Las precipitaciones en las zonas productivas del país han sido muy irregulares, afectando regiones desde la zona Este hasta la Chiquitanía. De acuerdo con los pronósticos, las lluvias continuarán en los próximos meses, acumulando hasta 500 milímetros (mm) en febrero, lo que será determinante para el desarrollo de los cultivos y la acumulación de humedad en los suelos de cara a la próxima campaña de invierno.
El agroclimatólogo Eduardo Sierra explicó que el fenómeno de La Niña seguirá generando precipitaciones abundantes en febrero, aunque con una distribución desigual en las distintas regiones.
“Se espera que en febrero La Niña siga produciendo lluvias bastante generosas, aunque muy disparejas. Esto no solo beneficiará a los cultivos de la actual campaña de verano, sino que también permitirá mantener las reservas de humedad en el suelo para el próximo comienzo de la campaña de invierno”, indicó.
En marzo, la influencia de La Niña comenzará a debilitarse, por lo que las lluvias no serán tan intensas como en meses anteriores, pero aún se registrarán niveles superiores a los normales.
“Se prevé un promedio de 150 mm o más en zonas como San Pedro, San Julián, Montero y el resto del área productiva. Aunque no es una cantidad extrema, sigue siendo interesante porque ayudará a mantener las reservas de humedad en el suelo”, detalló Sierra.
“Se espera que en febrero La Niña siga produciendo lluvias bastante generosas, aunque muy disparejas. Esto no solo beneficiará a los cultivos de la actual campaña de verano, sino que también permitirá mantener las reservas de humedad en el suelo para el próximo comienzo de la campaña de invierno”
Distribución de lluvias por zonas y recomendaciones
En áreas específicas como Tunas y El Tinto, se esperan precipitaciones superiores a 100 mm, lo que será clave para la retención de agua en el suelo. Sierra recomienda que en estos dos meses los productores aprovechen esta disponibilidad hídrica y gestionen adecuadamente la humedad en los suelos.
Para abril, se proyectan lluvias entre 70 y 100 mm en la zona Este, aunque en menor cantidad comparado con meses previos. Según el especialista, el manejo eficiente del agua será fundamental para garantizar la estabilidad de los cultivos durante la transición hacia la estación seca.
Pronóstico climático para el invierno 2025
El invierno estará marcado por fuertes vientos que traerán altos niveles de humedad, especialmente en regiones como Beni y San Ignacio de Velasco, mientras que en la zona sur y la Chiquitanía la humedad será menor.
- Mayo: Se ingresará a la estación seca, pero con algunas lluvias por encima de lo normal. Se espera un rango de 50 a 75 mm en zonas como El Tinto y San Ignacio.
- Junio: Se prevé una disminución de precipitaciones, con acumulaciones entre 25 y 50 mm en la zona Este, mientras que San Ignacio de Velasco experimentará condiciones más secas durante la cosecha.
- Julio: El invierno se consolidará con niveles de lluvia aún más bajos, registrando menos de 25 mm en regiones como San Pedro y Montero. En este punto, las reservas de humedad acumuladas en meses anteriores serán cruciales para mantener la productividad agrícola.
- Agosto: Marcará el inicio del retorno de las lluvias, con precipitaciones que se extenderán desde la zona Este hasta San Ignacio de Velasco.
De acuerdo con Sierra, la temporada de invierno de 2025 podría caracterizarse por lluvias superiores a lo normal en gran parte del área productiva, lo que representará un desafío y una oportunidad para los productores, quienes deberán adaptar sus estrategias de manejo del suelo y cultivos a las condiciones climáticas previstas.
Fuente: Eduardo Sierra
Redacción: Publiagro