicó que las limitaciones impuestas por el Gobierno afectan a toda la cadena productiva, desde los agricultores hasta las industrias procesadoras de soya y sus derivados.

«En el exterior, los clientes no van a esperar a que el Gobierno nos habilite las exportaciones. Van a buscar otros proveedores y, cuando queramos recuperar esos contratos, nos van a decir: ‘No señores, no me pudiste cumplir, no querrás hacer contrato ahora’. Es una situación muy complicada»

«Nosotros producimos subproductos con valor agregado que parten del grano de soya. Cuando nos cortan las exportaciones de aceite o de harina de soya, el perjuicio es general, no solo para la industria sino para toda la cadena productiva y para el país», señaló Amantegui.

El sector oleaginoso boliviano tiene como principal destino a la Comunidad Andina, además de otros mercados internacionales con los que mantiene compromisos comerciales. La falta de autorización para exportar pone en riesgo estos acuerdos y la reputación del país como proveedor confiable.

«En el exterior, los clientes no van a esperar a que el Gobierno nos habilite las exportaciones. Van a buscar otros proveedores y, cuando queramos recuperar esos contratos, nos van a decir: ‘No señores, no me pudiste cumplir, no querrás hacer contrato ahora’. Es una situación muy complicada», afirmó el representante de la Caniob.

Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (CADEX), expresó su preocupación por la incertidumbre que enfrentan los exportadores y la dificultad de recuperar mercados perdidos debido a las restricciones.

«Pedimos que se liberen todas las exportaciones. Cuesta tanto conseguir un mercado y con una sola firma de un ministro nos restringen las exportaciones, perdiendo esos mercados que nos ha costado años conquistar. Bolivia necesita dólares», manifestó Barriga.

El representante del sector exportador advirtió que los clientes internacionales no esperarán a que Bolivia resuelva sus problemas internos y buscarán otros proveedores.

Ante este panorama, los sectores productivos demandan al Gobierno acciones inmediatas para evitar una crisis mayor. La incertidumbre económica, la falta de dólares y las dificultades logísticas han golpeado fuertemente a los empresarios y productores bolivianos, quienes insisten en que la única forma de garantizar el crecimiento y estabilidad del sector es a través de la libre exportación.

Fuente: Jose Luís Farah, Jorge Amantegui, Osvaldo Barriga
Redacción: Publiagro