El uso de aditivos fitogénicos en el alimento balanceado es una práctica que mejora notablemente la digestión y la absorción de nutrientes en las aves. Esta estrategia permite que las aves aprovechen una mayor proporción de los nutrientes ingeridos, lo que se traduce en un aumento de la producción de huevos y una mejora en la eficiencia alimenticia. Según Ronald Rocha, ingeniero agrónomo y nutricionista, uno de los principales factores a tener en cuenta es la calidad del maíz, considerado el ingrediente más importante en la dieta de las ponedoras.
«La calidad del maíz es fundamental, ya que se utiliza en un rango del 60% en la dieta de las ponedoras. Es importante conocer su valor energético porque aporta el 75% de las probabilidades de éxito en la formulación de un alimento para gallinas. El maíz debe contar con un adecuado nivel de energía, proteínas y aminoácidos, y esto se logra mediante una rutina de análisis lote a lote», explicó Rocha.
El especialista enfatizó que es un error guiarse únicamente por promedios, ya que el maíz es un insumo que presenta mucha variación nutricional.
«Hablar de promedio no existe, ya que el maíz puede variar dependiendo del proveedor o la empresa. Muchas veces los compradores se dejan guiar por el precio y no por la calidad, y esa dieta, al pasar por la formulación, no cuenta con el aporte nutricional necesario, lo que termina siendo más costoso», advirtió.
Alimentación con sorgo
El sorgo es otro grano utilizado en la alimentación de las aves, pero su uso excesivo puede afectar la calidad del huevo.
«La alimentación con sorgo puede influir mucho en la calidad del huevo. La clara se vuelve más líquida porque el ave consume más agua, lo que provoca que la clara sea más acuosa e incluso salpique al cocinar», detalló Rocha.
El nutricionista aconseja no exagerar en la cantidad de sorgo en la dieta de las aves. «Lo ideal sería una alimentación mitad sorgo y mitad maíz para no perder la calidad del huevo, ya que el cliente es exigente», añadió.
Aunque el sorgo es un insumo más económico, Rocha no lo recomienda en exceso debido a ciertos factores tóxicos que contiene, como los taninos y las fibras indeseables para las aves. Lo ideal sería una formulación 50% sorgo, 50% maíz.
Alimentación con arroz
El arroz es otro componente que se puede incluir en la dieta de las ponedoras. Rocha explicó que el arroz no tiene fibra ni grasa, sino que su energía proviene del almidón, lo que facilita su aprovechamiento por parte de las gallinas.
«El arroz no tiene grasa, solo almidón, y ese almidón es de fácil aprovechamiento por parte de la gallina. No hay forma de que la gallina engorde con arroz porque no contiene grasas, a diferencia del maíz y el sorgo, que sí tienen», indicó.
«Con una nutrición de precisión podemos tener dietas más económicas y efectivas, proporcionando a las aves los nutrientes que necesitan día a día para lograr una mejor eficiencia en la producción de huevos en los lotes»
Alimentación con soya
La soya es un ingrediente alto en proteínas, pero también contiene fibras indigestibles para las gallinas.
«La soya tiene mucha fibra y polisacáridos no amiláceos, que son carbohidratos indigestibles para las gallinas. En los últimos diez años se ha trabajado en el uso de enzimas adicionales para ayudar a las aves a digerir esas fibras, extraer más energía y liberar más nutrientes, lo que permite abaratar las dietas y reducir los costos», señaló Rocha.
El especialista explicó que la soya utilizada en la región tiene mucha cascarilla, lo que dificulta su digestión por parte de las aves.
«Nuestra soya tiene mucha cascarilla, no es de primera calidad. Por eso, casi el 100% de la avicultura ya utiliza enzimas suplementarias para ayudar a las gallinas a digerir esas fibras», apuntó.
La soya tiene un contenido de proteína del 46%, y al igual que el maíz, debe ser de alta calidad y contener la cantidad adecuada de aminoácidos esenciales para las aves.
Uso de aceite en la producción de huevos
El uso de aceite en la dieta de las ponedoras también es importante. Rocha explicó que el aceite ideal sería el de soya por su fácil digestibilidad, pero su elevado precio lo convierte en un insumo costoso.
«El aceite ideal para la avicultura sería el aceite de soya, ya que es de fácil digestión. Sin embargo, por una cuestión de costos, muchas veces se opta por utilizar aceite ácido, que es un descarte de la producción de oleaginosas. Aunque lo ideal sería usar aceite crudo de soya, actualmente se hace una combinación para reducir los costos», indicó.
Recomendaciones
Ronald Rocha hizo un llamado a los productores avícolas para que realicen un seguimiento constante de la alimentación de las aves durante la fase de producción, ya que es el momento en el que se puede obtener el máximo beneficio de la etapa de cría.
«Cuando el agricultor solicite una formulación, debe hacer un seguimiento al ave en producción. Esa es la etapa donde se puede aprovechar al máximo la fase de cría. Es importante conocer bien y apoyarse en la nutrición, realizando análisis periódicos para tener una dieta precisa», recomendó.
El experto destacó que no es necesario utilizar un exceso de proteínas o aminoácidos, sino garantizar que la energía metabolizable esté en el punto exacto de lo que el ave requiere.
«Con una nutrición de precisión podemos tener dietas más económicas y efectivas, proporcionando a las aves los nutrientes que necesitan día a día para lograr una mejor eficiencia en la producción de huevos en los lotes», concluyó Rocha.
Fuente: Ronald Rocha
Redacción: Publiagro