El manejo integrado de plagas (MIP) se ha convertido en una herramienta fundamental para los agricultores que buscan proteger sus cultivos sin comprometer el medio ambiente ni sus costos de producción. Este enfoque consiste en aplicar diversas técnicas de control de plagas de manera compatible, evitando que los insectos y otras amenazas agrícolas causen un daño económico significativo, explicó Yovana Vargas, jefa del departamento de desarrollo de la empresa Rainbow.
“El objetivo del manejo integrado de plagas es utilizar diferentes técnicas de la manera más compatible posible, de tal forma que podamos controlar las plagas en un punto que no causen un daño económico, con mínimos efectos sobre el medio ambiente”, puntualizó Vargas.
Este concepto, según la especialista, está ganando terreno entre los agricultores, quienes entienden la importancia de controlar las plagas sin afectar sus finanzas ni perjudicar el entorno natural. “Tenemos que hacer un manejo integrado de plagas, que es producir, pero producir tomando en cuenta las técnicas más importantes que hay a la mano, que sean compatibles, tomando en cuenta que hay que preservar los enemigos naturales de las plagas”, agregó.
El conocimiento como primer paso
Vargas resaltó que el primer paso para implementar un manejo adecuado de plagas es el conocimiento. “Si el agricultor no conoce al insecto, que es el principal enemigo, ¿cómo lograr atacarlo?”, cuestionó.
La especialista destacó que es necesario realizar estudios para conocer las plagas presentes en los campos bolivianos, ya que, en muchos casos, los agricultores dependen de información proveniente de otros países como Brasil, Argentina y Paraguay. “Necesitamos conocer a las plagas que tenemos en nuestros campos, necesitamos realizar estudios. Uno de los principales problemas es que dependemos de información de otros países. Trabajos de acá no tenemos, por eso necesitamos conocimiento”, enfatizó.
Del manejo de plagas al manejo integral de cultivos
En los últimos años, los especialistas y agricultores han comenzado a entender que el manejo de plagas debe ser parte de un enfoque más amplio: el manejo integral de cultivos. Vargas explicó que todo en la agricultura está interconectado y que cada componente del cultivo influye en el resultado final.
“Hay muchos nematodos que causan enfermedades en las plantas, pero que prefieren estar en malezas dentro de los cultivos. Así también hay insectos que prefieren ovipositar en malezas. Por lo tanto, si se controla la maleza, indirectamente estoy controlando a la plaga”, detalló.
“Algo muy importante es trabajar en conjunto con los enemigos naturales que están en el campo. La idea es que todas las tácticas de control que realizamos sean compatibles con ellos, que les permita sobrevivir”
Esta visión integral implica que los agricultores no solo piensen en la campaña actual, sino que consideren el impacto de sus decisiones en las próximas campañas. “Con esto ya se piensa en el cultivo de la próxima campaña y así sucesivamente, repercutiendo positivamente en los rendimientos de los demás cultivos”, afirmó Vargas.
La situación en Bolivia
En Bolivia, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) ha identificado 35 plagas que afectan a los cultivos en el país. Sin embargo, Vargas cree que existen muchas más plagas que aún no han sido registradas y que es fundamental realizar investigaciones para identificar y controlar estas amenazas.
“Es necesario que esas investigaciones se las realice, porque cuando existen datos, es mucho más fácil hacer el control”, indicó.
Preservar los enemigos naturales
Uno de los pilares del manejo integrado de plagas es la preservación de los enemigos naturales que habitan en los campos. Vargas subrayó que todas las tácticas de control que se realicen deben ser compatibles con estos aliados naturales, permitiendo que sobrevivan y continúen desempeñando su función.
“Algo muy importante es trabajar en conjunto con los enemigos naturales que están en el campo. La idea es que todas las tácticas de control que realizamos sean compatibles con ellos, que les permita sobrevivir”, concluyó Vargas.
El manejo integrado de plagas, con un enfoque de manejo integral de cultivos y preservación del entorno natural, se posiciona como una estrategia clave para garantizar una producción agrícola eficiente, sostenible y responsable con el medio ambiente en Bolivia.
Fuente: Yovana Vargas
Redacción: Publiagro