El ingeniero agrónomo y experto en fertilidad de suelos, Fernando Oscar García, sostiene que la agricultura debe enfocarse en producir alimentos de la forma más eficiente y efectiva posible, pero con un compromiso firme de cuidar los recursos naturales. “La demanda global es clara: necesitamos producir más alimentos, pero debemos hacerlo sin generar un impacto negativo en el aire, el agua y el suelo”, asegura.

En un contexto marcado por el cambio climático, García enfatiza la importancia de adaptarse a las condiciones adversas como sequías e inundaciones. Sin embargo, el desafío no solo es adaptarse, sino también mitigar el impacto ambiental del sector agrícola, ya que la actividad agropecuaria contribuye de manera significativa a la emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, sostiene que la solución está en adoptar buenas prácticas agrícolas que permitan alcanzar la eficiencia productiva minimizando el daño al medioambiente.

 La fertilidad del suelo, pilar de una producción sostenible

Uno de los puntos centrales que destaca García es el cuidado de la fertilidad del suelo, ya que un suelo sano será la base para lograr un mayor rendimiento de los cultivos. Según explica, la calidad del suelo dependerá de los nutrientes que se apliquen, pero también de cómo se preserven los recursos internos del suelo.

“Muchas veces se tiene la idea de que un suelo degradado puede reemplazarse simplemente con nutrientes externos, pero esa lógica es limitada. Un suelo sano tendrá un mayor potencial de rendimiento, incluso si recibe la misma cantidad de fertilización que un suelo degradado”, aclara García. Como ejemplo, menciona el caso de la soya, señalando que los cultivos sembrados en suelos con buena fertilidad producen mayores rendimientos que aquellos sembrados en suelos desgastados, aunque ambos reciban la misma cantidad de fertilizantes.

Un estudio reciente que compartió el experto revela que Bolivia, Argentina, Brasil y Paraguay están extrayendo más nutrientes de los suelos de los que se les devuelve. Esto representa un gran desafío, ya que aunque los suelos aún tienen reservas de nutrientes, no se puede descuidar su fertilidad. “La clave está en devolverle al suelo los nutrientes que extraemos, evaluando constantemente su estado y aplicando prácticas que mantengan su salud”.

“La sustentabilidad no es un concepto estático, cambia con el tiempo porque las condiciones también cambian. Lo importante es que, en lugar de caer en la explotación desmedida de los recursos, debemos enfocarnos en una exploración consciente de las prácticas agrícolas”

La agricultura sustentable, un paradigma en constante evolución

Para García, la sustentabilidad es un paradigma que los agricultores buscan alcanzar, pero que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Lo que se consideraba sostenible hace 20 años ya no es suficiente, debido a que la intervención humana ha cambiado el equilibrio natural de los sistemas productivos.

“La sustentabilidad no es un concepto estático, cambia con el tiempo porque las condiciones también cambian. Lo importante es que, en lugar de caer en la explotación desmedida de los recursos, debemos enfocarnos en una exploración consciente de las prácticas agrícolas”, asegura García. Incluso menciona que una explotación controlada y adecuada puede ser una alternativa válida si se realiza bajo criterios responsables.

La integración agrícola-pecuaria: un modelo probado de sostenibilidad

Uno de los modelos que García considera como camino hacia una agricultura más sostenible es la integración agrícola-pecuaria, una práctica que ya ha demostrado ser exitosa en países como Brasil, Uruguay y Argentina. Estos sistemas combinan la producción agrícola con la ganadería, lo que permite mantener un equilibrio más estable y sostenible a lo largo del tiempo.

“Obviamente, el factor económico influye mucho en la adopción de estas prácticas, pero es posible balancear los sistemas según las condiciones de cada productor. Por ejemplo, podemos adecuar la rotación de cultivos en función del tipo de suelo o las condiciones climáticas locales, haciendo uso de cultivos de cobertura y abonos verdes para mejorar la fertilidad y reducir la erosión”, explica.

Según García, este enfoque es clave para asegurar la sustentabilidad en el largo plazo. “No podemos continuar explotando los recursos sin conciencia. Debemos explorar nuevas prácticas agrícolas que nos permitan ser más eficientes, reducir el impacto ambiental y, al mismo tiempo, garantizar la seguridad alimentaria para las futuras generaciones”, concluyó.

Fuente: Fernando Oscar García
Redacción: Publiagro