El manejo adecuado de plagas en las granjas porcinas es fundamental para garantizar la salud de los animales, la productividad del sistema y la bioseguridad de la granja. Un control eficiente no solo protege la integridad de los cerdos, sino que también previene la transmisión de enfermedades a los trabajadores y al consumidor final.

Adriana León, médico veterinaria y zootecnista, destaca que las plagas más comunes en estas instalaciones, como ratas, moscas y garrapatas, pueden transmitir enfermedades graves que afectan tanto a los cerdos como a la salud pública. Además, estas plagas pueden generar pérdidas económicas significativas y comprometer la imagen del sector.

«Tiene tres impactos muy importantes: impacto en la salud, impacto económico e impacto social», señala León.

Impacto de las plagas en las granjas porcinas

  1. Impacto en la salud: Es crucial proteger la salud de los operarios y animales, además de garantizar la calidad sanitaria de la carne producida. Muchas enfermedades zoonóticas pueden transmitirse a través de los roedores y otros vectores, poniendo en riesgo la producción y el consumo de carne de cerdo.
  2. Impacto económico: Las plagas pueden generar grandes pérdidas debido al desperdicio de alimento, el daño en las instalaciones y el aumento en los costos de control sanitario. Además, la propagación de enfermedades reduce la eficiencia productiva y eleva los costos veterinarios.
  3. Impacto social: La bioseguridad es un aspecto clave para la industria porcina, ya que mantener una producción libre de plagas y enfermedades es fundamental para generar confianza en los consumidores y en los mercados nacionales e internacionales.

Los roedores y su impacto en la producción porcina

Los roedores son considerados uno de los principales problemas en las granjas, ya que actúan como vectores de enfermedades altamente perjudiciales, entre ellas la leptospirosis y la salmonelosis.

«El consumo de alimentos contaminados con estos agentes patógenos tiene un impacto grave a nivel mundial, ya que no solo afecta la salud animal, sino que también representa un riesgo para la seguridad alimentaria y provoca pérdidas económicas en el sector», explica León.

Tipos de roedores en las granjas porcinas

Existen tres especies de roedores de mayor relevancia en la industria porcina:

  • Rata de techo (Rattus rattus): Prefiere zonas elevadas y suele anidar en techos, entre vigas y en estructuras altas de la granja.
  • Ratón doméstico (Mus musculus): Se encuentra en todo tipo de estructuras y su presencia es difícil de detectar debido a su tamaño y hábitos nocturnos.
  • Rata de alcantarilla (Rattus norvegicus): Es la más grande y agresiva de las tres especies, habita en el suelo y madrigueras cercanas a fuentes de agua y alimento.

El control de estas especies debe ser específico según su comportamiento y hábitat para garantizar su erradicación efectiva.

«Las granjas porcinas y avícolas deben contar con un protocolo de manejo integral de plagas como parte de su trabajo diario. No solo se trata de eliminar plagas, sino de prevenirlas y garantizar la inocuidad del producto final»

Las moscas y su impacto en la producción porcina

Al igual que los roedores, las moscas representan un problema grave en las granjas porcinas y avícolas. Las especies más comunes en la industria son:

  • Mosca doméstica (Musca domestica)
  • Fania canicularium
  • Exomosis calcitrans (también conocida como mosca de los establos)

Las dos primeras especies son consideradas moscas lamedoras, mientras que la Exomosis calcitrans es picadora, lo que la hace aún más problemática debido al estrés que genera en los animales y la transmisión de enfermedades.

Control larvario: una estrategia clave

Uno de los aspectos más importantes en el manejo de moscas es monitorear el estado larvario de la infestación. Esto permite evaluar el grado de contaminación en la granja y detectar problemas en el manejo del estiércol.

«Tomar en cuenta el estado larvario es crucial porque permite conocer el nivel de infestación en la granja y evaluar si el programa de control con larvicidas está funcionando adecuadamente», explica León.

Además, el análisis del crecimiento de larvas en el estiércol puede revelar problemas adicionales como daños en los bebederos, presencia de humedad excesiva y deficiencias en la limpieza, factores que propician la proliferación de plagas.

Implementación de un programa de manejo integral de plagas

Para minimizar el impacto de las plagas en las granjas porcinas, es fundamental implementar un programa de manejo integral de plagas. Este debe incluir:

  • Monitoreo constante de la presencia de plagas y evaluación de los niveles de infestación.
  • Control biológico y químico adecuado, utilizando productos eficaces y seguros.
  • Mantenimiento de infraestructuras para evitar la entrada y proliferación de plagas.
  • Manejo adecuado de residuos y estiércol, reduciendo las condiciones favorables para el desarrollo de plagas.
  • Capacitación del personal en buenas prácticas de bioseguridad y control de plagas.

«Las granjas porcinas y avícolas deben contar con un protocolo de manejo integral de plagas como parte de su trabajo diario. No solo se trata de eliminar plagas, sino de prevenirlas y garantizar la inocuidad del producto final», concluye León.

Fuente: Adriana León
Redacción: Publiagro